El Parque Dunar de dunas fijas pertenece al parque natural de Doñana, por lo que el acceso es limitado (solamente se puede pasear por las rutas definidas), y las precauciones para preservar el medio ambiente tienen que ser extremas. El ecosistema es muy frágil, por lo que hay que intentar molestar lo menos posible la vida que hay allí. Esta ruta os llevará a uno de los paisajes más impresionantes de la zona – los acantilados del Asperillo, de arena solidificada.
Nuestra experiencia:
Nos avisaron antes de empezar la ruta: «Pasa por las dunas, no hay tarima, es por la arena«… Nos dieron todos los detalles: «La longitud es de 5,6km, se tarda aprox. 3 horas. Hay que salvar desniveles constantemente«… Y nos adelantaron los posibles inconvenientes: «Hay muy poca sombra, no es recomendable hacerla a medio día. Además, la bajada a la playa es un tanto complicada«… Y allí estábamos, a finales de mayo, a las 15.00, empezando la ruta, llenos de entusiasmo y dispuestos a sufrir. ¿Somos masoquistas? Porque sólo hay dos tipos de personas aptas para esta ruta: masoquistas o l@s que están en plena operación bikini centrada en la celulitis.
Llegamos al punto de partida sobre las 14.30 y nos dimos cuenta que teníamos hambre, así que sacamos nuestro camping gas e hicimos un buen plato de macarrones. Llenos y contentos, empezamos la ruta pensando «No puede ser difícil, ¡no llega ni a 6km! Bueno, la hacemos en pleno sol, pero estamos en mayo, no en agosto. Trascurre por la arena, bueno, pero tampoco será para tanto...» En primera subida nos acordamos de los macarrones, avisos de la señora de la información turística, de nuestro sentido común que decía no comer, no andar a las 15.00, no confiar en la arena… pero ya era tarde. Ya habíamos empezado la ruta y salvo que viéramos peligro para la integridad de nuestros cuerpos o/y mentes, la opción «de dar la vuelta atrás» no existía; así somos y por eso sufrimos muchas veces 😉
Pasamos por un paisaje un poco desesperante – por la laguna del Jaral… que casi nunca tiene agua. Sólo se llena en los períodos más húmedos y es cuando la vida se precipita por nacer, desarrollarse, disfrutar del corto momento de la gloria y desaparece, aunque no por completo… los más fuertes siguen en pie esperando el siguiente momento fértil.
Al completar la primera subida y adentrarnos por un tiempo en el bosque de pinos, volvimos a ser optimistas: después de todo esto… no es para tanto. Hay un poco de sombra, tengo que pararme cada 100 metros para vaciar las zapatillas llenas de arena, pero… podría ser peor, podríamos no llevar agua, por ejemplo, pero la teníamos, así que sobreviviremos 😉
Llegamos a un cruce de caminos: Al Acantilado (900 m) a la izquierda y Camino Preferente, a la derecha. Mi intuición femenina me dijo: «Al Acantilado… y luego ya veremos«, pero Denys insistió: «Camino Preferente«… ¿Por qué? ¿Por qué a los hombres les gusta la palabra Preferente, ¿les gusta sentirse preferentes?, ¿tiene algo que ver esta elección con la psicología?… Y allí fuimos… dando la vuelta completa a la ruta: sin sombra, por la arena, bajo el pleno sol, entre pinos y arbustos medio desecados, en silencio absoluto y con raras vistas del mar… Zapatillas llenas de arena, ya ni me molestaba en sacarla. intentando pensar en positivo: estoy haciendo el ejercicio para mejorar la celulitis… estoy entrenando los glúteos… las zapatillas pesan más, así que haré más esfuerzo para entrenar las piernas… voy a coger color, lo importante es no quemarse… los colores de los paisajes salen bien en las fotos… se ven muchas huellas de animalitos… interesante… Me giro para hacer una foto al paisaje que quedaba detrás… y pillo a Denys. Un autentico Robinson Crusoe, con la única camiseta puesta y una mirada sufridora… Sería una imagen muy romántica, si no fuera YO quien llevaba todas las cosas que necesitaba el Robinson Crusoe: la mochila, la cámara, el agua, crema solar, etc….
