En todos los itinerarios por Perú aparece Ica, no tanto la ciudad, como el desierto y oasis de Huacachina que se encuentran a pocos kilómetros. Es un lugar, sin duda, curioso, único, espectacular. Sin embargo, también da una sensación de artificialidad y sufrimiento.
Opinión personal sobre el desierto y oasis de Huacachina
Llegamos al oasis de Huacachina. Por un lado, lo primero que ves es un sinfín de agencias que ofrecen excursiones en todo tipo de tubulares y alquilan surfboards. Restaurantes que sirven comidas, hoteles de diferentes niveles, hasta hay una piscina en la que puedes relajarte en medio del desierto (20 PEN/persona para no huéspedes). Parece que este lugar da de comer a mucha gente. Bien.
Por otro lado, te das cuenta de que todo esto existe solo porque hay demanda. Y, según mi percepción personal, a los que viven de estos negocios lo único que les importa es el dinero. Tanto las calles del oasis de Huacachina como el desierto están sucios. Se podría decir que la parte de la culpa la tenemos nosotros, los turistas. Sin embargo, la mayoría de los residuos son, por ejemplo, periódicos y restos de las grandes cajas o plásticos en los que llega la mercancía, con sus albaranes y nombres de los productos y destinatarios.
Cuando te adentras en el desierto, aparte de su belleza de muchos kilómetros, ves rincones que dan mucha pena. Por ejemplo, el oasis muerto donde habían construido una casa de lujo y ¡hasta una carretera en medio de la nada! para uno de los personajes importantes de Perú. En cuanto se secó el oasis, se abandonó la casa. Y lo que ves ahora son ruinas y palmeras sin vida. El desierto está intentando cubrirlo con sus arenas blancas, pero necesitará un tiempo para conseguirlo.
Entonces ¿ir o no al desierto de Huacachina? Lo tienes que decidir tú.
Ahora vamos con la información práctica.
Cómo llegar al desierto y oasis de Huacachina
Lo más fácil es ir al desierto y oasis de Huacachina desde Ica. Hay taxis en la Plaza de Armas que te llevarán por entre 5 y 8 soles y te traerán desde el desierto a la ciudad por entre 6 y 15 soles. Sí, así es, la vuelta es más cara.
Los taxies desde la estación de autobuses cuestan el doble y tampoco son de fiar. A nosotros nos mintieron descaradamente en el momento que bajamos del bus proveniente de Lima.
Otra opción son los colectivos que cobran 2 soles por persona y paran a 3 cuadras de la Plaza de Armas. Pregunta a varias personas en la plaza dónde exactamente. ¿Por qué a varias personas? Porque hay que contrastar la información si quieres estar seguro de que está bien.
Más sobre las peculiaridades de la mentalidad peruana, en el post Lo que me gustó y lo que no de la gente de Perú.
Nosotros al final fuimos en un “kamikadze”, el tuk-tuk, o mototaxi, como los llaman en Perú, por 5 soles/trayecto. Sorprendentemente, tenía fuerza suficiente para llevarnos a nosotros, nuestro equipaje, y le daba energía hasta para poner música a tope.
Si te gusta la aventura, viaja con mototaxi: se meten en medio del tráfico intenso, pitan como si no hubiera mañana y gritan si les pitan de vuelta. No hablan con el pasajero, porque están constantemente analizando la carretera para, en el momento más inesperado, hacer un giro en dirección prohibida y… repetirlo todo otra vez: pitar, gritar, acelerar.
Qué hacer en el desierto y oasis de Huacachina
Oasis de Huacachina
Pasear alrededor del oasis de Huacachina es una experiencia especial. Sobre todo, si piensas que a muchos kilómetros en los alrededores no encontrarás nada más que arena y más arena. ¿Cómo apareció aquí un lago? No sé tú, pero yo no creo en las explicaciones científicas, tipo aguas subterráneas. A mí me gusta más la leyenda de la princesa peruana de belleza infinita.
Dice la leyenda que había una chica muy guapa, de pelo largo negro y ojos de color esmeralda, que paseaba sin parar por las arenas del desierto de Huacachina mirándose en el espejo. Una vez vio una reflexión de un chico detrás suya. Se asustó tanto que soltó el espejo y se hizo añicos. Estos trozos de cristal se convirtieron en el lago de color esmeralda que aún reflejaban los ojos de la princesa.
