Se puede llegar a la península de Kurzeme (o península de Curlandia) por diferentes caminos. Elijas la que elijas, siempre encontrarás curiosidades. Si te gustan visitas menos turísticas y más auténticas, permítete varios días para explorar la península de Kurzeme con tranquilidad. Y también porque las carreteras, sobre todo en invierno, son lentas.
Qué ver en la península de Kurzeme
Sin duda, uno de los atractivos más visitados es el Cabo de Kolka que se sitúa en la punta puntiaguda de la península de Kurzeme. Allí es donde se encuentran las aguas del Golfo de Riga y mar Báltico que bañan la península de Kurzeme en sus aguas, dándole a sus dos costas dos caracteres muy diferentes. Y para conocer este lugar tan especial, te vamos a llevar por tres carreteras: Carretera costera del Báltico, Carretera costera del Golfo y una carretera del interior. A ver cuál te atrae más.
Si necesitas más información sobre el Cabo de Kolka, lee nuestro post dedicado a este enigmático destino, de acceso restringido en los tiempos soviéticos.
Carretera costera del Báltico: Kolka – Ventspils
La carretera entre Kolka y Ventspils era una pista de aterrizaje secreta de los soviéticos. Hoy, según se dice, es la carretera más ancha y recta de Letonia. En la costa están los pueblos tranquilos de una sola calle en los que poco ha cambiado en las últimas décadas postsoviéticas.
#TipViajero: Si buscas un atardecer precioso, visita cualquiera de estos pueblos en la costa oeste.
Vaide
En Vaide (a 10 km de Kolka) encontrarás casas de madera y un museo curioso – el Museo de los Cuernos – la colección reunida por un guarda forestal. ¡Ningún cuerno fue trofeo de caza! Si quieres visitarlo, primero llama al 6324 4217.
#TipViajero: Es recomendable acceder a cada pueblo desde la carretera principal. Si hay caminos entre pueblos, en invierno no los encontramos. Sin embargo, se puede visitar la costa en bici. Y otro consejo: no te metas mucho dentro de los pueblos con el coche: las carreteras tienden empeorar cuánto más lejos de la carretera central. Igual tendrás dificultades para salir, sobre todo, en invierno. Intenta aparcar en la entrada.
Kosrags
A 16 km de Kolka está Kosrags (Košrags), con calles de arena y edificios de madera del s. XVIII. Muchas casas tienen carteles informativos, pero todos en letón. Si tienes tiempo para ir traduciéndolos con GooglePhoto, seguro que aprenderás muchas cosas interesantes. El paseo por el bosque hasta la playa insólita también es muy agradable.
#Anécdota: Una vez más tuvimos que recurrir al viejo truco de no confesar que sabíamos ruso: cuando se nos acercó un abuelito enfadado maldiciéndonos, porque, por lo visto, nos metimos con el coche bajo la señal de «prohibido». Como estaba en letón, no nos habíamos dado cuenta. Conclusión: no te metas muy adentro de los pueblos en coche.
Mazirbe
En Mazirbe (a 20 de Kolka) hay una playa preciosa entre dunas. Aquí también se encuentra la Casa del Pueblo Livonio y el Cementerio de barcos de pesca.
#Curiosidad: cada agosto en Mazirbe se celebra el Festival Livonio al que acuden las pequeñas comunidades de livonios de Hungría, Finlandia y Estonia que consideran a esta tierra su patria.
Faro de Slitere
A 25 km de Kolka encontrarás el Faro de Slitere. Hoy en día no funciona como faro, pero sí como punto de información. Al lado tienes varias sendas de naturaleza.
#TipViajero: Si no te desvías por las carreteras secundarias que salen de la principal, P124, no vas a ver nada; el denso bosque lo oculta todo, incluido el mar y el atardecer. Así que, si quieres improvisar y parar donde «te llame», lo vas a tener difícil. O prepara tu roadtrip por Letonia con antelación o toma cada desvío que verás en la carretera Ventspils – Kolka.
Centro Internacional de Radioastronomía de Ventspils
A unos 24 km de Ventspils está uno de los secretos soviéticos mejor guardados: Centro Internacional de Radioastronomía de Ventspils (Irbene radio telescope). Se diseñó un radiotelescopio de 32 m de diámetro para espiar a los satélites occidentales durante la Guerra Fría. Cuando las tropas soviéticas salieron, solo pudieron sacar uno de los tres telescopios, los otros dos eran demasiado grandes. Hoy se usan para “espiar” a las estrellas, el Sol y la Luna. Se pueden hacer visitas guiadas: Centro Internacional.
