Nuestro plan inicial era pasar un par de horas en el istmo de Curlandia, volver a tierra firme y seguir nuestro roadtrip por Países Bálticos. Sin embargo, tardamos un día entero en descubrir algunos de los secretos de Curlandia y llegamos por los pelos al último ferry para volver a Klaipeda, nuestra base logística.
¿Qué crees que puedes encontrar en una estrecha lengua de arena de 98 km de largo en el gélido Mar Báltico? A primera vista el istmo de Curlandia, en el este de Lituania, no parece muy atractivo ni para vivir ni para hacer turismo. Pero desde que se creó, hace 5.000 – 6.000 años, siempre rebosaba de vida. ¿Será porque tiene energía especial que atrae a la gente y los hechiza con sus buenas vibras?
Si necesitas información práctica para organizar tu visita al istmo de Curlandia, lee nuestro post Guía práctica del Istmo de Curlandia.
Istmo de Curlandia, ¿qué hay de interesante?
Dicen que la creadora del istmo de Curlandia fue la giganta Neringa, de la mitología báltica. Traía arena en las manos para crear esta barrera «protectora» para los pescadores de la costa que desde entonces pueden pescar en la Laguna de Curlandia con mayor seguridad, refugiados de la furia del Mar Báltico.
Ámbar y madera – tesoros de Curlandia
En la Edad Media el istmo fue poblado por los comerciantes prusianos, que principalmente vendían ámbar a los países Escandinavos.
En los ss. XVII-XVIII una parte de la población de Curlandia trabajaba en la industria de madera: combustible, material de construcción de barcos, etc. Y otros se dedicaban al pastoreo y agricultura. Entre unos y otros acabaron con la mayoría de los árboles del istmo que sujetaban la arena, lo que provocó el desplazamiento de las dunas y el posterior enterramiento de varios asentamientos.
Desde el s. XIX – primero el gobierno prusiano y desde que Curlandia pasó a formar parte de Lituania, el gobierno lituano – están trabajando en su reforestación. Ahora el 70% del istmo son pinares, 25%, dunas, y solo hay 6 poblaciones en los 52 kms del istmo que pertenecen a Lituania. Otros 46 kms son territorio ruso, región de Kaliningrado.
Pescadores en el istmo de Curlandia
Además de comerciantes de ámbar, ganaderos, agricultores y expertos en madera, el istmo de Curlandia es el territorio de pescadores. Hasta el s. XX se ganaba la vida pescando tanto en la orilla oeste, en el Mar Báltico, como en la este, en el Lago de Curlandia.
Hoy se puede conocer la vida de los pescadores en Granja Etnográfica de Pescadores en Smiltyne, Museo de Historia de Neringa y Museo Etnográfico del Pescador en Nida. Además, presta atención a los tejados de las casas de la zona. Puede que veas veletas de diferentes formas. ¿Por qué son diferentes y qué significado tienen? Te lo contamos más abajo, cuando hablemos de Nida. Y también fíjate en zuvis – pescaderías – con una variedad impresionante de pescados. Y ya de paso, huele las calles, sobre todo las de Juodkraute. ¿Lo notas? El olor al pescado ahumado – una de las delicias más típicas de toda la costa de los Países Bálticos.
Curlandia – la tierra que inspira a los artistas
Curlandia también es la tierra que inspira a los artistas. ¿Serán sus paisajes dunares desolados? ¿Fuertes vientos en la costa Báltica? ¿El olor a pino los días de calor veraniego? ¿Bosques encantados y la Colinda de las Brujas cerca de Juodkraute? ¿Sombras de ciervos y jabalíes al atardecer? Seguro que cada uno de los artistas que ha pasado por aquí tenía sus razones, pero una cosa está clara: desde el s. XIX la gente creativa no para de visitar el istmo de Curlandia y algunos, como Thomas Mann, hasta levantaron sus casas aquí. El hotel preferido por los artistas expresionistas era la Posada de Herman Blode, en Nida. Como agradecimiento por la acogida, solían dejar algunas de sus obras. Hoy en día este hotel se ha convertido en museo.
¿Con qué conquista el istmo de Curlandia hoy?
Y hoy, ¿cuál es el «punto fuerte» de Curlandia? En verano, sin duda alguna, son sus playas. Si tienes la suerte de frecuentar el Mediterráneo, igual no te van a atraer tanto, pero para la gente del norte de Europa disfrutar de estos trechos largos de arena fina y aguas cristalinas respaldados por los pinares es todo un lujo. Los primeros en popularizar esta zona fueron los alemanes y en actualidad forman la mayoría entre los turistas extranjeros – ¿será que tienen apego a las tierras que antes pertenecían a Prusia? A pesar de que después de la II Guerra Mundial fueran expulsados por fuerza de sus asentamientos en Curlandia.
#TipViajero: Las aguas de las playas de la Laguna de Curlandia son un poquito más calientes (más o menos como en Galicia) que las de la costa Báltica.
