“Tenemos nuestros billetes a Países Bálticos para este invierno. 14 días. Pero, oye, ¿no nos vamos a aburrir? ¿Qué vamos a hacer tanto tiempo por estos lugares gélidos? Seguro que todo estará cerrado. No se podrá hacer senderismo en las montañas. Por cierto, ¿sabías que ni tienen montañas? Ni playa en invierno, ¡hasta se congela el mar! Ni días largos; se hace de noche a las 16.00. Mucho frío, ¿nos tocará visitar museos? Creo que nos hemos pasado con los días para viajar a Países Bálticos en invierno …”
Es lo que me decía Denys a 5 días de coger el avión a Vilna, la capital de Lituania, donde debería de empezar nuestra aventura invernal. Y yo le contestaba con una sonrisa, porque aún no tenía ningún plan para verbalizar. Eso sí, sabía que, como en todos los viajes, al final nos faltarán días. Pasó en Georgia, 17 días. Pasó en Perú, 1 mes. Y también en Irlanda, 5 semanas.
Y tú qué crees, ¿cuántos días necesitarías para explorar Países Bálticos en invierno? Cuéntanoslo en los comentarios.
¿Por qué viajar a Países Bálticos en invierno?
Ahora te voy a dar nuestras razones para viajar a Países Bálticos en invierno. A ver si los días que has pensado serán suficientes para hacer todo lo que te contamos.
Conducir por nieve y hielo
Aunque para muchos suene más a una razón para NO ir a Países Bálticos en invierno, en realidad la experiencia es de locos. Eso sí, siempre y cuando tengas un coche de fiar con ruedas de invierno y seas precavido. Ver cómo la nieve salta de debajo de las ruedas, cómo las luces se reflejan en la superficie de la carretera helada, atrapar copos de nieve con los limpiaparabrisas o ver el atardecer detrás de los pinos nevados… son todas sensaciones únicas. Y si te acompaña buena música en estos momentos, puedes empezar a rodar una película – la película de tu amor por los Países Bálticos en invierno.
Ver mar congelado
¿Cuántas veces habrás visto mar congelado? No lagos, ni ríos, ni embalses, sino mar, de agua salada. ¿Y olas congeladas? Por cierto, ¿sabrías decir a qué temperatura se congela el agua salada? Tampoco tanto. A -2,5ºC. Así que ni siquiera tienes que pasar mucho frío para contemplar la magia.
Por cierto, en Estonia incluso hacen carreteras por el mar congelado para que pasen coches. Se llaman «ice roads» y conectan la tierra firme con algunas de las islas. Eso sí, para usarlas tiene que hacer -20ºC durante unos días. Nosotros no tuvimos la suerte, pero si vas en febrero, tienes muchas posibilidades de que se abran.
Andar por lagos congelados
Lo ideal sería pescar sobre lagos congelados, pero en este caso sí que necesitarás ropa especial, buscar a alguien que te lleve y tener paciencia infinita para estar durante mucho tiempo en un mismo lugar. Vamos, que se complica.
¿Quieres adrenalina pero de forma fácil y segura? Entonces, busca un lago. Busca a un local. Pregúntale si se puede andar por el hielo. Si te dice que sí, busca huellas. Si el hielo está seguro, siempre habrá pescadores. Sigue las huellas. Disfruta de esta perspectiva del lago desde dentro, desde el centro hacía la orilla. Disfruta de la sensación cuando lo imposible se hace posible. Pero recuerda: siempre habrá una décima, una milésima parte de tu mente que seguirá sin confiar en el grosor del hielo, en los pescadores y seguirá cuestionando tu seguridad: «Y si…»
Contemplar atardecer a la hora de comer
Normalmente el atardecer suele indicar el final del día. Que hay que ir al hotel, descansar, hacer planes para mañana. Normalmente, pero no en Países Bálticos en invierno. Aquí el atardecer sólo te indica que aún tienes medio día por delante. Y como los atardeceres duran mucho, siempre tendrás la posibilidad de encontrar el mejor lugar para contemplarlo.
Aprender a amar la oscuridad
Si preguntas a la gente si cambiaría España por otro país del mundo, la mayoría te diría que no, porque aquí hay mucho sol, mucha luz. Porque oscuridad, al fin y a cabo, es aburrida. Pero no en Países Bálticos, allí la oscuridad en invierno es diferente. Se refleja en la nieve. Se refleja en el mar congelado. Y también en los ojos de los animales salvajes que te miran desde los bosques.
Sí, he intentado ponerlo bonito lo de la oscuridad, pero no sé si he sido muy convincente. Resumiendo: tendrás que empezar a amar la oscuridad. Y punto. Anochece a las 16.00 – 17.00, pero no vas a dejar de descubrir cosas por eso, ¿verdad? Así que, si aprendes a amar la oscuridad, lo pasarás mejor.
