No siempre el encanto de los monumentos pretalayóticos de Menorca consiste únicamente en su historia, entorno o el valor que tiene para conocer la prehistoria de esta pequeña isla Balear. A veces una aventura para llegar hasta ellos y explorarlos viene incluida en el pack. Éste es el caso del poblado Pretalayótico de Son Mercer de Baix, ubicado en las tierras privadas y al que se accede por unos caminos curiosos. ¿Merecce la pena el esfuerzo? ¿Es peligroso? ¿Cuánto se tarda? En este post encontrarás respuestas a éstas y otras preguntas.

Poblado pretalayótico de Son Mercer de Baix
Periodo de construcción y uso: entre 1600 y 1200 a.C. ¿1600 – 123 a.C.?
Aunque Son Mercer de Baix es un poblado pretalayótico de navetas de habitación, o naviformes, parece ser que también se usaba en los años posteriores, y hasta la conquista romana. La naveta de habitación que mejor se conservó, Sa Cova des Moro, fue declarada Monumento Histórico Artístico en 1931. Además de varias naviformes, existen restos de muros del poblado y algunas construcciones sin excavar. Lo que se encontró durante la exploración de este asentamiento fue trasladado al Museo de Menorca.

Nuestra aventura para llegar al poblado
El poblado pretalayótico Son Mercer de Baix es, probablemente, el monumento prehistórico de Menorca más ambiguo que hemos visitado.
Según las reseñas de Google Maps, tienes dos opciones para visitarlo.
Opción 1: atravesar en coche una finca privada y luego, superar una pista en mal estado.
Opción 2: aparcar – a saber dónde – y atravesar la finca – con perros feroces – andando para luego caminar – no sé cuántos kilómetros – hasta el poblado.
¿Para? Para ver una naveta de habitación mejor conservada de la isla. ¡De casi 4.000 años de antigüedad!
¡Uff! Tentador, tentador…
Pero ¡qué miedo los perros y la carretera!

Camino hacia el poblado pretalayótico Son Mercer de Baix
Tengo ¡miedo inexplicable a los perros! Y tampoco me gusta transitar por carreteras en mal estado… Me costó mucho decirle a Denys que ¡sí, que vámonos al poblado de Son Mercer de Baix!..
A medida que nos íbamos alejando de la carretera principal, la pista iba empeorando paulatinamente. Llegamos a la finca con la idea de seguir en coche hasta el poblado. Aquí nos dieron la bienvenida tres perros, aún dormidos, tomando el sol. Solo uno levantó la cabeza y le ladró vagamente a nuestro coche.
Seguimos hasta que nos topamos con una verja. Salimos, abrimos, cerramos, hicimos un par de metros. Y es donde empieza el verdadero rock-and-roll.
Desde el desvío de la carretera principal, Me-20, la pista iba empeorando poco a poco, dejándote un tiempo prudente para acostumbrarte a la nueva realidad. Iba estrechándose, luego desapareció el asfalto, aparecieron muros de piedra seca a ambos lados. Pero es pasada la finca, cuando la carretera se empeoró bruscamente. Ahora lo único que me importaba era ¿cuánto queda? Pues, desde la finca, un poco más de 1 km. Pero me pareció eterno.

Visita al poblado pretalayótico Son Mercer de Baix
Una vez aparcados en un parking intuitivo – sabes que está allí, porque de frente hay una señal enorme «Prohibido el paso, propiedad privada» – el poblado está a menos de 5 minutos andando. Desde el primer vistazo supe que ¡mereció muchísimo la pena todo el tiempo y el esfuerzo!
La naveta de habitación está realmente muy bien conservada. Te haces una idea rápidamente cómo vivían, trabajaban, descansaban, amaban hace casi 4.000 años. Estar en el mismo lugar donde los primeros habitantes de la isla… ¡Ufff! ¡Qué día de emociones tan fuertes!
#Curiosidad: Esta naveta se conoce popularmente como «Sa Cova des Moro» (La cueva del moro), pero el nombre es todo una mentira. No es cueva, ni fue construida en los tiempos de la dominación islámica.
Después de explorar la naveta y el resto del poblado, no olvides caminar hasta el punto más alto del asentamiento para… ¡asombrarte con las vistas al barranco de Sa Cova! Ahora es el momento perfecto para escuchar el silencio absoluto (¡no exagero!) e imaginarse un pretalayótico antiguo mirando el horizonte con curiosidad y pensando en qué podría haber detrás de las montañas al fondo.

Camino de vuelta del poblado pretalayótico Son Mercer de Baix
Como es típico, el camino de vuelta me pareció más corto. No, volvimos por el mismo – el único – pero como ya sabía cuántas curvas quedaban hasta la finca, iba más tranquila. Debo decir que Denys no tuvo ningún inconveniente de conducir por aquí, todo lo contrario, ¡le encantó la experiencia!
Resumiendo: os animo a hacer el último tramo en coche solo si sois conductores experimentados y os gustan caminos de cabra.
Cuando volvíamos, empezamos a ver los primeros senderistas que iban al poblado caminando. Al parecer es una ruta bastante transitada. Preguntamos a la dueña de la finca dónde aparcaban, porque no vimos muchos coches en su terreno, y nos dijo que la mayoría subían desde Ferreries, a unos 5 kms del poblado. Tampoco me parece una mala opción si dispones de tiempo.

Visita a la granja Son Mercer de Baix
A la vuelta decidimos entrar en la tienda de la finca para probar sus famosos quesos. Y aquí me estaba esperando mi reto: los perros «feroces», según los comentarios en Google Maps. Debo decir que uno de los tres sí que nos ladró. Los otros dos, fueron amables y casi se suben al coche para inspeccionarlo. En cuanto salimos del vehículo, el «gruñón» se alejó de nosotros y los «amables» nos acompañaron a la tienda. Eso sí, gracias a los ladridos, salió la mujer para atendernos.
Ahora al grano, ¿qué tal los quesos? No es publi, pero ¡están de vicio! Lo digo yo, Kate, que no soy nada de quesos, no me emocionan ni tampoco sé apreciarlos. Otra prueba de lo buenos que están: volvimos el día que volábamos ¡para llevarnos unas cuantas piezas para Madrid! ¡Ni nos dio pereza de conducir por la carretera accidentada de acceso a la finca!
Por cierto, vimos que se hacen visitas guiadas por la finca Son Mercer de Baix. Llama con antelación para reservar. Tenía buena pinta, pero a nosotros no nos cuadró el horario.

Cómo llegar y aparcar en el poblado pretalayótico Son Mercer de Baix
Desde la carretera Me-20, una vez pasado Ferreries, hay que seguir las señales hacía la finca Son Mercer de Baix y el poblado (2,5 km desde el desvío y hasta la granja). En la finca decide si te ves capaz de continuar con el coche o llegó el momento de negociar con los de la finca para dejar el coche en algún lugar por allí y seguir andando.

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