Qué ver en el istmo de Curlandia
El istmo se divide en Parque Nacional del Istmo de Curlandia y zona no-protegida. En el parque solo hay 4 poblaciones, del norte al sur: Juodkrante, Pervalka, Preila y Nida (la «capital» del istmo y el más turístico, a 3 kms de la frontera con Rusia). Todas juntas se denominan Neringa. Los pueblos que no pertenecen al PN son Smiltynė (donde llegan los ferries) y Alksnynė.
En verano el istmo es principalmente destino de playa. En la orilla del lago (o laguna) de Curlandia se encuentran playas más rocosas con aguas más cálidas y menos transparentes. Y en la orilla este, playas de arena fina con aguas cristalinas del Mar Báltico, pero más frías y con oleaje más fuerte. Detrás de las playas encontrarás bosques de pinos que con calor desprenden aromas agradables.
#TipViajero: Al disfrutar de las playas y otras zonas naturales del istmo de Curlandia, no olvides que estás en un ecosistema muy frágil: una pisada errónea puede llevar al deslizamiento de la arena y movimiento de dunas. Siempre quédate en los senderos marcados y visita las playas con accesos habilitados por sendas adaptadas dejando el coche en parkings oficiales. La gente local lleva siglos luchando contra el viento y la marea para evitar la erosión del istmo y la desaparición de su hogar.
Para llegar a la playa en la costa Báltica casi siempre tendrás que atravesar dunas. Tienen una longitud de aprox. 100 kms, una altura de hasta 12 m y una anchura en algunos puntos de 80 m. Se llaman «Duna Protectora» y su función es prevenir que la arena que viene con el oleaje llegue tierra adentro. Esta duna es un simbiosis perfecto entre la naturaleza y el hombre que supervisa el proceso natural y refuerza la duna en los puntos más débiles.
Smiltyne
Las principales atracciones de Smiltyne son playas (masculina, femenina y mixta; en la última se suele practicar nudismo), dunas y pinares. En pocas palabras, es un destino de relax entre los lugareños y los habitantes de Klaipeda. Pero además, aquí encontrarás la Exposición del Parque Nacional con su impresionante colección de animales desecados. Y también, la Granja Etnográfica de Pescadores Marinos (gratis, abierta desde el amanecer hasta el atardecer) donde verás edificios tradicionales y aprenderás sobre la vida pesquera. Una parte de la colección del museo (diferentes tipos de embarcaciones) está en el paseo marítimo y se puede ver a cualquier hora.
Juodkrante
Probablemente, Juodkrante es uno de los pueblos más auténticos del istmo de Curlandia donde la gente dedica mucho tiempo a la pesca. No te pierdas sus zuvis – pescaderías, donde probar pescado en todas sus formas.
#Curiosidad: Juodkrante significa «orilla negra» o Schwarzort en alemán.
Aquí se encuentra la Bahía del Ámbar, en la que se extraía este preciado material entre los años 1854-1860.
#Curiosidad: en primavera y otoño puede que tengas suerte y encuentres trocitos de ámbar en las playas del istmo traídos por las mareas.
Al lado está la mayor reserva de cormoranes y garzas reales de Lituania. Vienen a principios de febrero y en mayo tienen a sus crías. Dicen que el ruido es épico en esta época y el espectáculo de ver tantos aves juntos en sus nidos entre árboles es único. Sigue las señales para encontrar el mirador.
Probablemente, el lugar más famoso cerca de Juodkrante es la Colina de las Brujas (Raganų Kalnas). Se trata de un sendero por el interior del bosque con muchas esculturas de los personajes de la mitología báltica. Desde el año 1797 la colección va creciendo con las esculturas de diferentes artistas.
Entre Juodkrante y Nida
Este trayecto lo puedes hacer tanto en coche como en bici.
Reserva Natural Estricta de Nagliu
Antes de llegar a Pervalka se encuentra el parking de la Reserva Natural Estricta de Nagliu (Naglių gamtos rezervatas). Su misión principal es proteger las dunas muertas o grises, llamadas así por el color de la vegetación que las cubre. Las pasarelas y sendas señalizadas te llevarán a rincones mágicos con vistas preciosas.
#TipViajero: Desde el parking reserva unos 50 min. entre ida y vuelta para no ir corriendo.
Mientras camines por las sendas de la Reserva Natural Estricta de Nagliu, te propongo un juego: en este parque hay cuatro tipos de dunas, ¿serás capaz de distinguirlas todas? Dunas blancas son de arena que sigue moviéndose con el viento. A veces, sobre ellas crecen hierbas de arena. Dunas grises están cubiertas casi en su totalidad por líquenes y musgos que en el futuro será la «base nutritiva» para otras plantas. Otras dunas están cubiertas por plantas más grandes, sobre todo, arbustos de arándanos, en las que se acumulan nutrientes rápidamente. Y por último hay dunas habitadas por sauces.
#Curiosidad: Las investigaciones han demostrado que debajo de la arena se encuentran capas de tierra de diferentes épocas, la más antigua, de hace 5.700 años. También han descubierto que la silueta del istmo de Curlandia era muy distinto al de hoy. En actualidad sigue creciendo con la arena traída por el Mar Báltico.