Por cierto, parece mentira, pero el oasis de Huacachina está muerto también, como el otro, en medio del desierto, el de la casa de lujo. Este lago precioso, de agua esmeralda, es artificial. Se le está inyectando agua para que luzca así de bonito. No se sabe muy bien porque desaparecen los oasis en Huacachina, pero, según nos explicaron, una de las razones podría ser construcción excesiva, pozos ilegales y utilización de las aguas subterráneas para el riego de campos de cultivo, uso doméstico y piscinas.
Paseo en tubular, sandsurf y atardecer desde una duna
Otras tres actividades típicas en el desierto y oasis de Huacachina son paseo en tubular, sandsurf y atardecer desde alguna duna. Normalmente las tres experiencias se unen: al contratar un tour en tubular, te incluye las otras dos cosas. Claro está, tienes que coincidir en el horario con el atardecer.
Paseo en tubular
Ahora sobre el tour en tubular: si esperas un paseo tranquilo para contemplar la belleza del desierto (ésas eran mis expectativas personales), vuelve a la realidad. Es una experiencia loca durante la cual empiezas a valorar tu vida seriamente y preguntarte a ti misma si merece la pena arriesgarla. Si piensas que exagero, busca videos en Internet.
Pero sí, exagero un poco, porque no me gustan las cosas que no puedo controlar ni evitar. Sin embargo, nuestros compañeros de viaje (hay tubulares de 6, 8 o 12 pax.) chillaban de felicidad sin parar.
#TipViajero: ¿Cómo saber si te va a gustar la experiencia en tubular? Si te gustan los parques de atracciones, lo más probable que sí, te encantará.
Sandsurf
Después de un circuito loco, paramos para practicar sandsurf. Te tienes que tumbar sobre la tabla y bajar la duna más alta que encuentre el conductor del tubular. Aquí no te dejan bajar de pie, por seguridad.
Pienso que nosotros tuvimos suerte con el conductor. Aparte de la parte llena de adrenalina, nos llevó al oasis del que os hablé al principio del post, el de la casa de lujo. Y nos contó historias del desierto, y afirmó, un poco triste y avergonzado, que en realidad la gente local no valora lo que tiene. Mientras trae dinero, no les importa si es sostenible, seguro, bueno para el futuro de la localidad.
#Reflexión: a lo largo del viaje encontrábamos constantemente ejemplos de esta mentalidad. Mientras a mí me va bien y me sirve, no me importa cómo influirá en el futuro. Según hablamos con los peruanos, nos confirmaban esta sensación, algunos, sin entender cuál es el problema, y otros, lamentándolo.
Atardecer en medio del desierto
Último punto – la contemplación romántica de la puesta del sol desde una de las dunas más altas… en compañía de cientos de turistas que contrataron el mismo tour en una de las numerosas agencias del oasis de Huacachina. De todos modos, sería egoísta por mi parte querer disfrutar de un atardecer tan bonito como éste en exclusividad, sin compartirlo con nadie.
El desierto a tu aire
Una experiencia mucho más tranquila es pasear por las dunas en los alrededores del oasis de Huacachina. Es un poco más exigente físicamente, pero estás libre de ir a dónde quieras y tardar lo que te apetezca.
Con qué agencia contratar el servicio de tubulares:
Sería difícil dar consejos sobre cómo elegir una estando allí. Todas parecen iguales. Si te sirve de guía, nosotros lo hicimos con Viajes Ica. Gente maja, conductor, tal y como os dijimos, muy bueno: responsable, interesante, prudente. Pudimos dejar nuestras cosas en sus oficinas.
Precios y tiempos de las experiencias:
Un paseo alrededor del lago: gratis. Unos 20 minutos si quieres dar la vuelta completa sin parar. Más, si te adentras en un par de calles para cotillear o juegas con los patos.
