La Costa Vicentina se comprende entre Odeceixe, en el sudoeste, y Burgau, en el sur. Es una costa atlántica, con playas inmensas, acantilados caprichosos y un paisaje semi-árido. Limita con la Costa del Alentejo y forma parte del Algarve, una de las zonas más ricas y turísticas de Portugal. Además de las playas, aquí puedes encontrar senderos, bosques, acantilados, fortalezas, faros, pueblos encantadores, etc.
Nuestra ruta por la Costa Vicentina
Seguimos con nuestro roadtrip de 4 días por las Costas Alentejana y Vicentina en camper. En el post Las Costas Alentejana y Vicentina, Portugal. Consejos prácticos te contamos nuestras primeras impresiones sobre estas regiones portuguesas y, además, compartimos información práctica. En el post Ruta por la Costa Alentejana te contamos cuál fue nuestra ruta por el Sudoeste Alentejano. Esta entrada es la continuación de la anterior. Seguimos hacia el sur de Portugal para luego cruzar por el interior de camino de vuelta a Madrid.
#Disclaimer: Aunque Lagos no pertenece a la Costa Vicentina, lo incluimos, porque merece la pena y está a dos pasos. Y si vas a recorrer la Costa Vicentina, te recomendamos también pasar por aquí.
#TipViajero: Ten en cuenta que el viaje de Lagos a Madrid es largo: aprox. 8 horas de carretera. Procura planificar y salir a una hora decente. Nosotros nos entretuvimos demasiado, salimos de Lagos a las 18.00 y tuvimos que parar a dormir a medio camino. Suerte que viajamos en camper, encontramos un área de autocaravanas en Mérida automática y pudimos descansar.
Costa Alentejana – Odeceixe – Aljezur
Nuestra primera parada en la ruta por la Costa Vicentina fue el pueblo de Odeceixe, y más concretamente, su mercado municipal que, supuestamente, estaba abierto hasta las 15.30.
#MercadosDePortugal: Nos sorprendió este dato de Google Maps, porque en Portugal los mercados municipales suelen empezar a recoger sobre las 12.00 para cerrar a las 13.00. Y, efectivamente, cuando llegamos sobre las 14.00, estuvo cerrado.
Odeceixe es un pequeño pueblo portugués que ya pertenece a la región de Algarve, y forma parte de la Costa Vicentina. Cuando estuvimos (finales de junio), estaba ricamente decorado para las fiestas. Hacía mucho calor, así que solo aguantamos unos 30 minutos en sus calles con poca sombra. Aunque parecía fuera de las rutas turísticas más populares, sus terrazas rebozaban de gente y se respiraba un ambiente muy vivo.
Playa de Odeceixe
Del pueblo de Odeceixe volvimos a la carretera N120 y cogimos la Variante 19 de abril para bajar a la playa de Odeceixe. Para que no nos perdiéramos, el curso del río Seixe nos guiaba todo el camino, hasta que llegamos a su desembocadura en la playa. Casi llegando al final, está el mirador de la Ribeira de Seixe; no tengas prisas y para aquí para impregnarte con el paisaje que te rodea.
Cuando te acerques a la playa, sé paciente. Es un destino muy popular, así que será difícil encontrar sitio para aparcar en la cercanía. Es más, no se puede bajar en coche hasta la arena, salvo autorizados. Así que, toca adentrarse en una de las calles de un solo sentido para buscar un hueco.
¡Atención autocaravanas y otros vehículos grandes! Debéis seguir las señales que os desviarían a una zona amplia a las afueras del núcleo de la playa. A pocos metros de allí, se abren unas vistas preciosas a los alrededores desde lo alto.
Al otro lado del río Seixe trascurre una pista sin asfaltar que lleva a las playas fluviales a lo largo de la orilla. No hemos estado, pero desde arriba se veía muy tranquilito.
#Curiosidad: La playa de Odeceixe fue reconocida como una de las 7 Maravillas de Portugal en la categoría Arribas Beach, en 2012.
