Teníamos previsto pasar todo el día en el Parque Natural de Gorbeia y hacer alguna ruta larga, de 7-8 horas. Sin embargo, por la mañana nos entretuvimos con la recogida de setas y no llegamos a la Casa del Parque hasta las 13.00… Tocaba elegir algo más suave. Lo consultamos en el centro de interpretación y lo único que nos podían ofrecer era una combinación clásica de varias rutas de senderismo de 13 kms que llevan a las Burbonas, en el hayedo de Altube.
Qué no se te olvide, estamos en el País Vasco, y 13 kms aquí es un paseo.
Dónde está la ruta de las Burbonas
La ruta de las Burbonas se encuentra en el Parque Natural de Gorbeia (o Gorbea), en la comunidad autónoma del País Vasco. Bastante cerca, a unos 30 kms, se ubica la cascada más alta de la península, El Salto del Nervión.
Si necesitas información práctica sobre el Salto del Nervión, lee nuestro post (en proceso).
La manera más fácil de acceder al comienzo de la ruta de las Burbonas es desviarse de la N-622 en dirección Sarría y seguir las indicaciones hasta el aparcamiento del Centro de Interpretación por la Pista Forestal Kalea. En temporada alta es probable que haya que aparcar a una distancia considerable del Centro por alta afluencia de visitantes.
Comienzo de la ruta de senderismo de las Burbonas, la «Clásica»
Al lado del Centro de Interpretación del Parque Natural de Gorbeia (entrada por Sarría) hay un amplio parking gratuito. Supongo que en temporada alta (cuando los hayedos están en su esplendor ¿en octubre?) puede ser complicado aparcar, pero a finales de noviembre no tuvimos ningún problema.
Desde la entrada al parking, al lado de los cubos de basura, comienza nuestra ruta, por el enlace hacía Altubo. La primera parte trascurre por una cómoda pista forestal entre pinos. Bordeamos la zona recreativa y nos adentramos al pinar.
Antes de llegar al hayedo tenemos un par de subidas de diferentes dificultades, pero la belleza del bosque encantado siempre las hace más que llevaderas.
El hayedo
Una vez en el punto más alto de la primera etapa, llegamos al hayedo y tomamos la ruta 2, Altubo, hasta las colinas de Burbona. Todo este tramo trascurre por el hayedo por una pista forestal ancha. De vez en cuando se intuyen vistas.
Creo que es una de las partes más mágicas de esta ruta, sobre todo en otoño.
#TipViajero: A la hora de planificar tu escapada, ten en cuenta que al estar en un lugar alto pierden sus hojas antes que las que están en zonas bajas.
Las Burbonas en realidad son unas colinas perdidas en el hayedo. Si no estuvieran marcadas, ni me daría cuenta de que he llegado a los picos más altos de la zona. Sin embargo, si no te apetece hacer esfuerzo extra, puedes saltarlas y seguir la ruta.
La vuelta
Pasadas las Burbonas, comienza el descenso que marca el inicio de la vuelta. Primero seguiremos por el mismo bosque de hayas para más adelante adentrarse una vez más al pinar. Todo el rato caminamos por una pista forestal.
Cuando veamos señales del enlace hacia Aldarro debemos tomarlo para salir, más adelante, a la ruta 3, Balas-Gorbeia.
Al final de la bajada llegamos a un bosque encantado de hayas, donde estos árboles crecen a su gusto ocupando mucho terreno a su alrededor. Como estamos en una zona baja, aún están con las hojas ocre puestas.
Una vez en la senda de Balas-Gorbeia, número 3 en el plano, significa que no nos queda casi nada para acabar esta ruta por el Parque Natural de Gorbeia. Seguimos el río por la pista forestal y pronto llegamos, por detrás, a la Casa del Parque.
Datos prácticos de la ruta de las Burbonas:
- Longitud, desnivel, tiempo: 13 kms, aprox. +/- 400 m, 5 hrs tomándolo con calma.
- Nuestro track:
- Llevar agua y algo para picar.
- Sombra en prácticamente todo el recorrido.
- Circular.
Dónde alojarse cerca del Parque Natural de Gorbeia
Como te decíamos, podría ser un poco complicado aparcar en el corazón del PN de Gorbea en temporada alta (verano y otoño), así que lo más recomendable es alojarse lo más cerca posible. Tienes varias opciones:
Hoteles en Sarría y cercanías.
Nosotros nos quedamos en casa rural GUIKURI – una impresionante casa rural con olor a chimenea por las tardes y a montaña mojada por las mañanas. Está en unas construcciones antiguas rehabilitadas. Teníamos todo lo que necesitábamos para estar a gusto, incluidas las recomendaciones de los dueños sobre las atracciones en la zona, tanto las más conocidas como los «secretos» de los locales. Las estancias son muy espaciosas, tienen apartamentos y también una casa entera. El precio es un poco más caro que alojamiento medio, pero realmente merece la pena para una escapada especial.
Llegar por la tarde después de la ruta, encender chimenea, comer un chuletón, preparado en la cómoda cocina del apartamento, y escuchar el sonido de la lluvia. Un lugar idílico.
#Anécdota: una mañana nos esperaba una sorpresa en el jardín: un rebaño de ovejas, con su mastín-pastor incluido, decidieron que la hierba aquí sabían mejor que en el monte. El dueño tardó un rato en encontrar al dueño para que los recogiera. Menos mal que esa mañana no teníamos prisa por acercarnos al coche. No sé si el guardián de las ovejas nos hubiera permitido hacerlo.
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