Parte II. Inicio de la historia, aquí.
La primera duda nos surgió incluso antes de empezar el trekking: ¿Hacerlo o no? con toda la lluvia cayendo y que seguramente irá a más… Para que tomar la decisión fuera aún más difícil, Denys, con el Wi-Fi gratuito del Centro de Información de Stary Smokovec, encontró un hotel de 4 estrellas a 25€: cómodo, calentito, con comentarios excelentes, un escondite perfecto para un día de tormenta… Nuestra zona de confort decía reservarlo, la parte aventurera, intentaba convencernos que la lluvia no es la excusa para abandonar la travesía…
Después de 10 minutos meditándolo, escogimos la media:
decidimos ir hasta las cascadas de Obrov, a unos 20 min. de Hrebienok, y si el tiempo no mejoraba, volver y ceder a la tentación lujosa…

Pero no es tan fácil como puede parecer: la ruta a las cascadas empieza en Hrebienok, pero nosotros estamos en Stary Smokovec, y tenemos dos opciones para llegar hasta Hrebienok: en funicular, pagando 8€ sólo ida o 9€ ida y vuelta, o andando, 55 min. de subida, bajo la llovizna. ¿Hace falta aclarar nuestra opción? En fin, una hora más, una menos, no hace mucha diferencia…
Empezamos a andar, con muchas ganas y energía, el paisaje cambia rápidamente, a la medida que vamos subiendo, la lluvia parece ir a menos; resumiendo: la vida es maravillosa... hasta que a Denys le da por mirar el GPS y darse cuenta de que vamos en dirección incorrecta… Empezamos bien…

Deshacemos lo hecho – lo que más pena me da es que tenemos que bajar y subir de nuevo – encontramos la ruta correcta y ahora sí que sí, ¡empezamos!
La senda Stary Smokovec – Hrebienka trascurre al lado de las vías del funicular, que para darnos envidia circula sin parar, llevando gente arriba, trayéndola abajo, todos mirándonos con ojos de sorpresa. No saben que con lo que acabamos de ahorrar, nos pagaremos una noche de alojamiento.



Desde Hrebienka elegimos la ruta verde y fácil, hasta las Cascadas de Obrov, un destino muy concurrido entre todo tipo de montaneros y excursionistas. Nos vamos acostumbrando al
senderismo «a lo eslovaco»: rutas muy bien marcadas, caminos bien trotados, mucha gente caminando.
Al llegar a Zamkovskego Chata descubrimos otra de las peculiaridades locales: prácticamente en cualquier punto de Tatras puedes tomar una cervecita; allí dónde hay rutas marcadas, hay Chatas, y dónde hay una chata, hay comida y bebida.





Desde la Chata Zamkovskego hasta la de Téryho la senda tiene un poco más de desnivel y ya está marcada como «dificultad media». Pero todo lo demás sigue igual: bien señalizada y mucha gente 😉 Ya os lo dije, que
a los eslovacos les encanta la montaña.




A la medida que vamos avanzando, la niebla se hace cada vez más densa, y una vez alcanzamos el pico no podemos ver nada… Incluso valoramos la opción de quedarnos a dormir en la Chata Téryho, porque nos daba pena irnos sin haber visto toda la belleza de Vysoké Tatry. Preguntamos cuándo costaba y cuál fue nuestra sorpresa cuando el chico nos dijo que ¡no hay plazas! ¡Cómo! ¡Si estamos en septiembre! Ya no es temporada alta… Ya, pero aún seguimos con mucho turismo, – nos dijo, – pero si esperáis, a lo mejor se liberará alguna cama, aún es muy temprano (14.00) y por el mal tiempo es muy probable que se rajen... o no lleguen…


¡Qué calentito se esta dentro! Y fuera, las temperaturas empiezan a bajar, el viento, la niebla… otra tentación de quedarnos a salvo en un cómodo hotel. Comimos dentro, pero decidimos probar la suerte en el siguiente Chata, que estaba a tan sólo 3 horas de camino; llegaríamos a una hora prudente, 17.30, con dos horas de margen antes de que anochezca. Todo el mundo que llegó hasta aquí se quedaba en el refugio, o comía y daba la vuelta… sólo 4 personas y nosotros emprendimos el camino adelante…
la salvajada más peligrosa que he hecho en la montaña está a punto de suceder…



La niebla no se ha ido, tal y como esperábamos antes de sentarnos a comer, sino que se hizo aún más intensa. Varias veces estábamos a punto de dar la vuelta, pero la ruta está tan bien marcada que al final atrevimos seguirla. En pocos metros llegamos a un tramo con cadenas – una ferrata pequenita – que superamos sin complicación alguna, y es cuando pensé: «¡Y esto es de lo que me avisaba el señor del centro de información! ¡Vaya! Si no es nada.»

Aún no sabía que me iba a acordar del señor una vez más…
¡Si pudiera haber leído su mirada de advertencia!
Llegamos a los pies del Priechno Sedlo, cuando entre la niebla aparecieron varias cadenas para facilitar el paso. Bueno, será un tramo corto, como el otro. Y empecé a subir: una cadena, otra, otra más, con cada paso la pared se hacía más abrupta, más vertical… empezaban a caer pequeñas gotas – no podría decir al 100% si se estaba a punto de llover o se deshacía la niebla… Al superar unos 200 metros, de repente alcanzamos los 4 hombres que habían salido del refugio antes que nosotros. Bien, no estamos solos. En caso de que necesitara ayuda – la sensación del precipicio bajo mis pies empezaba a formarse dentro de la imagen construida por mi vértigo – podría llamarles y pedir una mano…


Sin embargo, dentro de un rato me arrepentía de su compañía: empezó a llover más fuerte, llegamos a un repisa pequeña, y los cuatro pararon para ponerse los chubasqueros… y ¡tardaron una eternidad! en hacerlo. En el momento que la niebla se escapó por un segundo, miré abajo… fue un error. ¿100 m de caída libre?.. Entre la lluvia, frío, vértigo, intuición de lo que quedaba por delante, y estos 4 parados…
¡Quiero volver!


No paraba de llover: las cadenas mojadas, la piedra mojada, mi vértigo mojado… hace tiempo que dejé de preocuparme por no mojar el pantalón o no ensuciar las manos; me ayudaba con todo con lo que podía: brazos, codos, rodillas…
… aún llevo moratones de recuerdo.

Cuando pensaba que lo peor ya había pasado, vi algo que hizo que mi miedo se hiciera más fuerte aún, di la vuelta, miré Denys a la cara y dije firmamente:
«De aquí no hago ni un paso más. Voy a volver y da igual todas las cadenas que he superado. No puedo con lo que viene ahora.» Y casi me echo a llorar…
¿Qué fue? ¿Lo superaría? ¿Seguiría haciendo rutas por Altos Tatras o volvería?
Como siempre, se aceptan las apuestas. Y en el siguiente post os lo contamos todo…
[polldaddy poll=9096389]
Más sobre Eslovaquia: