Si estás a punto de hacer una ruta por las aldeas históricas de Portugal y lo que necesitas es un rápido resumen de las 12 villas medievales, este post es para ti. Pero si aún estás en la fase de preparación, te recomiendo leer también nuestro post 12 aldeas históricas de Portugal. Allí hablamos de qué son, dónde se encuentran, cómo se llega a ellas, qué de especial tienen, cuánto tiempo necesitas para recorrerlas todas, donde pernoctar si vas en furgo o autocaravana en tu ruta por las aldeas históricas de Portugal, etc.
Ruta por las 12 aldeas históricas de Portugal
Llegó el momento de presentarte en detalle a cada una de las aldeas históricas de Portugal. Al final te cuento cuales son nuestros favoritos, desde un punto de vista muy personal. ¿Estás list@?
Monsanto
Monsanto, llamada la “aldea más portuguesa de Portugal”, es única, porque, como dicen, aquí “no se sabe si la casa nace de la roca o la roca nace de la casa”, porque la aldea está integrada a la perfección en el paisaje rocoso. Probablemente, la imagen más famosa de este pueblo es la casa asentada debajo de un gran pedrusco. Parece como si la piedra estuviera colocada sobre el tejado. Si te fijas, encontrarás muchos ejemplos de este tipo de construcciones, que aprovechan el paisaje para “ahorrar” en las paredes y algunas partes del tejado. Por cierto, unas de las construcciones que más éxito tienen entre turistas son “cochiqueras”, excavadas debajo de los peñascos.
Cochiqueras – establos para los cerdos.
#TipViajero: La famosa casa con una piedra encima es el restaurante Petiscos & Granitos y se ve mejor desde el Mirador do Forno.
Pero las casas curiosas de Monsanto es solo una parte de su encanto. Otro gran atractivo es su castillo en lo alto de la colina. Aparte de unas vistas espectaculares, disfruta de sus ruinas, murallas y pozos que te contarán unas historias fascinantes. Y desde el castillo haría una pequeña rutita pasando por las ruinas da Igreja de São Miguel y bajando a Penedos Juntos – unos pedruscos enormes que hacen de “entrada” a un mundo imaginario rocoso. De aquí se vuelve a bajar a Monsanto. ¿Una cervecita con vistas para interiorizar toda la belleza de este lugar?
Nosotros, además tuvimos la suerte de visitar Monsanto justo durante la celebración de la Festa da Divina Santa Cruz de Monsanto. Tiene varias tradiciones curiosas, pero, probablemente, la más vistosa es la omnipresencia de “Marafonas” en las calles. Son “muñecas sin cara” que, desde los tiempos paganas, protegían, concedían fertilidad y espantaban a los espíritus malos. Por cierto, en Ucrania tenemos algo parecido y se llaman “Motanky”. Al igual que Marafonas, se hacen con trapos – más o menos elaborados – y en la cara tienen una cruz.
Se dice que, al no reconocer la cara, el espíritu malo no puede entrar en ninguna persona y se queda atrapado por el poder de la “muñeca”.
Idanha-a-Velha
¿Te parecen similares los nombres “Egitania” y “Idanha”? Pues, resulta que Egitania es el nombre de la ciudad romana de la que surgió Idanha.
Idanha-a-Velha, hoy en día, es un pequeño pueblo cuidado, con plazas amplias, calles llenas de flores, casas de color beige y muchas abuelitas y gatos disfrutando de los días soleados. Las primeras siguen con su atenta mirada a los turistas y los segundos nos ignoran por completo.
Se suele acceder por la Puerta Norte a Idanha-a-Velha del s. IV y puedes elegir adentrarte en el casco antiguo o subir a la muralla romana (restaurada) por pasarelas y recorrer el tramo disponible. Luego acércate a la catedral (iglesia de Santa María del s. IV, de origen visigodo) y maravíllate con su interior. Del antiguo castillo de Idanha-a-Velha solo queda Fórum y Torre de Templarios (s. XIII), erguida sobre el coliseo romano.
En una de las calles de Idanha-a-Velha nos topamos con un edificio impresionante, ecléctico y “fuera” de lugar. ¿Demasiado presuntuoso para un pueblecito tan pequeño, donde ahora viven menos de 100 personas? Eso parece, pero antaño aquí habitaban unas 5.000 y este edificio es la obra de uno de los alcaldes de Idanha-a-Velha, António Marruecos, que comenzó a mediados del siglo XIX, pero nunca fue completada. Se llama “Casa Marruecos”.