Aprender a amar la luz del sol
Al quinto día de nuestro viaje por Países Bálticos empezamos a utilizar un HT más: #DíasSinSol, y es porque en invierno el sol es un invitado de lujo que se hace rogar para que aparezca. Por eso cuando sí que sale, es para celebrarlo: dejar de hacer lo que estabas haciendo y dedicarle al sol unos instantes de tu existencia.
Ver animales salvajes
Dicen que en Países Bálticos es muy fácil ver animales salvajes en invierno… por lo menos sus huellas. Y que luego encasillen a los baltos de serios. ¡Si tienen mucho sentido de humor!.
Pero bromas aparte, nosotros en 14 días de viajar por Países Bálticos en invierno vimos animales la mitad de los días, exceptuando las capitales y ciudades grandes (7 días). ¡Vaya! Resulta que si no estábamos en la urbe, siempre veíamos animales y no estoy hablando de sus huellas. Dicen que en invierno se ven más animales salvajes, porque escasea comida y salen de los bosques frondosos en búsqueda de comida. Por eso se acercan más a las carreteras y pueblos.
#TipViajero: Cuidado en las carreteras, sobre todo, de noche. Los animales sí que salen a las vías. Como las carreteras suelen llevar una capa de hielo o nieve en invierno, frenar bruscamente es imposible. Siempre hay que respetar la velocidad máxima y de noche, ir aún más despacio.
Empezar a sacar la cámara de fotos de noche
Otro de los retos: hacer fotos de noche. Si decides viajar a Países Bálticos en invierno tendrás que aprender a hacerlo. Si no, me temo que muchos de los lugares que visitarás no se quedarán para la posterioridad de tu memoria.
#TipViajero: Para los vagos. En mi cámara descubrí el botón-salvavidas: fotos nocturnas desde las manos. Es decir, sin necesitar el trípode.
Descubrir ciudades, incluso si eres mas de la naturaleza
Una vez más surge el tema de la oscuridad y atardeceres a las 15.00. ¿Qué hacer después de las 16.00, si somos más de naturaleza? Decir la verdad, no nos llama mucho deambular por los densos bosques bálticos llenos de osos después del atardecer. Lo que nos queda son ciudades, con luces, gente, vino caliente. Este último punto, por cierto, nos ayudó mucho a cogerle el gusto a las urbes.
Comer pescado
Si viajas a Países Bálticos en invierno aprovecha y come pescado. En los tres países del Báltico son amantes incondicionales de lo que les regala el mar. Hasta aprendimos cómo se dice «pescado» en los tres idiomas, de ver tantos carteles por la carretera anunciando su venta en todos los estados.
En los Países Bálticos es muy típico ahumar y salar el pescado (salazones). Si te das una vuelta por el mercado o zona de pescadería de los súpers, pruébalos.
Beber té de espino amarillo
Puede que al viajar a Países Bálticos en invierno pases un poco de frío. A veces ni la ropa proteja. Entonces, lo que te puede ayudar es comer o beber algo caliente. Vino caliente está bien, pero si conduces, no te sirve. Sin embargo, el té de espino amarillo con miel está más que permitido. Además de calentar enseguida, tiene una infinidad de propiedades saludables. Una de las más importantes es que ayuda a evitar gripe y resfriado.
Disfrutar de las sopas bálticas
¿Qué mejor momento de disfrutar de las calientes y nutrientes sopas bálticas que en invierno? Dudo mucho que en verano querrás probarlas, así que aprovecha el momento y date un fiestón.
Mejorar el flujo sanguíneo
Si ninguna de las razones te ha parecido lo suficientemente buena para viajar a Países Bálticos en invierno, ¿qué te parece si te digo que puedes mejorar el estado de tu piel? ¿Conoces sauna finlandesa? En Países Bálticos la puedes encontrar fácilmente. Es una sauna normal (con temperaturas de unos 90-110ºC) y ¡escobas! Se da al cuerpo con esas escobas para abrir los poros para que se limpien. Después de una sesión sales como nuevo.
#TipViajero: antes de aventurarte con la experiencia, pide consejo al que te prepare la sauna. Hay un par de reglas que tienes que saber para no hacerte daño.
Razón para los low-costeros: la belleza nórdica aquí es más barata
Aunque no podemos decir que viajar a Países Bálticos en invierno es un chollo, es bastante más económico que ir a los países nórdicos (Noruega, Suecia y Finlandia). Pero el paisaje que te encuentras por Países Bálticos es muy parecido al de países nórdicos, sobre todo en Estonia. Incluso dicen que «cuidan» las carreteras al «estilo nórdico», es decir, en vez de quitar la nieve, la compactan.
¿Qué te han parecido nuestras razones para viajar a Países Bálticos en invierno? ¿Suficientes? Cuéntanos. Y si tienes cualquier duda, encantados de ayudarte.