¿Qué os voy a contar de Roma que no sepáis o que no se haya escrito antes? No soy una experta en historia, arte o religión. Probablemente, si lo fuera, no pararía de hablar de Roma, uno de los mejores lugares del mundo para ver tu conocimiento teórico tomar formas reales en edificios, pinturas y esculturas en cada esquina. Tampoco soy una gourmet, porque si no, inundaría nuestro blog con recomendación infinitas de dónde comer en Roma. Además, decir la verdad, ni siquiera soy fan de la cultura romana, me inclino más a la griega, y mis razones tengo. Nunca había soñado con viajar a Roma, simplemente apareció en nuestra ruta low-cost de vuelta a casa como el trasbordo más barato.
Empezamos a conocer Roma sin mucha ilusión, simplemente teníamos que pasar tiempo en esa ciudad vibrante. Pero poco a poco le íbamos pillando el gustillo y con cada descubrimiento que hacíamos, nos volvíamos más y más expectantes. Al final tuve que reconocer:
Roma es impresionante, sorprendente, peculiar.
Con este post quiero ayudarte a enamorarse de Roma: pausadamente, sin agobios, sin planes rígidos y cronometrados al minuto, sin listados infinitos de cosas que ver y hacer. Te voy a dar unos cuantos consejos, alguna sugerencia y un par de nuestros favoritos. El resto depende de tus preferencias, impulsos de tu corazón y fuerzas físicas.
Ver algún clásico
En Roma hay tantos “imprescindibles” que si te propones a verlos todos, tardarás días. Y si quieres dedicarles tiempo, en vez de un rápido vistazo por encima, necesitarías una eternidad. ¿Será por eso que Roma se apellida “La Ciudad Eterna”?
Unos de los mejores ejemplos del arte y arquitectura del Imperio Romano, Renacimiento y Barroco están aquí. La mayor parte del legado de los genios-maestros, como Leonardo da Vinci, Rafael o Michel Ángelo, también se encuentran celosamente guardados en los museos e iglesias de la capital italiana. ¿Cuánto tiempo necesitarías para verlos y, lo más importante, apreciarlos? Una eternidad.
¿Y solo estás en Roma por un fin de semana? ¿Cómo elegir lo mejor, lo más, aquello que nunca olvidarás? Yo tengo mi truco que aplico siempre que empiezo a agobiarme intentando embutir los “musts” de Atenas o París o cualquier lugar con mucha historia en un tiempo limitado. Sigo la regla del “Libro de Historia”. Recuerdo qué aparecía en mi libro de historia cuando estudiaba en el cole y voy a ver esos monumentos, pinturas, esculturas etc. en vivo. Siempre que lo hago, repaso lo aprendido delante del original como si estuviera comprobando si es real, tal y como el libro lo describe. Así es mucho más fácil elegir qué ver en poco tiempo. Si nunca lo has hecho, te lo recomiendo, es muy divertido.
Tiempos orientativos para visitar algunas atracciones más conocidas de Roma:
Mínimo un día: el Vaticano, el barrio de Trastevere
Mínimo media jornada: el Coliseo, el Foro Romano,
Una hora mínimo: el Panteón de Agripa
Mínimo media hora: Plaza Navona, Plaza de España, Fontana de Trevi
Como puedes ver, cualquier rincón, incluso una plaza o una fuente, están llenos de carisma que no te dejarán irse sin dedicarles tu tiempo y regalarles un trocito de tus emociones.
Descubrir joyas menos conocidas
Una visita a Roma no sería completa sin ver la otra cara, no sólo “lo más”. La gracia de esta ciudad está en que incluso los lugares más alejados de las rutas turísticas y menos visitados tienen algo especial. Puede ser un fresco perdido del genio, una columna de miles de años de antigüedad, los huesos de algún santo, o mosaico original de los tiempos del Imperio Romano. Otras veces, el simple hecho de estar vacío y en calma, cuando a 50 metros van corriendo tropas de turistas a caza de las atracciones, ya lo hace peculiar.
