Secretos y horrores de la península de Setúbal: Horrores

Creo que Denys y yo tenemos talento… tanto para descubrir los encantos escondidos de allí a donde vamos, como meternos en experiencias de películas de horror. En Francia, por ejemplo, alquilamos una habitación en un castillo del s.XV para la noche de Helloween, y para llegar hasta allí tuvimos que conducir por los campos solitarios de carreteras secundarias (pagar peaje – ¡nunca!) bajo la luz de la luna parcialmente escondida detrás de las nubes… Cuando nos perdimos, encontramos a un hombre… la única alma viva aquella noche y en aquel rincón del mundo que nos explicó que deberíamos ir «no à gauche«… o sea, a la derecha…

Cuando fuimos a Portugal, también tuvimos una experiencia parecida…

Arañas y sus redes en la oscuridad
¿A dónde nos llevará la aventura esta vez?

Picheleiros

Como siempre, estábamos buscando un sitio para pernoctar… normalmente empezamos la búsqueda sobre las 21.00, después de la puesta del sol, para no perder el tiempo que se puede emplear en ver y hacer cosas. Así que, como siempre, tocaba improvisar y poner la tienda de campaña con una linterna.

Creo que ya lo hago más rápido de noche que de día, que tengo más experiencia.

Vi que en el mapa marcaba «camping» a aprox. 10 kms de dónde estuvimos. Perfecto, aunque no nos hablaron de él en ninguna oficina turística de la zona, bueno… será que no lo conocen… Además, el GPS también encontró un camping por el camino… En 10 min. llegamos dónde nos llevaba el GPS… y nos encontramos en medio del pueblo, con calles en forma de cuadrados correctos, con sus jardines y gente sentada en los bancos y respirando el aire refrescante de la noche…

Eso pasa: el GPS tiene un sentido de humor extraño, que no siempre nos gusta, y a veces nos lleva a los sitios que sólo él aprecia y que no tienen ningún interés para nosotros…

una tienda de alimentación en medio de la nada, Setúbla, Portugal
¿Y ahora, a dónde?

Preguntamos a unos jóvenes si hay algún camping por la zona… la reacción no nos gustó demasiado: pusieron cara de ¿Qué me estás contando, turista raro? Les enseñamos el mapa… y por lo visto les pareció familiar la ubicación… Otra vez sus caras me inquietaron: «Seguro que queréis ir allí»… Pues nada, la primera a la derecha, luego a la derecha otra vez, en la rotonda, a la izquierda, otra rotonda, primera salida, en bifurcación a la derecha e ir subiendo y luego… ya os ubicaréis…

Este luego… ya os ubicaréis… no me gustó demasiado… pero ¿qué se le puede hacer?

Empezamos bien: pueblos, carreteras asfaltadas, gente… pero en 5 minutos entramos en unas carreteras muy estrechas y que cada vez se hacía más y más cerrada, por culpa de altas hierbas que crecían a los dos lados. Una curva, otra, ningún coche a parte del nuestro… y de repente llegamos a una señal muy inquietante: A la derecha, acceso al camping, pero mucha precaución, subida peligrosa, sólo coches potentes… o algo así… OK, momento reflexión: ¿de verdad vamos allí? Pues, si…

La carretera se estrechaba cada vez más y tras todas las curvas ya no estaba capaz de ubicarme en el mapa: ¿dónde está el mar? ¿de dónde hemos venido? ¿en qué dirección está Lisboa? Un escenario perfecto para un secuestro...

paisaje nocturno en la península de Setúbal
¿Dónde estamos?

Decidimos dar la vuelta en el siguiente sitio amplio, ya que no pintaba muy bien, pero hasta llegar a la recepción del camping… no hay sitios amplios para dar la vuelta…

Allí paramos… Una única luz de una única bombilla iluminaba la puerta de la recepción… salió un hombre a nuestro encuentro. ¿Cuántos sois? Pues.. 2 personas, un coche y una tienda… que sea 20€ y nos mira…. ¿Cuela o no cuela? No ha colado… 😉

Muy contenta de tener una excusa para largarnos de allí: 20€ es el doble del precio de los campings de la zona.

Damos la vuelta y huimos hacías las carreteras iluminadas esperando que el hombre de la recepción es un hombre que acaba de perder los clientes y 20€ y no es un monstruo…

Camping de Sesimbra, Portugal
Camping de Sesimbra, donde finalmente pasamos la noche.

Info práctica: el camping al que nos llevó el GPS es el de Picheleiros, en el interior de la península de Setúbal. El camping si que existe y podéis intentar acampar allí. Sin embargo, a nosotros nos pareció uno de los campings «privados». Hemos visto unos cuantos campings de este tipo por la zona: parecen «clubs» o «sociedades» donde acampan los clientes fijos y, aunque dicen que están abiertos a todos, el precio para los «non-members» suele ser mucho más alto que de otros campings.

Más entradas sobre Portugal: 

Tui y Valenca

Las playas atlánticas

El misterio de Sesimbra