El Valle del Jerte está compuesto por 11 municipios: 5 en una ladera, 2 en la otra y 4 por la carretera N-110, en el mismo valle. Aunque se encuentren en el mismo valle, son muy diferentes. Aquí os presentamos cinco pueblos con encanto del Valle del Jerte que más nos gustaron. Como siempre, es nuestra opinión personal. De todos modos, si necesitáis la información sobre los demás pueblos, podéis visitar la web del Turismo del Valle del Jerte.
Si decidís planificar el viaje al Valle del Jerte, os contamos nuestra experiencia en el post Valle del Jerte en un día. También tenemos un post para consultar rutas de senderismo. Y otro, con trucos y consejos para visitar el Valle del Jerte durante la época del cerezo en flor. Por cierto, si tenéis curiosidad sobre el cerezo, no os perdáis Valle del Jerte desde las alturas donde desvelamos algunas curiosidades sobre este árbol tan apreciado en esta zona.

Pueblos con encanto del Valle del Jerte
5 pueblos con encanto del Valle del Jerte
1. Tornavacas, el pueblo diferente
Ya me llamó la atención el pueblo cuando, al entrar, nos metimos por sus calles estrechas. No vimos ninguna señal de «prohibido» por ser calles peatonales, ni «un sólo sentido«, ni «prohibido a vehículos no autorizados«. Parece que aquí el único límite son tus habilidades de conducir. Como Denys no tiene límite, acabamos en un «sin salida» cuesta abajo. Así que, tuvimos que volver marcha atrás, cuesta arriba, y por una estrecha calle rezando que no haya coches de frente, bueno, rezando yo, Denys no tuvo ningún inconveniente. Luego nos metimos en un mix de coches entrando y saliendo por la misma calle estrecha y al final encontramos un sitio para aparcar, aunque por lo visto con lo de aparcar pasa lo mismo que con conducir por el pueblo: aparca donde lo veas conveniente.
Callejear por Tornavacas, uno de los pueblos con encanto del Valle del Jerte, me dejó boquiabierta: la arquitectura que no había visto antes, los materiales que utilizan para los acabados y arreglos, la mezcla de piedra y madera, callejones cubiertos y la casas nuevas, reconstruidas y viejas muy dejadas.
Otra cosa que me chocó es que no hay ninguna linea recta en este pueblo. Ni balcones a la misma altura. Ni casas de la mismas dimensiones. Tampoco hay colores típicos. No hay nada uniforme ni harmonioso – y ésta es su magia.
El riachuelo pasa por el medio, así que los habitantes construyeron muchos puentes; algunos son modernos y otros, antiguos, pero todos en funcionamiento. Encuentra tu favorito.


Curiosidades:
Su larga calle principal se divide en tres tramos; «Real de Arriba», «Real de Enmedio» y»Real de Abajo«
El nombre «Tornavacas» proviene de «tornan las vacas». Muchos de estos animales, con teas encendidas en los cuernos, fueron lanzados de noche contra el ejército moro en el s.X, provocando una gran confusión y siendo causa de su derrota.
2. Cabezuela del Valle, el pueblo con casco histórico declarado Conjunto Histórico-Artístico
Es un pueblo muy peculiar gracias a su gente – sin complejos a la hora de relacionarse con los de fuera. Nada más entrar en Cabezuela del Valle y hacer unas cuantas fotos a unos edificios viejos, se me acercó una señora y dijo:
«Para hacer foto a esto… (hizo una pausa) hay que tener poco gusto (finalizó y se fue sin esperar mi reacción)»

Cuando estábamos decidiendo a dónde dirigirnos, con el plano del pueblo en la mano, se nos acercó una chica joven con su hijo: «Puedo ayudaros, que os veo con el mapa…» y nos llevó a la parte más antigua del pueblo, explicando el porque de la arquitectura tan peculiar y aconsejándonos llegar hasta la ermita de San Felipe para ver vistas panorámicas al atardecer.