Praia do Vale dos Homens
Supongo que en plena temporada de verano, la playa de Valle dos Homens estará bastante masificada, al igual que las demás playas de relativamente fácil acceso en coche, pero a finales de junio estaba bastante solitaria. Los coches venían, la gente se hacía una foto desde arriba y se iba. Hacía mucho viento, empezaba a chispear, lo que no invitaba mucho a tumbarte en la playa o darte un baño. Nosotros nos acercamos a un mirador, a pocos metros del parking, accesible por una pasarela de madera. Bonito.
En esta parte de la Costa Vicentina – entre las playas de Odeceixe y Amoreira – encontrarás muchos desvíos, más o menos asfaltados y cómodos, para llegar a las playas accidentadas. Me imagino que en temporada habrá muchos coches circulando por esas pistas en búsqueda de privacidad.
Aljezur
Aljezur es uno de los pueblos bonitos de la Costa Vicentina. Consta de dos partes: la vieja y la nueva. En la parte histórica de Aljezur se encuentran los restos del castillo en lo alto de una colina con vistas espectaculares tanto al Aljezur nuevo como al meandro casi seco del río Aljezur. En el pasado era un río transitado por las grandes embarcaciones y Aljezur – un centro comercial importante del antiguo imperio almorávide. Pero a partir del s. XV dejó de ser navegable y Aljezur – su nombre árabe al-Yazira significa “la isla” – poco a poco perdió su relación con el mar.
En el casco antiguo – ubicado sobre 3 cerros, en uno de los cuales está el castillo – encontrarás casas típicas del Algarve rural. Las calles son de trazado medieval – estrechas, sinuosas, empinadas – así que es mejor dejar el coche en uno de los parkings que hay abajo, al lado del río, y explorar Aljezur andando, haciendo un poco de ejercicio.
Además del castillo, en la parte antigua de Aljezur encontrarás Iglesia de la Misericórdia de Aljezur y Museo de Arte Sacro Manuel Francisco Parral, Museo municipal, Casa-Museu Pintor José Cercas, Museu Antoniano y el Mercado municipal. Detrás del mercado hay baños públicos gratuitos y abiertos. Y delante, una cafetería donde venden unos dulces típicos de la zona.
Después del terremoto del 1755, que afectó bastante el pueblo, el clérigo y los habitantes de Aljezur deciden trasladar su iglesia a una zona más llana y más segura. Así empieza el Aljezur Nuevo, alrededor de la iglesia Matriz de Nuestra Señora del Alva, o iglesia nueva. Al lado está el mercado de la iglesia nueva donde se puede aparcar para callejear un poco por las calles de este pueblo nuevo.
Praia da Amoreira
La playa de Armoreira es una extensa y preciosa playa de la Costa Vicentina con un arenal y dunas impresionantes. El río Aljezur desembca con fuerza en el Océano Atlántico formando un bellísimo paisaje. Dicen que se pueden ver restos fosilizados en los acantilados negros de la playa de Armoreira, pero no los encontramos.
Se puede acceder a la playa por una carretera que lleva al Bar Paraíso do Mar (hay parking) o se puede avistarla desde arriba, desde la Taberna do Gabriel II, donde hay una pequeña pasarela-escalera que te lleva sobre el río. Al lado hay varias sendas que descienden hasta el río.
En la última curva de la M1003-1 antes de bajar a la playa de Monte Clérigo hay un pequeño parking-mirador con vistas espectaculares. Disfrútalas antes de bajar a la playa, rodeada de dunas.
Playa Monte Clérigo
A poca distancia en coche de la playa Amoreira, está la de Monte Clérigo, rodeada de dunas y casitas bajas con calles cubiertas de arena. A la hora del atardecer es un lugar extraordinario para pasear, bañarse, desconectar.
Hay parking a lo largo de la carretera y baños, en la entrada a la playa. No dispone de duchas.