Carretera costera del Golfo
No es la carretera más directa para llegar al Cabo de Kolka, pero sí una de las más pintorescas. Trascurre muy cerca de la costa y muchas veces se asoma el mar entre los pinos. En cuanto veas un lugar seguro para aparcar y una senda en dirección “agua” para y camina por el agradable pinar hasta la playa tranquila que da al golfo. Cualquier parada será bonita. Por ejemplo, Kaltenes akmeņainā piekraste o Ēvažu Stāvkrasts (los Acantilados de Evazu), a unos 350 m de la carretera.
Duna Blanca
Una de las paradas casi obligatorias es la Duna Blanca (Baltā kāpa). Un paisaje absolutamente impresionante está a unos 10 min andando de la carretera principal. Toda la ruta circular – alrededor de la Duna Blanca hundida con un lago en medio, rodeada de pinos – es de media hora aprox., contando con paradas para hacer fotos y leer los carteles. El itinerario está marcado y equipado con pasarelas y escalones para asegurar la visita. Eso sí: hay partes un poco más deterioradas donde en invierno hay que extremar precauciones. Se aparca en el parking designado.
Roja
Roja es la última / primera localidad más grande cerca de Kolka, por si necesitas abastecerte o buscar alojamiento más económico.
Mersrags
A la altura de Mersrags (Mērsraga) estate especialmente atento si quieres ver vacas azules. Sí, has leído bien. Dice la leyenda que las vacas azules fueron traídas del mar por sirenas. De momento no hay una explicación más plausible de su aparición en esta zona. Se considera la raza de vaca más rara del mundo. Su mayor virtud es su resistencia al frío, la lluvia y el viento, por lo que se les tiene mucho aprecio en esta región e incluso se cruzan con otras razas de vacas para hacerlas más resistentes.
Parque Natural del Lago Engure
Una agradable parada sería el Parque Natural del Lago Engure, sobre todo para los que les gustan las aves. A veces también se puede avistar aquí caballos salvajes.
Parque Nacional de Kemeru
Ya casi llegando a Jurmala está el Parque Nacional de Kemeru (Ķemeru Nacionālais parks), lleno de ciénagas, lagos, bosques y tranquilos pueblos pesqueros. Se puede visitar el parque todo el año, aunque solo da servicios en los meses de verano. El resto del tiempo patéalo a tu gusto y riesgo; casi nos quedamos atrapados con el coche en una de sus pistas. Nosotros subimos a la torre-mirador del Kaņiera Ezera Laivu Bāze (base de pescadores).
Carreteras del interior de la península de Kurzeme
Las carreteras de las costas de la península de Kurzeme están en bastante buenas condiciones, en comparación, por ejemplo, con las pistas del interior de la península. Desde el punto de vista turístico también son mejores opciones. Sin embargo, si buscas algo remoto, un poco salvaje y sencillamente conmovedor, elige carreteras del interior, como, por ejemplo la P125 u otras, sin nombre.
Igual fue una coincidencia, pero encontramos las aldeas del interior llenas de vida: coches en casi todos los patios, humo saliendo de las chimeneas con el cielo rojo crepuscular de fondo, alguna risa traviesa. Aunque la carretera solo se intuía bajo las ruedas, fue uno de los trayectos del que más disfruté.
Dónde dormir en la península de Kurzeme
Después de un día lleno de aventuras y descubrimientos por la península de Kurzeme, una sauna tradicional en el alojamiento es todo lo que necesitas. Y es lo que encontramos en atpūtas vieta «Raudiņi» (link a Google Maps), a pocos kilómetros de Roja.
Como pedimos que nos prepararan la sauna, nos asignaron la habitación doble que tienen al lado, así que ni teníamos que irnos a otro edificio: de la sauna a la cama o a la calle para enfriarse – cada uno podía eligir lo que le apetecía más.
No es un alojamiento de lujo, pero cómodo. Y la sauna le da un encanto especial. También tienen otra habitación para varias personas encima de la doble, pero solo alquilan una u otra, ya que para acceder a la sauna hay que entrar en la doble sí o sí.
Los dueños son muy cercanos y les puedes pedir que te enseñen lo que van construyendo: intentan recuperar los edificios antiguos que había en la finca y los van transformando en apartamentos, cocinas de verano, etc. Ah, también hicieron un laguito artificial.
#TipViajero: Si viajas por Países Bálticos, sobre todo en invierno, disfruta de la sauna algún día. Y si es la sauna tradicional, con «escobas«, más divertido. Y si hay nieve fuera para frotarte con ella, perfecto. Nosotros tuvimos dos experiencias con la sauna: una de ellas ésta, con escobas tradicionales y aceites aromáticos que echábamos sobre las piedras calientes. Y otra, en Gulbene, Letonia, a medio camino entre la región de los lagos de Latgale y Cesis, según se dice, el pueblo más bonito de Letonia, en un alojamiento apartado con todo nevado alrededor.
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