Cuando viajas por las carreteras de la península de Setúbal, no es aconsejable ir muy rápido; por una parte porque hay muchas curvas y niebla que aparecen de la nada cerca de Sesimbra, pero también porque puedes despistarse y no ver muchas cosas interesantes. Así que despacito, que hoy os vamos a contar sobre estos lugares que no se pueden perder.
Azeitao (Vila Nogueira). Bodega José María da Fonseca
Un pueblecito pequeño en la carretera N10/N379-1, a medio camino entre Sesimbra y Setúbal, que se llama Azeitao. Es el pueblo conocido sobre todo por sus bodegas y vinos; aquí se produce el vino tinto de mesa tradicional de Portugal, la Periquita. Y como no, decidimos visitar la bodega donde se hace, la más antigua, José María da Fonseca.
Tip: No tienen un horario fijo, están abiertos de 10.00 a 12.00 y de 14.30 a 16.30, pero no significa que podéis entrar a cualquier hora… Para asegurarse de que vais a poder visitar la bodega, os aconsejo llamar con antelación y reservar. ¡Ahora lo más interesante! Podéis hacerlo a la hora que queráis y en el idioma que os apetezca, siempre y cuando tengan disponibilidad. Funcionan de la siguiente manera: hay que llamar, decir la hora y el idioma que preferís, y si no tienen otra excursión que coincida, os atenderán según vuestras preferencias. Si lo tienen todo reservado, os dirán a qué hora y en qué idioma tienen visitas, para que elijáis la opción que más os convenga.
Nuestra experiencia lingüística: Si tenéis flexibilidad en el idioma/hora, podéis venir sin reserva y os asignan a la visita siguiente, tal y como pasó en nuestro caso: nos apuntamos a una visita en inglés que se traducía a un grupo de alemanes y como las dos guías eran portuguesas, se aclaraban las cosas entre ellas en portugués. De vez en cuando le traducía a Denys algunas cosillas del inglés al ucraniano… así que fue tal mezcla de idiomas que salí con la cabeza como un bombo… pero muy satisfecha de darme cuenta que a veces entendía lo que decían en el alemán sin tener que pedir la traducción al inglés/español, que por cierto, la guía hablaba también 😉
La visita a la bodega más antigua de la zona dura unos 40 min.: 20 minutos la visita por varias bodegas, y otros 20, se dedican a la degustación y compra de vinos (la compra no es obligatoria). Visitamos la Adega da Mata donde se guarda el vino Periquita. Es el vino tinto de mesa más antiguo de Portugal y el primero en ser embotellado, aquí mismo, en estas bodegas. En el tour incluso vimos las primeras máquinas para rellenar las botellas, encorcharlas y poner la etiqueta. El volumen de producción era 240 botellas por hora (1850), en comparación con 30.000 botellas/hora que hacen ahora.
En la Adega dos Teares Velhos se esconde el Moscatel más antiguo de Setúbal, algunas de las botellas tienen más de 100 años. Dicen que moscatel de esta antigüedad aún se puede consumir, que no se estropea, sino que el sabor se hace más denso, más dulce y más fuerte, siempre y cuando esté en las barricas. Sin embargo, si se guarda en la botella, el sabor no cambia nunca: ni empeora ni mejora. Incluso, se puede guardar, una vez abierto, en la nevera durante medio año.
Por lo visto, el la ruta de la visita también incluía los jardines, pero como empezó a llover y el grupo era de alemanes de tercera edad, nos invitaron directamente al hall de la tienda para la degustación.
Precio: 3,50€/persona con degustación de dos vinos (Periquita y Moscatel) incluida.
Azeitao, un pueblo para visitar después de la bodega
La degustación en la bodega es muy generosa, así que antes de conducir es mejor dar un paseo por el pueblo y esperar a que el alcohol se evapore. Hay una oficina de información turística en frente de la parada de autobús; muy majos el personal y útiles sus consejos. Si queréis visitar la bodega de Quinta de Bacalhoa o el palacio da Bacalhoa en el pueblo vecino de Vila Fresca (donde está el taller de azulejos), podéis reservar a través de esta oficina turística, y mejor con antelación. La verdad es que la visita parece muy interesante (mira en la web).
Si paseáis hacia el palacio dos Duques de Aveiro, descubriréis una tienda curiosa de antigüedades que tiene muchas cosas, pero sobre todo, bolígrafos y juegos antiguos. El vendedor es muy simpático y os puede contar un sinfín de historias curiosas sobre el palacio. Por cierto, cuando estábamos dando un paseo por sus terrenos, nos dimos cuenta de que aún sigue siendo la casa para varias familias.
Fijaos en esta fuente y el contador de agua que tiene al lado…. ¿Para qué hacer una obra complicada si se puede apañar con la fuente pública? 😉
También encontramos los lavaderos de Vila Nogueira de Azeitao en el centro del pueblo… pero no entendimos si seguían funcionando con según su propósito inicial o son una atracción turística. De todos modos, los bichos que flotan en sus aguas no invitan para nada a lavar allí.
Otros encantos de Azeitao son la iglesia de San Lourenso y la fuente dos Pasmados, decorada ricamente.
Si paseáis por las calles secundarias, vais a ver la vida cotidiana de la gente y sus mascotas: escuchamos abrirse una puerta, y enseguida vinieron tres gatos corriendo expresando altamente su exaltación. La anciana les sonrió y les dio de comer; al mismo tiempo nos comentó algo, pero todo lo que pudimos contestar fue una sonrisa de vuelta, ya que no la entendimos 😉
P.S. Nosotros no encontramos un sitio donde comer rico y barato, incluso el mercado nos pareció caro, en comparación con otros mercados de Portugal que tanto nos gustan. Así que si tenéis algo que recomendar, bienvenidos.
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