Excursión en tubulares (¡no te dejan conducirlo!): una o dos horas. Las de dos horas cuestan entre 40 y 60 soles/persona. La de una hora, entre 25 y 40 soles/persona. Hay dos horarios para salidas en tubulares: mañana y tarde. Por la mañana son de una hora. Por la tarde, de 2 horas, para poder ver el atardecer. Entrada a las dunas se paga aparte, 3,60 soels/persona.
Paseo por las dunas por tu cuenta: el tiempo que quieras y gratis, aunque tienes que pagar la entrada a las dunas, 3.60 PEN.
Dónde dormir y comer en el desierto y oasis de Huacachina
Lamentándolo mucho, no podemos ayudarte, ya que no paramos ni en Huacachina ni en Ica. Venimos de Lima y por la tarde, después de todas las visitas, nos fuimos a Paracas. Para comer, aprovechamos uno de los tuppers que nos sobró después de una visita a un restaurante de Lima.
Qué llevar al desierto y oasis de Huacachina
El desierto y oasis de Huacachina es arena, sol y poca agua refrescante.
- Así que, agua, protector solar y gorro, gafas, manga larga son imprescindibles, desde mi punto de vista.
- Para el atardecer, recomendaría un cortaviento, porque, cuando baja el sol, bajan las temperaturas drásticamente.
- Mucho cuidado con la cámara y teléfono. Lo más recomendable es limpiarlos después de la visita al desierto.
Qué ver y hacer en Ica
Un apartado cortito, porque, la verdad, encontramos pocas cosas que ver en Ica, para nuestro gusto. Además, como nos asustaron, que es una de las ciudades con más delincuencia en la zona, tampoco teníamos muchas ganas de investigar en profundidad.
Cuando llegamos en bus desde Lima, fuimos andando desde la estación de buses hasta la Plaza de Armas, descubriendo una ciudad muy caótica y ruidosa, llena de polvo y con aire denso, difícil para respirar. Está muy cerca del desierto, y su ambiente árido llega hasta Ica.
La plaza de Armas es maja, probablemente, el rincón más cuidado de la ciudad, pero nada excepcional. Como en la mayoría de las ciudades de Perú, en la Plaza de Armas encontrarás casi todo lo que necesites y si no, pregunta a la gente que está pasando el tiempo en los banquillos.
Antes de la visita por el desierto y oasis de Huacachina, contratamos una excursión por la ciudad de Ica y la bodega El Catador. En realidad, no hubo ninguna visita por la ciudad en sí, solo la vimos desde el coche. De todos modos, tal y como lo dijimos antes, tampoco parece que haya muchas cosas que ver en Ica.
Precio de la excursión City Tour: entre 30 y 50 soles/persona. También la puedes contratar con Viajes Ica.
Bodega El Catador
Sin embargo, la bodega es muy curiosa. Tiene 8 propietarios, 8 hermanos, quienes dividieron el legado de sus padres y ahora producen vino pisco cada uno por su cuenta. Pero utilizan la bodega El Catador para hacer visitas guiadas y explicar el proceso de la producción de vino y pisco tradicionales. Dicen, que el pisco de esta zona es el más auténtico, el más verdadero. Aquí es dónde originó y de dónde se expandió por otro países. Si no estás de acuerdo, siempre puedes discutirlo con los guías.
Si estás en Ica en la época de vendimia (marzo), no te pierdas una experiencia única en la Bodega El Catador. Primero, se elige la Reina de la Vendimia, entre las chicas más guapas de Ica. Y luego, todos pisan la uva y bailan danzas tradicionales vestidos con trajes típicos. Utilizan los restos de la uva como fertilizante natural.
#SabíasQue: al pisco de Ica no se añade nada: ni levadura ni azúcar. Es tan caluroso en verano en la zona que la uva se llena de azúcar natural y la fermentación ocurre de manera natural.
La guía que nos hizo la visita era muy maja y supo contestar todas las preguntas. Al final de la visita, nos dieron una degustación de diferentes bebidas que producen en la finca.
#TipViajero: Se puede visitar la bodega El Catador tanto en un grupo organizado como por tu cuenta. El taxi desde Ica cuesta entre 5 y 10 soles. La excursión guiada y la degustación en la bodega son gratis. Tampoco necesitas comprar nada, pero, la verdad, las bebidas estaban bastante buenas.
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