No sé cuanto más anduvimos pero finalmente llegamos al cruce: Al Inicio (Preferente) y Al Acantilado (400m)… estaba a punto de volver, pero… ya habíamos llegado a este punto y volver sin ver el Acantilado… caímos en la tentación de acabar todo lo que empezamos… y ¡esta vez no nos equivocamos! Las vistas merecieron el esfuerzo. Una foto, descanso, un poco de agua… y de repente notamos una «instalación fija» «homemade» que bajaba a la playa… hecha de cuerdas sueltas atadas entre sí y fijadas a las pasamanos, fijas en un pasado lejano, pero hoy en día, bastante móviles… sin mucha seguridad ni garantías… pero no seríamos nosotros si no investigáramos esta «instalación». Y sí, al final bajamos a la playa y pasamos allí un buen rato charlando con los pescadores 🙂 Creo que ha sido la mejor parte de la ruta.
Una vez más me he reafirmado en que:
Cada esfuerzo tiene su recompensa
Datos prácticos:
Nombre: Ruta del Acantilado del Asperillo o de la laguna del Jaral.
Tipo de ruta: circular.
Ubicación: Parque Dunar. Parque Natural de Doñana. Huelva, Andalucía.
Distancia: 5,6 km en total.
Tipo de sendero: arena.
Desnivel: 60m, pero por la arena, sería de nivel bajo-medio.
Tiempo: 3 horas, según el panel informativo en el inicio. Nosotros estábamos tan hartos de andar por la arena, que la hicimos en 2 horas 10 min., incluidos los 40 min. que pasamos en la playa. Los últimos tramos los hicimos casi corriendo. Por cierto ¿habéis probado correr por la arena con las zapatillas llenas de ella? Una experiencia curiosa, sobre todo cuesta abajo 😉 amortigua más de lo habitual y te da la sensación de estar dando saltitos todo el rato.
Inicio de la ruta: Km 47 aprox. de la carretera A 494. Hay sitio para aparcar (gratis) y un cartel con el plano de la ruta. Hay que cerrar la verja después de pasar.
Hora recomendada: temprano por la mañana o por la tarde, a partir de las 18.00 en mayo-septiembre. Preferiblemente con tiempo nublado, porque casi no hay sombra.
Qué llevar: Agua (imprescindible, no hay agua por el camino), algo para picar, protección solar (crema, gorra, gafas), calzado cómodo. Aquí está la duda: no sé qué calzado recomendaros. Las zapatillas se llenan de arena. Las chanclas no se sujetan al pié. Las botas son demasiado pesados… Intenté ir descalza, con los calcetines puestos, que funcionaba en el desierto, pero en el desierto no hay pinos que sueltan las hojas que pican… ¿Fivefingers? Podría ser una solución, porque son bastante justos y no dejan entrar la arena… Si encontráis otra solución, informarnos 😉
Recomendación personal: Yo solamente haría el tramo: parking – cruce – Acantilados (con bajada opcional a la playa) – vuelta por el mismo camino. Ida: 1.700m y lo mismo de vuelta. Si os animáis bajar a la playa, pasaría allí todo el día: como es de relativamente difícil acceso, disfrutaréis de la soledad 🙂 Además, al bajar a la playa vais a poder disfrutar de uno de los paisajes más impresionantes del Parque Dunar (dunas fijas): los Acantilados del Asperillo.
Tip: Por el camino vais a ver huellas de diferentes animales, pero hay que tener mucha suerte para verlos: al escucharnos se esconden. El mejor período para avistarlos: temprano por la mañana o a la última hora de la tarde.
Más entradas sobre el parque de Huelva:
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