Una ruta por la Costa del Alentejo de Portugal es una ruta solitaria por las playas interminables y carreteras de grava, con sabor a mar, con el pelo mojado y despeinado, con los pies cubiertos de arena. También es un itinerario por las tierras vacías y silenciosas, con vistas a los atardeceres sobrecogedores reflejándose en las piscinas de las playas en bajamar. Las fortalezas costeras, los puertos, los ríos desembocando en el mar, las montañas del interior en el horizonte, cubiertas por las nubes tormentosas – todo esto es el Sudoeste Alentejano.
Si, además de la Costa del Alentejo, te apetece conocer otros rincones de esta región portuguesa, lee nuestros posts Qué ver en el embalse de Alqueva y Monsaraz – una encantadora villa lusa con sabor medieval.
Nuestra ruta por la Costa del Alentejo
En el mapa están todos los puntos de nuestro roadtrip improvisado por la Costa del Alentejo: en azul, los que visitamos, en gris, los que estaban en nuestros planes, pero no nos dio tiempo verlos. Es importante mencionar que viajamos por Alentejo Litoral a finales de junio, en temporada de verano, así que íbamos bastante lentos, pasando largos ratos en las playas. Si viajas en otra época – muy recomendable para “ver cosas” – seguramente, tardarás menos que nosotros.
Tardamos aprox. dos días en recorrer la Costa Alentejana.
Día 1 en la Costa del Alentejo: Madrid – Reserva Natural Lagoas de Santo André e da Sancha – Sines
Tardamos unas 4 horas en llegar de Madrid a Badajoz y dejar a nuestra pasajera de BlaBlaCar allí. Condujimos 15 minutos más, cruzamos la frontera, atrasamos el reloj una hora y paramos a estirar las piernas en Elvas. Elvas es una villa medieval portuguesa perfecta: bonita, amurallada, con vistas y parkings en la cercanía del casco histórico. Además, si llegas pronto, encontrarás abierto su mercado municipal (hasta las 13.00). Los mercados municipales portugueses son ideales para comer local y barato. Compramos quesos, miel, chorizo, etc. y seguimos nuestra ruta hacia la Costa Alentejana.
Reserva Natural Lagoas de Santo André e da Sancha en la Costa del Alentejo
3 horitas más, y sumergimos nuestros pies en las arenas de las playas del Océano Atlántico en las costas portuguesas, respirando el aire salado y sintiendo el viento soplando sin piedad directamente en la cara. ¡Bienvenidos a la Costa Alentejana! Si tienes buena vista, igual podrás ver las Azores a medio camino entre el Litoral del Alentejo y Nueva York.
Aunque la Costa del Alentejo empieza justo debajo de Setúbal, en Troia, no nos daba tiempo subir tanto. Nuestra primera parada fue Praia de Melides, en la desembocadura de la Lagoa de Melides. Es una enorme playa que luego se convierte en la Praia da Sesmaria y llega hasta la Praia da Costa de Santo André. Si caminas por las playas, serían unos 30-50 minutos para llegar a la desembocadura de la Lagoa de Santo André. Otra alternativa para ir a la desembocadura es conducir por una pista sin asfaltar que hace el mismo recorrido que las playas, pero ¡cuidado! No es nada fácil, la pista es muy arenosa y necesitas manejar muy bien tu coche para poder pasar. Denys sudó.
La Reserva Natural Lagoas de Santo André e da Sancha es una zona protegida, donde se encuentran varios lagos – de muy pequeños a inmensos – en los que habitan muchísimos tipos de aves. Hay pasarelas y rutas para recorrerlos a pie y también, muchas casetas de avistamiento. Eso sí, ten en cuenta, que las temperaturas puedes llegar a ser muy altas en verano y será difícil caminar en pleno sol.
Parkings
Tanto el Parking Praia de Melides, como el Estacionamento Praia da Costa de Santo André son gratuitos (finales de junio 2023). Pudimos encontrar un hueco para aparcar sin problema, un sábado por la tarde.
Qué tal las playas
La línea de la costa entre la península de Troia y Sines es una playa entera, sin recovecos ni acantilados, solo dunas, arena y viento. Son unas playas abiertas, ventosas y con aguas peligrosas por las corrientes. Si te gusta vagar sin parar, en soledad, pensando en tus cosas, es fácil en esta parte de la Costa Alentejana. Solo tendrás que apartarte un poco de los parkings.
Playas de los lagos: Si te apetece bañarte, pero te dan miedo las olas, prueba las playas de los lagos. No hay olas y el agua está mucho más calentita. El único problema es que el agua está un poco estancada cerca de la orilla. Sin embargo, las familias con niños se bañan aquí y no muestran señales de preocupación. Decide por ti mismo.
