No siempre es necesario tener dinero para comprar en Marruecos.
Regatear en Marruecos sin dinero ya es el nivel PRO; después de haber aprendido a regatear de forma clásica, puedes intentar hacerlo sin o con menos dinero o incluso puedes intentar ganar algo. ¿Cómo? Lo descubrimos en uno de nuestros viajes por el Norte de Marruecos en Semana Santa; aún nos queda mucho por practicar y perfeccionar el estilo, pero aquí os dejamos algunas pinceladas.
P.D. La idea de este experimento es más bien pasarlo más divertido, mezclarse y conocer mejor a los locales que realmente ganar algo o evitar pagar las cosas en Marruecos.
Cambiar alcohol por cosas: Error
Nos decían: «Llevad alcohol a Marruecos y cambiadlo por cosas, es muy fácil; como no pueden comprar alcohol, lo quieren a toda costa». Y lo llevamos… como experimento… unos botellines pequeños de gin. Acabamos bebiéndolos al final del viaje.
Resumen: alcohol no vale.
No todos los marroquíes (mejor dicho, poquísimos) están desesperados por conseguir alcohol; la mayoría no lo toman ni lo trafican, porque realmente respetan la norma que prohíbe consumir bebidas espirituosas. Hasta me sentí culpable por intentar «seducirlos».
¿Qué se puede cambiar?
Vimos mucho más factible cambiar ropa y móviles. Cada vez que preguntábamos qué se podía cambiar por el bolso (otro bolso, y otro más… no sé qué tienen los bolsos en Marruecos que atraen tanto a las mujeres…), lo primero que decían era: ¿tenéis móviles?
La ropa también es una buena opción: Decathlon triunfa. Por lo visto no es fácil conseguir ropa europea en ciudades pequeñas, por lo que siempre se puede intentar rebajar el precio con un pantalón, camiseta técnica o incluso calcetines gordos.
¿Cómo es el proceso de intercambiar las cosas?
Opción 1.
Una de las maneras más efectivas de comprar sin dinero (o con descuento) en Marruecos es convencer al vendedor a aceptar ropa y bajar el precio. Este truco fue descubierto por Leyre de Viviendo Analógicamente.
Opción 2.
En vez de ir preguntando por el mercadillo quién quiere intercambiar ropa/alcohol/móviles etc. y tardar una eternidad en encontrar una buena oferta, podéis hablar con algún local de confianza – por ejemplo, el hombre que os alquila la casa, el dueño del restaurante donde acabáis de comer, el taxista majo que os enseñó todos los puntos de interés por el camino etc. – y que os diga quién está interesado en este tipo de intercambio.
Opción 3.
Cada pueblo de Marruecos es como un Gran Hermano a lo grande: todos saben que hay turistas nuevos, se acuerdan de qué habías comprado ayer y qué es lo que os interesa/gusta. Si te paras un poco en el mismo lugar – ¡La prisa mata! – empezarán a suceder cosas. Al tercer día en Chefchauen se nos acercó un hombre:
Me han dicho que tenéis alcohol, os lo compro.
Bueno, vale, pero no lo llevamos encima. Si quieres, avisamos a la chica que lo tiene que venga a hablar contigo.
Vale, pero primero os enseño lo que tengo y a ver si os interesa, amigos. No os preocupéis, hay confianza. Seguidme.
Entramos en una casa, subimos arriba del todo y el hombre nos enseñó todo lo que tenía- entre mucho polvo – y se lo agradecimos.
Ese día nos íbamos para Assilah y no nos dio tiempo volver a comprobar el tipo de cambio, pero parecía que podría funcionar.
Regatear a la alta – nuevo reto
Paseando por Chefchauen, entre tan familiares: ¡Desayunar aquí! ¿Mañana? ¿Queréis comer? ¡Pasad, aquí es más barato y rico! ¡Con migo! de repente escuchamos: «¿Tenéis alcohol?« La primera reacción, casi automática, fue: «No, gracias». Pero cuando procesamos las palabras más detenidamente, nos dimos cuenta de que sí que nos interesaba escuchar la propuesta.
Si, tenemos algo. ¿Cuál es el procedimiento? – preguntamos por curiosidad.
¿Qué es lo que tienes? ¿Cuánto te costó en España?
No me acuerdo, unos 3€ por botellín. Digamos que tengo 4, serían 12€ por todo.
Vale, te doy 80 dirhams.
No, 70 dirhams.
El chico se queda petrificado.
Ah, no, perdón! Es que nunca he regateado a la alta, siempre intento bajar el precio. Esto es nuevo. Eh! Me he puesto nerviosa y todo.
El chico se ríe y muy amablemente dice que nos lo podemos pensar y volver más tarde, que aquí estará. Parece que también disfruta del proceso, igual que nosotros. Probando algo nuevo, algo inesperado.
Volvimos a intentarlo varias veces, pero esta vez no surgió nada, no nos pusimos de acuerdo sobre el precio, pero la experiencia ha sido curiosa. ¡Importante!
Recordar que cuando vendéis algo, tenéis que regatear a la alta, no a la baja 😉
Resumen:
Tampoco os creáis que nos hicimos ricos intercambiando cosas e intentando comprar con descuentos en Marruecos. Igual al ofrecer una camiseta nos bajaban 50 céntimos o 1€, así que hasta se puede considerar donaciones. Lo importante para nosotros era desarrollar nuestras habilidades de regatear y pasar al siguiente nivel – empezar a incluir cosas y no dinero en las negociaciones y a ver si algún día seamos capaces de viajar por Marruecos sin dinero. Aunque, la verdad, no lo creo. Los marroquíes nunca aceptarán un trato que no les interesa. Pero es divertido el proceso y te permite relacionarte aún más con los locales.
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