Fortaleza da Arrifana
Terminamos el día en la Fortaleza da Arrifana viendo el atardecer sobre el océano Atlántico reflejado en los acantilados negros de la costa a un lado y teniendo de dorado intenso la playa de Arrifana y su puerto al otro lado del promontorio.
Las ruinas de la fortaleza de Arrifana fueron restauradas y al lado, se hizo un bar, por si te apetece cenar en un sitio tan bonito como la punta de Arrifana.
N268
Bajamos al sur de Algarve, y al punto final de la Costa Vicentina, por la carretera N268 que atraviesa montañas, bosques y pueblos escondidos. Es una preciosidad, sobre todo, a la última hora del día, cuando la naturaleza se prepara para su descanso nocturno. Y también esta zona contrasta con los altos acantilados, olas enfurecidas del Atlántico y playas inmensas de arena y dunas. Si tienes tiempo, recorre esta carretera pausadamente.
Área de autocaravanas privada en Burgau
Pasamos la noche en una nueva área de autocaravanas privada en Burgau por 14€ (furgo + 2 personas sin electricidad). Se ve que los dueños están haciendo todo lo que pueden para que sea una zona cómoda para estacionar y pernoctar: los baños y las duchas son correctos, con agua caliente, papel higiénico y jabón. También hay cubos de reciclaje (menos el de plástico). Las parcelas son generosas.
Por la mañana desayunamos al hilo musical relajante de un hotel-retiro que hay al lado. Las dos únicas pegas son la carretera de acceso, sin asfaltar y con un bache importante, y la ausencia de sombra. Han plantado unos árboles, pero no sé si sobrevivirán y si algún día llegarán a dar sombra. Por lo demás, noche tranquila y agradable, igual que sus dueños.
Sagres – Lagos – Madrid
Al día siguiente retrocedimos un poco por la Costa Vicentina, para visitar uno de los lugares más populares de Algarve – la Fortaleza de Sagres (s.XV), en el cabo del mismo nombre. La entrada general cuesta 3€. Es curioso que la fortaleza ocupa todo el ancho del cabo y es imposible llegar a la punta, al faro y a los “bufones” sin pagar la entrada.
Desde las murallas de la fortaleza de Sagres se abren vistas a las playas del Tonel y da Mareta; la primera, con olas altas, perfectas para practicar el surf, y la segunda, resguardada y tranquila, genial para los que quieren darse un baño.
El museo de la fortaleza de Sagres es muy interesante, con “efectos especiales”, proyecciones emocionantes, representaciones de barcos y, por supuesto, información en paneles. En la segunda planta suelen hacer exposiciones temporales. A finales de junio estaban pinturas abstractas en blanco y negro.
#Negativo: el baño no funcionaba. No sé si era algo puntual, pero me parece inaceptable, teniendo en cuenta que se cobra la entrada y la gente suele pasar aquí un rato largo, entre pasear al faro, explorar el museo y acercarse a todos los rincones del recinto.
Aunque hacía bastante calor, el viento que sopla en el cabo lo hace más llevadero. Así que nos dimos un paseo hasta el faro, nos metimos en el laberinto, nos acercamos a los “bufones” (agujeros en la costa que llegan al mar y a través de los cuales se oye su rugido y, a veces, hasta se ve el agua).
El parking es gratuito y está fuera del recinto amurallado. En la zona más cercana las autocaravanas están prohibidas, pero un poquito más alejado está otra zona, frecuentada por los viajeros-furgoneteros y -caravaneros.
Playa da Mareta
La playa da Mareta, como decíamos, es una playa resguardada, sin olas, tranquila, genial para pasar un día de relax vuelta y vuelta al sol y de baños placenteros, acompañado de pececitos curiosos y con vistas a la fortaleza de Sagres.