Vecekrugo kopa, la duna más alta de Curlandia
La duna más alta de Curlandia se llama Vecekrugo kopa y tiene 67,2 metros de altura y se encuentra en la colina del Antiguo Hostal. El acceso más fácil es desde Preila.
Preila y Pervalka
Los pueblos de Preila y Pervalka fueron fundados a mediados del s. XIX por los habitantes del pueblo Nagliu sepultado por las dunas de la Reserva Natural Estricta de Nagliu que se desplazaban rápidamente (entre 0,5 y 5 m al año) a lo largo de la costa. La gente intentaba huir de las arenas móviles, llevando su asentamiento de un lugar al otro, pero al final desistieron, incapaces de vencer a la naturaleza. Uno de los catalizadores del avance de la duna fue la tala masiva de los árboles.
Nida
Hasta principios del s XX Nida y todo el istmo formaba parte de Alemania hasta que, tras el Tratado de Versalles, fue anexada por Lituania en 1923. Sin embargo, hasta finales de la II Guerra Mundial fue un asentamiento con la población mayoritariamente alemana. Hoy en día aún es muy común escuchar alemán en las calles, junto al ruso y lituano, gracias a su popularidad entre veraneantes alemanes.
Nida, a 48 km de Klaipeda y 3 km de la frontera con Rusia, es la población más grande y turística del istmo. Antes el oficio más típico aquí era la pesca, hoy, el turismo. Pero si vienes en invierno, verás muchos pescadores disfrutando de horas tranquilas en la orilla del congelado Lago de Curlandia. Acércate y pregunta qué tal les va, no les importa conversar un rato mientras están esperando la picada.
Duna Parnidis
Sin duda alguna, la atracción más famosa de Nida es la Duna Parnidis (Parnidžio kopa) a la que se puede llegar desde el puerto de Nida por un sendero de unos 2 km atravesando bosques de pino. Por el camino puedes ver el Trono de la giganta Néringa en la orilla de la Laguna de Curlandia.
El último tramo de la senda son escaleras; una vez superadas, disfruta de las vistas de dunas que se adentran en Rusia. En la cima de la duna verás un reloj de sol roto. En 1999 un temporal lo tiró y las autoridades decidieron dejarlo así como recuerdo de la fuerza imparable de la naturaleza.
#TipViajero: Siento mucho ser pesada, pero ¡no salgas de los caminos marcados! Es un entorno muy sensible. En los últimos 40 años la duna disminuyó 20 m.
Por cierto, desde la Duna Parnidis se puede ver tanto el amanecer (sobre la Laguna de Curlandia) como el atardecer (sobre el mar Báltico).
Faro de la Colina de Urbas
Otros encantos naturales de Nida son sus numerosos senderos que atraviesan los pinares. Algunos llevan a las playas, otras se adentran en los bosques. ¿Has visto alguna vez un faro en medio del bosque? Así está el Faro de la Colina de Urbas, de 29,3 m de altura.
#TipViajero: Si andas por los bosques del istmo de Curlandia al amanecer o atardecer, estate atento. Sus habitantes habituales son corzos, ciervos y jabalíes sin miedo al humano. Si estás quieto y silencioso, tienes muy buenas posibilidades de verlos. Eso sí, ¡no les des de comer! aunque te lo pidan.
Museos en Nida
En Nida también encontrarás varios museos: Museo de Historia de Neringa, Museo Conmemorativo de Rhomas Mann, Museo Etnográfico de Pescadores con veletas originales en el jardín. Si necesitas más información de estos tres museos, te dejamos el link a la web de Los Museos de Neringa.
#Curiosidad: Fíjate en las veletas diseminadas por Nida, sobre todo, en los tejados de las casas de madera del s. XIX. Todas tienen formas diferentes. En 1844 salió la ley que obligaba a los pescadores «marcar» sus kurenas (veleros pesqueros típicos de Neringa) con veletas. Cada pueblo tenía su diseño – normalmente inspirado en mitología báltica – para que se viera quién está pescando por dónde. Supongo que lo hicieron para «repartir» las aguas y disminuir las peleas por las zonas más provechosas.
Hermann Blode
En el antiguo hotel Hermann Blode del año 1867 hoy se encuentra el museo de los artistas que pasaron aquí un tiempo en busca de inspiración y regalaron algunas de sus obras al hotel donde se hospedaban. Además de cuadros, encontrarás muchas historias curiosas.
Museo-tienda de ámbar
Si tienes un poco más de tiempo, pásate por el Museo-tienda de ámbar ubicado en una antigua cabaña de pescadores. Incluso si está cerrado (como nos pasó a nosotros), explora su jardín de ámbar, con unas cuantas lupas sobre unas piezas muy interesantes.
Excursiones a la Delta del Némunas
Desde el puerto de Nida se pueden hacer excursiones a la Delta del Nemunas (link a nuestro post dedicado a este Parque Regional), al otro lado de la laguna de Curlandia. Duran aprox. 6 hrs y cuestan más o menos 35€/persona.