En nuestro caso, la suerte estaba de nuestro lado y nos regaló el mejor guía que nos llevó a descubrir las joyas muy poco conocidas. También fue él que nos aconsejó entrar en todas las puertas que estén abiertas: de las iglesias, patios, edificios. Decía:
En Roma nunca sabrás con total seguridad qué hay detrás de una puerta hasta que no te cueles.
Para inspirarte, te dejamos el post de Viajero Errante Qué ver en Roma. 20 lugares secretos.
Fijarse en detalles
Aquí cada esquina está plagada de detalles, a veces, incluso, te saturan, porque no puedes abarcarlos todos para procesar y entender. Sobre todo, proliferan en el barrio de Trastevere. Mira cualquier edificio, ¿notas algo raro? ¿No te parece que esta columna pertenecía a algún templo?
Mira los edificios, caóticamente erigidos con mucha prisa y sin ningún plan arquitectónico. Algunas veces en medio de este desorden verás alguna iglesia atrapada.
Y balcones. Los balcones son un mundo aparte. Nunca sabes en qué parte del edificio van a aparecer y qué albergarán.
Por otro lado, Roma, la ciudad Eterna, la ciudad legendaria, la ciudad del sueño de mucha gente, es una ciudad como cualquier otra. Al lado de sus maravillas del Mundo Antiguo o de la iglesia dónde pintó Miquel Ángelo, vive gente. Y esta gente tiene las mismas necesidades y problemas que cualquier otra persona. Los romanos ¿se estarán dando cuenta de que viven dentro del mito, dentro de los deseos y sueños de muchas personas?
Comer en la calle
No es ningún secreto que en Roma hay muchísimos restaurantes muy buenos. Por otro lado, también es verdad que los precios pueden llegar a ser bastante elevados. Por eso, y porque cuando estás en Roma probablemente preferirás aprovechar todo tu tiempo para ver cosas y no esperar a que te traigan tu comida, te aconsejamos comer en la calle.
Aquí van algunas sugerencias:
- Una pizza. En muchas pizzerías o trattorias puedes comprar pizza por trozos o al peso. Es una buena opción para hacer una breve pausa y seguir descubriendo la ciudad. Puede costar sobre unos 2€ el trozo.
- Un panini o Foccacia. Hay muchos puestos que venden estos productos y a veces tienen ofertas. Incluyendo la bebida, pueden llegar a 3-4€.
- Un doner kebab. Aunque no sea precisamente comida típica de Roma, hay muchos y cuestan unos 4€.
- También existen establecimientos llamados Tavola Calda (Mesa Caliente). Venden platos para llevar. Disponen de una vitrina, donde mantienen la comida caliente. Se puede pedir para llevar o, muchas veces, dentro del establecimiento tienen mesas.
Te dejamos el enlace a los mejores sitios económicos para comer en Roma. Y si no te convence ninguno, no te preocupes, por la calle encontrarás muchísimos más.
¿Te apetece un postre? ¡Claro que sí! El postre callejero por excelencia es un helado. Y estamos en la ciudad perfecta para probar los mejores helados Italianos. En la web de Expedia.es han recopilado las mejores heladerías de la ciudad, échale un vistazo.
Atreverse a practicar deporte de riesgo
Incluso si nunca has estado en Roma, seguramente habrás escuchado que allí conducen como locos, en toda Italia en general, pero la capital supera cualquier parte del país. Y también habrás escuchado que cruzar la calle en Roma puede llegar a ser un reto. Y es algo que cualquier turista vive en persona en algún momento de sus paseos por las calles de la capital.
#TipViajero: las primeras veces que teníamos que cruzar las calles, elegíamos una persona local de apariencia “responsable”: una persona mayor, padres con niños, y los seguíamos. Andábamos cuando empezaban a andar ellos, nos parábamos con ellos. Funcionó.
Pero lo que nunca probamos fue conducir por Roma. No nos atrevimos a alquilar un coche y meternos en el corazón romano. Así que os retamos a practicar este deporte de riesgo y contárnoslo. Y si ya lo has hecho, ¿qué tal?