Advertencia: antes de leer este post, lleno de admiración por paisajes de niebla, quiero que tengáis muy claro: NO SE SALE A LA MONTAÑA EN NIEBLA SI NO LA CONOCÉIS COMO SU PROPIA CASA! Niebla puede llegar a ser muy peligrosa.
Y ahora lo bonito….
Me hechizan paisajes en niebla, cuando no puedes distinguir con toda seguridad QUÉ ES LO QUE VES… La imaginación se apodera de la mente y sólo de ti depende si quieres descubrir qué es en realidad o prefieres tu propia verdad…
Me encanta hacer fotos en la niebla: lo que normalmente se denomina «borroso» se convierte en «impresionismo», lo «sin enfoque» en «misterio» la solución del cuál está tan cerca pero nunca será descubierto; aunque esfuerces la vista, no vas a poder «enfocar». Y estos tonos, sub-tonos, entre-tonos del gris…
Disfruto caminando por la niebla y me siento la ÚNICA que está pisando este camino como si nadie más conociera la ruta. ¿Las voces? Si, las estoy escuchando, pero no tienen nada que ver con otras personas pisando mis huellas… son voces de la niebla que quiere que no me sienta tan SOLA…
La niebla me hace caminar sin parar, no me deja relajar mi paso ni por un segundo… En cuanto paras – te congelas. O por lo menos – te enfrías. Porque niebla no es un color puro, sino es una densidad de aire, agua y soledad. Te persigue, te hechiza, te tranquiliza y te hace dormir… Ir rápido, correr, no pares!!!
La niebla me hace sentir perdida… No sé dónde estoy. No veo paisajes: no veo la Maliciosa, ni la Pinareja, ni Fuenfría, ni siquiera la Bola del Mundo!!! Alrededor sólo hay piedras. Y más piedras. De diferentes formas, es verdad, pero no consigo distinguir pico #6 del #4… en otras ocasiones no me había fijado lo bastante como para saber reconocer sus formas inciertas…
La niebla me hace perderme… «Esta pendiente, por la que estamos bajando hacía el camino Schmmidt para volver me parece igual de empinada que por la cual habíamos subido. Raro, porque según los mapas esta debería de ser más pronunciada…» Denys «Jo, si salimos a donde empezábamos la ruta«… ¿Cuántas vueltas hicimos alrededor de piedras para haber dado la vuelta completa y volver por el mismo camino?
La niebla cambia la realidad, esconde los puntos de referencia, nos lía, nos hace sentirse perdidos y nos hace perder. Sin estos puntos no sabemos orientarnos, la niebla lo sabe y nos los roba. Nos deja a cambio unos paisajes impresionantes para hechizarnos…
¡Mucho cuidado con la niebla en la montaña!
Y vuelvo a repetir: no salir con niebla por la montaña que no conocéis bien!!!
Nosotros en cuanto bajamos, donde la niebla no era tan espesa y podíamos ver algo, en seguida nos ubicamos y sabíamos por donde seguir, pero en un sitio desconocido hubiéramos tenido problemas, en montaña desconocida lo más seguro es que ni hubiéramos empezado la ruta.