Desde pequeña tengo un afición rara y difícil de entender por la mayoría de la gente: me encanta pasear por los cementerios; me dan tranquilidad, silencio y soledad que son imposibles de conseguir en cualquier otro lugar. Allí descanso mental- y emocionalmente. Me gusta acercarme a las tumbas dejadas, limpiarlas y ver quién está enterrado en ellas, qué palabras le inscribieron sus familiares, y encontrar la tumba más antigua de todo el cementerio.
Cuando empecé a viajar, me di cuenta de que los cementerios son diferentes: las lápidas se hacen de maneras distintas, la «moda» de usar un material u otro cambia, las esculturas expresan sentimientos diferentes, el orden en cada uno de los cementerios varía: los hay caóticos, estructurados en calles, divididos por épocas… Hay cementerios alegres y tristes, misteriosos y macabros, solitarios y turísticos…
Entonces entendí que a través de los cementerios se puede aprender sobre la ciudad o pueblo donde está ubicado: si la gente tiene dinero, si dispone de tiempo libre, si respetan la tradición, si son ateos y mucho más… Así que desde hace tiempo visitar cementerios cuando viajamos se ha convertido en una fuente más de información sobre el destino.
Los cementerios de París
En el año 1786 se cierra el Cementerio de los Inocentes, debido a la amenaza higiénica – el último testigo medieval de las hambrunas, enfermedades y guerras – y se trasladan las osamentas a las Catacumbas de París donde se construye un osario que muy pronto se abre a las visitas turísticas con el fin de obtener dinero, supuestamente, para su mantenimiento.
Sin embargo, a principios del s.XIX se decide construir cuatro nuevos cementerios en las afueras de la París; así surgieron Père-Lachaise en el este, Passy en el oeste, Montparnasse en el sur y Montmartre en el norte.
Nosotros visitamos dos de ellos:
El Cementerio de Montmarte
Hay muchas tumbas descuidadas en este cementerio, y al fotografiarlas, me surgen dudas: ¿dónde están los descendientes? ¿han dejado la ciudad? ¿no queda nadie? ¿no quieren saber nada de sus familiares o no tienen ni idea de que están aquí? Siempre quería tener respuestas a la pregunta: ¿por qué hay tumbas abandonadas en todos los cementerios, en algunos más que en otros? ¿cuál es la historia particular de cada una de ellas?
Por lo visto los parisinos no tienen miedo a los cementerios; los ven como algo cotidiano, muy penetrante en sus vidas. Cruzas el puente, sea andando o en bus, y tienes vistas a un cementerio con más de 200 años de historia. Está en medio de la ciudad y se considera como un parques donde la gente pasea y desconecta; las ventanas de algunos edificios tienen una panorama impresionante de las tumbas, lápidas y capillas…
Información práctica:
Famosos enterrados aquí: Émile Zola, Alexandre Dumas, Stendal, Jacques Offenbach, Hector Belioz, Edgar Degas, Francois Truffaut, Vaslav Nijinsky y otros.
Horario: siempre abierto de 9 am a 5 pm, variando la hora de cierre y apertura según la época del año y día de la semana. Hay baños gratuitos.
Dirección: en la entrada principal, av. Rachel, 18e, se puede adquirir el plano de ls celebridades. Metro Place de Clichy
Combinar visita: cerca se encuentran el barrio de Montmarte, la catedral de Sacre Coure, con vistas panorámicas de París y el teatro Moulin Rouge.
El Cementerio de Père-Lachaise
¡Es el cementerio más visitado del mundo! Abrió sus puertas en 1804 y desde entonces se convirtió en un jardín de esculturas, tumbas y capillas más suntuosas de París. Paseando por sus divisiones es como trasladarse a la época más sofisticada y lujosa: la decoración trabajada hasta el último detalle, el oro de los árboles jugando a la perfección con el color de las capillas, los gatos posando en las tumbas que guardan secretos enterrados, y un Señor Loco, atrapado en los años de la Revolución, que «distribuye» los visitantes a los enterramientos según su país origen: a nosotros nos mandó a conocer las tumbas de Nestor Makhno e Isidora Dunkan. ¿De dónde somos? 😉
Los personajes más visitados y más escandalosos, incluso después de su muerte, son Oscar Wilde y Jim Morrison. La lápida de Oscar Wilde se cubre de besos de pintalabios constantemente, y en el sepulcro de Jim Morrison incluso tuvieron que poner un guarda, ya que los fans se tomaban drogas y tenían sexo in situ, lo más cerca posible de su ídolo.
Tip Viajero: ¿Sabéis cómo reconocer las tumbas de famosos? Según el Hombre Loco, si hay una escultura, casi seguro que va a ser un personaje célebre, así que acercaos, a ver si os suena el nombre.
¿Sabéis para qué más se utilizan las tumbas, a parte de rendir tributo a los restos? Algunos de los sarcófagos se acomodan para el uso… gatuno 😉 Alguien – ¿quién? ¿por qué? – les ha hecho camita y puesto menaje con agua y comida para los gatos de los cementerios; uno de estos «residentes» felinos decidió salir de su «casa» en el momento justo cuando yo estaba tomando la foto, en total silencio, y casi me tira al suelo…
Información práctica:
Famosos enterrados aquí: Oscar Wilde, Jim Morrison, Chopin, Molière, Apollinaire, Balzac, Proust, Gertrude Stein, Colette, Simone Signoret, Sarah Bernhardtm Yves Montand, Pissarro, Seurat, Modigliani, Delacroix, Édith Piaf, Isadora Duncan, Abélard y Héloïse, dos amantes del s. XII, y unas 800000 tumbas más.
Horario: siempre abierto de 9 am a 5 pm, variando la hora de cierre y apertura según la época del año y día de la semana.
Dirección: En la rue du Repos, 20e se puede adquirir planos gratuitos con las tumbas famosas. Metro Philippe Auguste, Gambetta o Père Lachaise
Combinar visita: podéis subir al parque de Belleville para las vistas panorámicas de París. En los alrededores también está el museo de Édith Piaf.
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