Venimos a Kuldiga (Kuldīga) para ver la cascada más ancha de Europa y nos quedamos por el encanto que tiene esta pequeña villa al oeste de Letonia.
Antes de nada, me gustaría destacar que, aunque en España Kuldiga se consideraría un «pueblo«, en Letonia se categoriza como una «ciudad pequeña«. En los Países Bálticos un «pueblo» es una localidad que se encuentra bastante lejos de las grandes ciudades, de casas mayoritariamente bajas y cuyos habitantes se dedican principalmente a los trabajos del campo. El resto de las poblaciones son ciudades pequeñas, ciudades a secas o ciudades grandes. Las últimas son capitales y centros importantes administrativos y culturales del país.


Kuldiga (Kuldīga): un poco de contexto histórico
Aunque el año oficial de la fundación de Kuldīga es 1242, se sabe que antes ya existían asentamientos en este lugar tan estratégico – en el cruce de las vías fluviales del río Venta y los caminos terrestres que juntaban Prusia con las valles del río Daugava.
La historia temprana de Kuldiga, o Goldingen en alemán, está estrechamente ligada con la Orden Livona. En 1368 ya pertenecía a la Liga Hanseática, igual que Cesis. Y en el s. XVII era una de las capitales del Ducado de Curlandia, teóricamente perteneciente a la República de las Dos Naciones, pero prácticamente independiente.
#Curiosidad: Para que te hagas una idea de lo importante que era el Ducado de Curlandia, solo te voy a decir que era una de las naciones de Europa más pequeñas que tenía colonias: en las islas Caribeñas y África.

Durante muchos años Kuldiga ganaba bastante dinero gracias a los impuestos que cobraba a todo el comerciante que cruzaba su puente llevando mercancías. Desgraciadamente, en 1615 el puente fue destruido por las crecidas del río y el mismo año el fuego aniquiló la gran parte de los edificios de madera de Kuldīga. Fue un golpe muy duro. La ciudad se hundió en una depresión durante unos siglos.
A mediados del s. XIX empezaron a surgir pequeñas industrias hasta llegar a albergar una de las fábricas de cerillas más grandes de la región – Vulkāns (cerró en 2004). Además, aquí se producían cervezas, agujas, cigarrillos, jabón, vodka, agua mineral y licores. Se edificó un puente nuevo y se levantaron muchas casas y edificios públicos. Kuldiga se recuperó de las desgracias del s. XVII y hoy en día es una ciudad pequeña, cuidada y muy viva.

Qué ver en Kuldiga (Kuldīga)
Aunque para nosotros Kuldiga es una de las ciudades pequeñas más bonitas de Letonia, parece que no es muy conocida por los turistas. En Navidad estuvimos prácticamente solos recorriendo sus calles. Igual es porque está relativamente lejos de la capital letona, Riga, a unos 150 kms y aprox. 2 hrs de carretera. Pero si estás por la zona o haciendo un roadtrip por Letonia, no te olvides de esta encantadora localidad donde está la cascada más ancha de Europa, llamada por los locales»Cataratas de Niágara de Letonia«.
#Curiosidad: En 2007 Kuldiga recibió el título “Destino Europeo de Excelencia” por la Comisión Europea en la categoría “Mejores destinos rurales emergentes europeos de excelencia”.
Además de su principal atractivo, la cascada, no te olvides de visitar sus iglesias con torres-miradores, castillos y museos y pasear por sus calles coloridas. Y si vienes en temporada estival, dedícale un par de horas a la zona de recreo de Martinsale con la playa con bandera azul.
#Curiosidad: la ciudad vieja alrededor del otro río que recorre Kuldiga – Alekšupīte – es el único conjunto de los ss. XVII-XVIII que queda en pie en los Países Bálticos. ¿Será por eso que aquí se suelen rodar películas de época?
En el río Venta que se abre el camino atravesando la cuidad, puedes ver peces vimba – salmones saltarines – en verano. Y en los alrededores encontrarás túneles de arena, rutas de senderismo y algunas ruinas de castillos del s. XIII.