Pero ten en cuenta que es mala idea bajar en coche hasta la misma playa, donde el restaurante. En nuestro caso, el restaurante estaba cerrado, y su parking, con una cadena. Tuvimos que hacer malabares para dar la vuelta y arrancar cuesta arriba, y eso que nuestra furgo es pequeñita. Es mucho mejor dejar el coche o caravana en un parking sin asfaltar que está a media bajada o incluso arriba del todo. Hay varios sitios habilitados.
Snack-Bar Zig-Zag en el mercado municipal de Vila do Bispo
Ese día no tuvimos mucha suerte con los restaurantes a la hora de comer: el primero estaba full, el segundo, cerrado. Así que venimos a nuestra tercera opción, Snack-bar Zig-Zag en el mercado municipal de Vila do Bispo.
Y no está nada mal. Denys pidió plato del día, típico de la zona, feijoada. Muy rico. Y yo, calamares rebosados que vinieron con ensalada y patatas fritas. Debo decir que temía que los calamares y patatas llevaran demasiado aceite, pero no sucedió tan cosa. Todo muy rico y saludable, dentro de lo que cabe. También pedimos medio litro del vino de casa, una cervecita, un café y un postre, tipo pastel de nata, pero con higos como relleno. Cuenta final: 20€. Camarero muy majo, parking al lado.
Por cierto, si eres fan de percebes, aquí están a buen precio: 13€/400 gr. El camarero, que además habla español, va a cogerlos él mismo, por lo que son muy frescos. No nos emocionan, por no decir que no nos gustan, pero vimos a un hombre muy feliz finiquitando su ración de percebes con mucha tenacidad.
Lagos
Lagos, formalmente, no forma parte de la ruta de la Costa Vicentina. Pero como esta de camino de vuelta a Madrid, y me apetecía mucho acercarme a la parte más famosa de Algarve – con los acantilados de fantasía de color ocre – le dedicamos un par de horitas. Ya te adelanto que el verano (finales de junio – principios de septiembre) no es el mejor momento para explorar la costa sur de Algarve. Las aglomeraciones son agobiantes en todas partes: playas, parkings, calles, etc. Si te gusta la vida vibrante, es tu momento, pero en caso contrario, espera hasta otoño o ven antes, en marzo-abril.
En Lagos visitamos la Punta da Piedade y la playa de Dona Ana. Ambos sitios, muy bonitos. En la punta tienes varias pasarelas de madera (y otras tantas en construcción) y vistas impresionantes a los acantilados de formas caprichosas, con cuevas, pasadizos y columnas solitarias en medio del océano. En la ruta hay varios paneles informativos en los que puedes aprender la historia de creación de esta maravilla natural. También hay restaurantes, parking gratuito y servicios.
¡Ojo! Si hace mucho calor, no aconsejaría visitar la Punta da Piedade, ya que no hay ni una sola sombra. Por eso, después de media hora en la Punta da Piedade necesitábamos urgentemente bañarnos.
La playa de Dona Ana es la opción más cercana y cómoda. Eso sí, es también bastante popular, por lo que prepárate para tardar un rato en aparcar (gratis a finales de junio) y de encontrarte con mucha gente en la arena.
Si intentas saltar los obstáculos (un poquito de escalar, un poquito de nadar), puedes llegar a unas playitas más solitarias, pero no desérticas. Y vigila las mareas, a ver si luego no podrás volver…
Más sugerencias para viajar por la Costa Vicentina y alrededores
Si te pilla de camino o quieres explorar más las zonas de Algarve y Alentejo, adéntrate en el interior, visita la sierra de Monchique, las playas fluviales, las ciudades de Beja, Évora, Elvas o dale la vuelta al embalse de Alqueva, el más grande de Europa, compartido entre Portugal y España. De este último destino tenemos varias entradas en el blog.
Y si tienes previsto hacer el sur de Algarve, la costa sur de Portugal, considera también cruzar a España, y visitar la zona de Huelva (Parque de Doñana, El Rocío, Ruta de los Dólmenes, Acantilados del Asperillo o Río Tinto) o la Sierra de Aracena.
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