De todos modos, el viento no desaparece de las playas de los lagos. Así que, ten cuidado con tus cosas. Nosotros fuimos testigos de una huida con el posterior suicidio en medio del lago de una sombrilla.
Black Pig
La destilería Black Pig es todo un referente en producción de gin. Aunque no somos de gin, después de leer los comentarios, decidimos pasar por aquí. Además, la hora del atardecer estaba cerca y decían que los atardeceres allí merecen la pena.
Black Pig, además de una destilería, es un espacio para pasear, desconectar y relacionarse con los animales domésticos que tienen allí: gallinas, cabras, ovejas, etc. La entrada es gratuita, y también lo es la visita a la destilería por libre. Una visita guiada cuesta 5€ y también se puede apuntar a diferentes actividades o simplemente disfrutar de un gin-tonic al atardecer. Y es justo lo que hicimos nosotros. Primero paseamos por el recinto, acariciamos los cerdos y los burros, echamos un vistazo a la producción y luego nos sentamos con los gin-tonics en la terraza para despedir un largo día que empezamos en Madrid.
Hay mesas y rincones por todo el recinto. Y también, «islas» donde se pueden pedir bebidas. Es muy cómodo, porque puedes hacerlo en cualquier momento.
Gin-tonics cuestan 8-9€. El parking es gratuito. Puedes pasar dentro el tiempo que quieras. Comprar gin-tonics es voluntario. De media, la gente pasa aquí entre 2 horas y toda la tarde o incluso, el día entero. Nosotros estuvimos unos 2 horas.
Camping São Torpes
Como no teníamos claro si se podía pernoctar por libre en la Costa del Alentejo con furgo, nos fuimos al Camping São Torpes. Furgo + 2 personas sin luz = 16€; bastante caro para lo que es. La verdad es que no merece mucho la pena, porque el camping está en construcción (las parcelas, bastante precarias), no hay sombra y la carretera de acceso es muy pesada: sin asfaltar e irregular. Sin embargo, el personal es agradable. Y hay muchos gatos salvajes en el recinto. Salvajes de verdad; solo pudimos acariciar uno y darle de comer al otro. Los demás ni se acercaban.
Lo bueno es que este camping está cerca de las playas de Morgavel y da Navalheira. Hay una senda entre bambú que une el camping con las playas en unos 10 min. Si no estás alojado en el camping, enfrente del bar Bom Petisco hay un parking que se llena bastante rápido.
Día 2 en la Costa Alentejana: Porto Covo – Vila Nova de Milfontes – Zambujeira do Mar
Después de pasear por las playas Mogavel y Navalheira, nos dirigimos a la Praia da Samoqueira, la que suceden las playas de Porto Covinho, Cerro da Águia, do Salto y, finalmente, la Praia Grande de Porto Covo – playas-calas resguardadas entre las rocas y salpicadas de cuevas. Encima de esta última playa, hay un amplio parking y un mirador bonito. ¡Bienvenidos a la zona de los acantilados erosionados paisajísticos!
Todas las playas mencionadas tienen parkings encima de los acantilados; algunos más acondicionados y otros, más improvisados. Ten en cuenta que habrá que bajar escaleras para llegar al agua, y luego, subirlas.
#TipViajero: Si quieres bonitas vistas de la playa da Samoqueira, dirígete a la derecha desde el parking asfaltado, donde las autocaravanas. Desde allí se abren vistas muy bonitas a la playa y al otro lado, una costa accidentada y hostil.
#AutocaravanasYFurgos: encima del acantilado, parece ser, se puede pernoctar. Vimos muchas casas sobre ruedas allí. No había ninguna señal de prohibido. Desconozco si se deja dormir allí en temporada alta.
Porto Corvo
Si necesitas hacer una parada técnica – ir al super, por ejemplo – aprovecha Porto Corvo. Estacionando donde el Miradouro de Porto Covo, no tendrás que mover el coche y podrás acercarte al mirador, pasear por el acantilado, avistar el puerto y patear las calles peatonales, en las que se encuentran súpers, bares y restaurantes, tiendas de souvenirs, etc. La plaza donde está la iglesia de Porto Corvo es muy maja.
Playa de la isla de Pessegueiro y Forte de Nossa Senhora da Queimada
Como prácticamente todas las playas del Alentejo Litoral, la de la isla de Pessegueiro, también es muy fotogénica y apacible. Pero además de la playa, aquí puedes visitar la fortaleza de Nossa Senhora da Queimada. La entrada es gratuita y podrás subir a la torre para ver las vistas y entrar en las salas. En algunas, encontrarás información sobre el fuerte y la fortaleza en la isla de Pessegueiro, su historia y curiosidades de la zona, como, por ejemplo, el ambicioso proyecto para construir aquí un puerto artificial.