Pueblos con encanto del Valle del Jerte
La iglesia de San Miguel tiene un aire misterioso. ¿Será por tener muchos años y haber vivido muchos acontecimientos históricos? o ¿por estar literalmente encajada entre otros edificios? o ¿porque sigue funcionando y se llena de creyentes cada vez que se celebra una misa? Seas cual sea la explicación, acércate a ella.
Otro encanto del pueblo son sus casas, muchas de las que tienen escudos nobiliarios antiguos, símbolos y anagramas. Toma tu tiempo para descifrarlos.

Curiosidades:
Su casco histórico está declarado Conjunto Histórico-Artístico
En este punto se encuentran gran cantidad de Piscinas Naturales: La Pesquerona, La Picaza, El Vao
En Cabezuela del Valle se puede visitar el Museo de la Cereza y el Centro de Interpretación sobre el Agua.
3. Valdastillas, el pueblo mirador
Valdastillas está ubicado a unos 640 m de altitud (varía, porque las calles son bastante empinadas), así que, en cuanto se abren un poco las casas, despejando el horizonte, las vistas son impresionantes. Desde aquí podéis ver el Valle del Jerte desde diferentes perspectivas.
Aunque parezca que no hay muchas cosas que ver en este pueblo, las calles te atrapan y te hacen andar, sin rumbo fijo, deleitando la mirada con las casitas cuidadas, macetas llenas de flores, y aire fresco.
Además, hay un par de construcciones típicas, con adobes de barro rojizo, que distinguiréis enseguida. Si callejeáis, casi seguro que descubriréis otros dos puntos de interés: la iglesia Parroquial de Sta María de Gracia del s. XVI y La Charca, el lugar donde se lavaba la ropa.


Curiosidades:
El nombre significa “Valle de astillas” o “Valle de leños” y es el lugar donde los antiguos habitantes recogían las astillas y leños.
A los habitantes de Valdastillas se les denomina “cuqueños”, ya que según la leyenda «un cuco cogió una cereza y un vecino de la localidad lo siguió, para quitársela, hasta Garrovillas«.
4. El Piornal, el pueblos más alto
Dicen que en la cercanía del pueblo está la cueva de la mítica Serrana de la Vera. En la sierra vivía, cazaba a los hombres, los mataba en su cueva y hacía fuego con sus huesos para cocinar. Cuenta la historia que la Serrana de la Vera era una persona real, Isabel de Carvajal, y vivía en Garganta la Olla hasta abandonar su casa señorial después de que la dejara su prometido justo antes de la boda.
En el pueblo de el Piornal destacan numerosas fuentes de piedra con pilones. Cada una está decorada con diferentes motivos. Y una de mis favoritas es la de la entrada Sur, con varios lobos.
Si os fijáis en la iglesia de San Juan Bautista, veréis diferencias entre la torre y el resto del edificio. Y no es de extrañar, ya que la torre del campanario es todo lo que quedó del período gótico, del s. XIV, y el resto, es una construcción moderna (de los años 60).
Paseando por las calles veréis tanto arquitectura popular en casas de decoración sobria, como señorial, en el Palacio del Obispo Pedro González de Acevedo.

Curiosidades:
El nombre «Piornal» se debe al gran número de piornos en los alrededores.
Situado entre dos valles: del Jerte y de la Vera, y tiene vistas a ambos.
5. Rebollar, el pueblo-sorpresa
Al principio, desde el aparcamiento en la parte baja, Rebollar parece un pueblo normalito, sin mucho encanto. Sin embargo, empezamos a pasear, subiendo por sus calles, y nos topamos con la iglesia parroquial de Santa Catalina (s. XVII), escondida entre los edificios de diferentes pintas: nuevos, antiguos, viejos.
Subiendo, girando, callejeando encontramos una casa construida sobre una piedra, o una piedra, empotrada en una casa. No sabemos cómo sucedió, pero la combinación es muy curiosa.

En otra esquina la calle se estrecha y allí es donde una roca grande casi no te deja pasar. Intentamos caber, decidimos ponernos a dieta, y seguimos. A pocos metros el pueblo se acaba, pero antes nos hace pensar en por qué la gente decidió asentarse aquí, entre la roca, integrándola en el paisaje, y no unos metros más abajo, en las orillas del río.
Curiosidades:
Su nombre significa «Monte de Roble pequeño«.
Muchas casas tienen huertos traseros con árboles frutales. Detrás de la iglesia podéis subir a cotillear.