Casco antiguo
El casco antiguo de Kuldiga (Kuldīga) comprende tres plazas – la Medieval, la «Nueva» y la del Ayuntamiento – con unos nombres muy claros, ¿verdad? El edificio del ayuntamiento (Ratslaukums), del estilo renacentista italiano, data del año 1860.
La casa más antigua de madera de Kurzeme (región letona a la que pertenece Kuldiga) fue construida en 1670 y se puede ver en la esquina norte de Pasta iela (iel significa calle). Otra casa curiosa – Farmacia del Duque Jacobo – es una casa alemana de madera (hoy residencial) y se encuentra en Baznicas iela.
La protectora de la ciudad es Santa Catalina (Katrina), así que la iglesia de Sta. Caterina fue la primera en fundarse (s.XIII), aunque sufrió varios destrozos y la actual data del s. XVII.
#Curiosidad: Tan es la importancia de Santa Katrina en Kuldiga que incluso aparece en el escudo de la ciudad.
Las calles del casco antiguo de Kuldiga están repletas de casas de madera con detalles encantadores, así que, el mejor consejo es tomar el paseo con mucha calma y deleitarse con estos asombrosos ejemplos de la arquitectura de los ss. XVII y XVIII.


Museo histórico de Kuldiga (Kuldīga)
Además de contar la historia de Kuldiga – como ya te habrás dado cuenta, bastante revuelta, de éxitos y fracasos económicos – en la segunda planta hay un apartamento de una familia rica de comienzos del s. XX.
Puedes encontrar más información tanto sobre el castillo como el museo histórico en la web (en letón). Chequea el apartado de eventos, porque suelen organizar muchas cosas interesantes.
Ruinas del castillo del Orden de Livonia
Lo que queda hoy del castillo del Orden de Livonia (construido entre 1242 y 1245) son ruinas, pero ruinas hermosas, sobre todo cuando cae la nieve. Y alrededor del castillo está el Jardín de esculturas. Incluso si no quieres entrar en el castillo, el paseo por el Jardín – por las pasarelas de madera en los sitios más húmeros – es muy agradable.

Ventas Rumbla – cascada de Kuldiga (Kuldīga)
Sin duda alguna, Ventas Rumbla – la cascada de Kuldiga – es la atracción principal de la zona. Mucha gente viene solo para verla. En verano se puede bañar en sus aguas y en invierno el paisaje congelado es sencillamente conmovedor.
Ventas Rumbla se considera la cascada más ancha de Europa – de 240 m, aunque de altura no supera 3 m en los puntos más altos. Por eso algunos dicen que es solo un salto de agua. Sea como fuera es preciosa y el entorno le proporciona aún más belleza.
#TipViajero: para disfrutar de las vistas sobre la cascada Ventas Rumbla puedes dirigirte a la colina del castillo de Kuldiga o al viejo puente de ladrillo rojo. También puedes elegir pasear por la orilla, hasta donde puedas, o incluso buscar tierra firme entre las aguas de la cascada y hacer fotos «desde dentro».

Sinagoga de Kuldiga (Kuldīga)
Hoy en día la Sinagoga de Kuldiga (del año 1875) alberga la biblioteca y el centro de arte local, ya que después del Holocausto no quedan judíos en esta localidad.
Túneles de arena de Riezupe
La visita que nos quedó pendiente en Kuldiga y por la que nos gustaría volver son los Túneles de arena de Riezupe que se visitan a la luz de velas. Están a 5 kms de la localidad por una pista por lo visto difícil de encontrar, por lo que se aconseja pedir direcciones en la oficina de la información turística o directamente a los túneles. En cualquier caso aconsejamos llamar antes de hacer la visita y comprobar que estén abiertos. En invierno, por ejemplo, cierran por descanso de los murciélagos. La colonia que vive allí duerme los meses más fríos, así que no se permiten las visitas para no despertarlos.
#TipViajero: El último número válido que encontramos para llamar a los Túneles de arena de Riezupe era 29555042 (¡contestaron rápido!). Hablan ruso y un poco inglés. ¡Suerte!
Rutas de senderismo
Los alrededores de Kuldiga son boscosos, un escenario perfecto para caminar o recorrerlo en bici. Pide planos con rutas de senderismo y BTT (hay 6 oficiales) en la Información turística . En el mismo centro te pueden alquilar bicis. Hace unos años costaban 7€/24 hrs.