En Idanha-a-Velha descubrimos qué significa “poldras romanas”. Resulta que son una especie de “puente” sobre el río Ponsul. Son 43 bloques de piedra que se colocaron verticalmente a una distancia unos de otros.
En la entrada a Idanha-a-Velha hay bastantes plazas de parking.
Castelo Novo
Lo que destaca en primer lugar en Castelo Novo son las casas señoriales. Y entre ellas, la que llama más atención es la Casa da Câmara. También merece la pena visitar la cárcel o el chafariz de Don Juan V, de estilo barroco. Por supuesto, hay iglesias: la Igreja da Misericórdia data del s. XVII y la Iglesia Matriz es del s. XVIII. En la parte alta del pueblo, al igual que en la mayoría de las aldeas históricas de Portugal, se encuentra el castillo, del s. XII y la Torre del Reloj al lado.
En la oficina de turismo en la entrada al pueblo te pueden informar sobre todo lo que se puede ver y hacer en Castelo Novo y en la zona. A las afueras de Castelo Novo existen un área de autocaravanas y una piscina fluvial.
Piódão
Seguimos de ruta por las aldeas históricas de Portugal y llegamos a una muy especial. Primero de todo, no tiene castillo. No está fortificada. Puede parecer extraño, pero en cuanto intentes llegar hasta aquí, entenderás la razón. Piódão se acomodó en una de las laderas de la Serra do Açor y está rodeado por altos picos, profundos barrancos, carreteras y caminos serpenteantes. Si alguien conseguía llegar hasta aquí en el pasado, seguramente, lo único que deseaba era descansar, comer y refrescarse. Veo difícil que le quedara fuerzas para combatir.
Cuando estés explorando Piódão a pie (no hay otra opción), fíjate en las coloridas puertas y ventanas, y también, en el material que usan para construir sus casas y tejados.
Para recorrer el pueblo, puedes seguir las flechas en el suelo que te llevarán a los rincones más paisajísticos, a los miradores panorámicos y a las casas más emblemáticas. También es una buena idea bajar hasta la playa fluvial en verano y, de paso, apreciar el puente antiguo sobre el río.
Todos los bares, comercios, la mayoría de las casas rurales, etc., están concentrados en la plaza principal y en sus alrededores. A pocos metros de la plaza también está el parking a lo largo de la calle/carretera de acceso al pueblo. Si quieres aparcar sin agobios, intenta llegar lo antes posible y salir unas horas antes de comer. Así evitarás el tráfico de frente en la estrechísima carretera que lleva a Piódão, CM1134. Hay otra carretera, EM508, por la que se puede llegar al pueblo. Si te cuadra mejor, parece más ancha.
Linhares da Beira
Linhares da Beira se encuentra en la Serra da Estrela y tiene unas vistas bonitas desde su parte alta y el castillo. Al igual que a lo largo de toda la ruta de las las aldeas históricas de Portugal, se recomienda estacionar en los parkings asignados, sin meterse por las estrechas callejuelas. Con estos trazados medievales nunca sabes si vas a acabar en un pozo, encima de las escaleras o encajonado entre dos edificios.
Si quieres saber más sobre la Serra da Estrela, lee nuestro post.
En Linhares da Beira no te pierdas el castillo, la iglesia de origen románico con tablas presuntamente ejecutadas por Grão Vasco, s. XVI. A nosotros personalmente, nos fliparon las casas con esquinas redondas en las calles antiguas.
Si estás a la hora de la comida, puedes elegir entre sus restaurantes o el Parque de merendas, con algo de sombra, al lado del castillo.
Trancoso
Trancoso es una aldea histórica amurallada con un importante barrio judío en el que aún se pueden ver símbolos hebreos en las piedras de las casas.
#TipViajeroGastronómico: Si te gusta experimentar, prueba las “sardinhas doces de Trancoso” (es un postre). A Denys le gustó mucho.
#InfoÚtil: Justo antes de adentrarte en el corazón amurallado de Trancoso hay una oficina de turismo con trabajadores majos y eficientes. Si no tienes claro algo de la zona o de la Ruta de las 12 aldeas históricas de Portugal, habla con ellos. A nosotros nos aclararon todas las dudas. Enfrente, en la misma explanada, están los baños públicos y un poco más al fondo, área de pernocta de autocaravanas.
Marialva
Llegar a Marialva tiene truco. Una vez entras en el pueblo, te empiezan a rodear unas calles amplias, casas habitadas cuidadas, pero no muy antiguas, ves mucha gente fuera y ningún castillo ni ruinas de los edificios antiguos, tal y como promete el folleto turístico. No, no te han engañado. Es el pueblo nuevo de Marialva.