El parking gratuito está a 2 minutos andando.
Vila Nova de Milfontes
En Vila Nova de Milfontes nos entretuvimos un buen rato. Primero, nos sedujo la cafetería Pão Café E Companhia, donde hacen unos dulces muy ricos. El tamaño de los pasteles y las raciones de tartas son muy generosas. Pagamos 10€ por 2 cafés, 1 trozo de tarta, 1 bollo grande y 1 pequeño, típico de la zona (con algo parecido al cabello de ángel dentro).
Después aparcamos en un parking disuasorio más cerca del centro de Vila Nova de Milfontes y nos dimos un paseo por las pintorescas calles del casco histórico. Luego nos acercamos al monumento a los Aviadores y al Fuerte de São Clemente, de propiedad privada.
Rodeamos el fuerte y caminamos por la playa del río Mira hasta la escultura de Arcanjo (Arcángel) en medio de una glorieta y un mirador espectacular sobre el Atlántico y el río. Si no tienes mucho tiempo, ven aquí al atardecer, despídete del sol y disfruta del momento más espectacular.
Si tienes más tiempo, ven antes. Aparca enfrente de la Playa da Franquia (fluvial), coge la senda entre las dunas a la playa do Carreiro da Fazenda (atlántica) y vuelve por la costa hasta la playa do Farol (mitad en el río, mitad en el océano) y de vuelta, a la Playa da Franquia por unas pasarelas de hormigón que atraviesan un pequeño puerto improvisado. Enfrente del restaurante A Choupana durante la marea baja se forman unas piscinitas que se parecen a las de Pamukkale en miniatura.
Y también, fíjate en la otra orilla del río Mira: se ven acantilados negros. No nos dio tiempo acercarnos allí, a la playa das Furnas, pero nos parecieron muy curiosos. Si los conoces, dinos si merece la pena visitarlos.
Camping Villa Park Zambujeira
La segunda noche de la ruta por la Costa del Alentejo también la pasamos en un camping – Camping Villa Park Zambujeira, uno de los mejores y cómodos en los que hemos estado. Es amplio, con parcelas generosas, muy natural, con mucha sombra, e instalaciones limpias y cómodas. Cuesta 16€ por una furgo sin luz y dos personas en temporada media.
Además, hay muchos puntos con mesas y barbacoas. Por supuesto, aprovechamos una de ellas e hicimos secreto y pollo a la brasa.
Día 3 en la Costa del Alentejo: Zambujeira do Mar – Azenha do Mar – Costa Vicentina
El pueblo de Zambujeira do Mar se ve mejor desde su playa. Impresiona cómo las casitas blancas se colocaron en hilera sobre el acantilado mirando al Océano Atlántico. Desde la Capela de Nossa Senhora do Mar las vistas de la playa son preciosas.
Parkings: Al lado de la capilla encontrarás un parking. Enfrente de la playa el parking es bastante pequeño y se llena rápido. Si no hay plazas, busca un hueco en las calles en la cercanía.
Azenha do Mar
En Azenha do Mar aparcamos enfrente del restaurante A Azenha do Mar y nos acercamos al mirador improvisado con las vistas sobre la playa y las ruinas de algo que parecía ser un puerto. Digo “mirador improvisado”, porque es nada más ni nada menos que el patio de un bar que parece abandonado, Café Palhinhas, aunque en Google Maps hay reseñas muy recientes.
Restaurante A Azenha do Mar
Nos sentamos a comer en la terraza con vistas al océano. Todo bien, correcto, rico, abundante. Gracias a la camarera, no desperdiciamos comida. Pedimos tagliatelle con pulpo y gambas y fideuá con marisco y también queríamos probar la sopa verde, pero la chica nos avisó de que ya sería demasiado. Y tenía toda la razón. Yo (Kate) ni siquiera pude acabar mi plato.
La cuenta: Dos platos, aceitunas, 0.4 L de vino blanco de la casa y una cerveza = 36€. Sí, los precios han crecido bastante en Portugal en el último año. Pero en este restaurante mereció la pena.
Para asentar la comida, bajamos a la playa por unas pasarelas accidentadas. No es una playa muy agradable para bañarse, porque hay mucha roca y piedra, pero para descansar la vista, es perfecta.
En Azenha do Mar termina nuestra ruta por la Costa Alentejana y empieza nuestra ruta por la Costa Vicentina. Puedes leer sobre ella en el siguiente post.
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