La aldea histórica está más adentro, en su corazón, en lo alto de la colina. Debes seguir las señales “aldeia histórica”. Pero ¡cuidado! No te metas con el coche hasta el mismísimo castillo, como nosotros, si no quieres montar un show con olor a embrague quemado para el deleite de los lugareños. Aparca, por ejemplo, donde la fuente, o más abajo.
Una vez estacionado con seguridad, disfruta del ambiente medieval que te rodea. Si llegas entre las 9:00 y las 18:00, podrás visitar el recinto del castillo por dentro, muy recomendable. Además del castillo, hay varias capillas, iglesias, puertas y casas destacadas (de la Judía, do León, etc.), entre otras cosas. A nosotros nos encantó pasear por sus calles, entre las viviendas antiguas y otras más modernas, pero cuidadosamente integradas en el entorno.
Castelo Rodrigo
Castelo Rodrigo se encuentra más cerca de la frontera con España que las aldeas históricas que describimos arriba, así que necesitaba un buen fuerte y murallas más altas para parar posibles ataques.
Hay muchas cosas que ver, si uno tiene tiempo suficiente. Y si buscas un sitio para picar algo, hay un “Parque de Merendas” con vistas a la ciudad amurallada.
Almeida
Esta aldea histórica de Portugal es famosa por la forma de sus murallas – una estrella gigante. La “estrella” es del s. XVII y se levantó para rodear, y proteger, la villa medieval que estaba allí antes.
Para recorrer el recinto amurallado de Almeida – el centro histórico con el castillo en su corazón – necesitarás mínimo un par de horas, así que, reserva este tiempo para disfrutar de la historia medieval portuguesa.
Sortelha
Sortelha se convirtió en una de nuestras aldeas históricas de Portugal favoritas. Llegar a su casco histórica es casi igual de tedioso como antaño. Tienes dos opciones: acercarte en coche o andando. Si eliges el coche, prepárate pelearte por una de las pocas plazas de aparcamiento que hay en las inmediaciones de la ciudad amurallada. Y si vienes a pie, habrá que subirá hacia la Torre del Reloj y caminar un rato, bajo el sol, hasta que aparezca la muralla de Sortelha. Puedes elegir bajar de inmediato y entrar por la puerta principal, Porta da Vila. O seguir caminando hasta la “entrada trasera”, la Porta Nova.
Una vez dentro de la ciudad amurallada de Sortelha, no tengas prisa: empápate con el ambiente medieval que se respira en la mayoría de las calles desordenadas, con casitas bajas. Acércate a la iglesia, a los restos del castillo y a la muralla, a la que se puede subir en varios tramos. Si no tienes tiempo, las mejores vistas son desde el castillo, desde mi punto de vista personal. Pero si puedes dedicarle a esta aldea histórica de Portugal mínimo dos horitas, la disfrutarás mucho más a paso lento.
Castelo Mendo
Castelo Mendo, cerca de la frontera con España, es otra gran aldea fortificada, con su castillo, puertas de la villa, casas antiguas, iglesia y trazado medieval de su casco histórico, a poco desvío de la A25.
Hay dos “centros” antiguos; uno más antiguo que el otro. Primero se levantó el castillo y unas pocas calles al lado, y fueron rodeados por la muralla del s. XII. Más adelante, se añadieron casas y calles al estilo gótico durante el reinado del rey Dinis. En el s. XVIII fueron afectados por el terrible terremoto que azotó Portugal.
Belmonte
Belmonte es famoso por muchas cosas, pero, probablemente, dos hechos más conocidos son el nacimiento de Pedro Álvares Cabral, descubridor de Brasil, en 1500, y la acogida de los judíos expulsados de Castilla en los ss. XV-XVI. Incluso hoy en día existe una comunidad activa de judíos en Belmonte.
Probablemente, Belmonte, junto con Monsanto, es una de las aldeas históricas de Portugal más famosas. Además del castillo – un clásico de la las villas medievales prefronterizas – aquí encontrarás varios museos, calles cuidadas, el barrio judío y vistas.
Espero que te haya sido útil este post sobre la ruta por las aldeas históricas de Portugal. Nuestras favoritas (opinión personal, por supuesto) son Sortelha, Monsanto, Piódão y Marialva. Si tienes algunas dudas sobre dónde pernoctar o dónde comer en tu recorrido por los pueblos históricos portugueses, no dudes en leer nuestro post 12 aldeas históricas de Portugal.
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