Dos días de Kungsleden. 40 kilómetros hechos. Hoy alcanzaremos la mitad del camino y tendremos que decidir: seguir la ruta o volver para atrás… Después de pasar el punto de 56 kilómetros, nos quedarán menos por delante y ya no habrá sentido volver. ¿Podemos? ¿Tenemos fuerzas suficientes? ¿Acabaremos lo que empezamos o…?
Para empezar el diario desde el principio: Día 1, Día 2.
Día 3.
El día promete (ironía otra vez): el tenedor de plástico nos enseñó «vete a…» «un fuck»… y por eso lo ejecutamos quemando en la hoguera.
Denys se despertó lleno de ideas, inspirado por el hecho de que se nos acababa el pan: estaría guay montar una panadería en los refugios del camino al estilo sueco, o sea: do-it-yourself. Poner un horno, la leña y todos los ingredientes con recetas de pan a disposición de los senderistas. Por un módico precios, de 10 SEK (1€) digamos, podríamos hacer nuestro pan. Cortar la leña, calentar el horno, mezclar los ingredientes y hornear el pan… Allí lo dejo, por si algún mecenas nos esté leyendo y quiera invertir en nuestra idea 😉
Mi momento café… sin comentarios…
Hoy Denys no se arriesgó desfilar en los calzoncillos en los alrededores de la tienda y… menos mal, porque a partir de las 8.30 empezaron a pasar grupos de senderistas… algunos saludándonos con una sonrisa de oreja a oreja y otros comentando directamente: «muy buen desayuno» «un desayuno de lujo» «¡wow¡ ¡qué desayuno!» … es que hacíamos salchichas a fuego vivo… 🙂
En el fondo de mi corazón, mirando el tramo que hicimos ayer, todo este camino por un largo largo valle, desde el refugio hasta donde estamos… me alegro haberlo hecho cuando ya estaba cansada y me daba igual hacer 5 pasos o 10 pasos por minuto… Hoy me moriría de ansiedad viendo este largo largo largo valle por delante y sabiendo que nos espera el punto más alto del camino… Hubiera corrido demasiado y quedado sin fuerzas para el ascenso… pero este tramo por el largo largo valle ya está hecho y ahora nos queda por descubrir lo que esconden los montañas que están justo delante.
Casi la mitad del camino… poco a poco dejo de pensar en animales, miedos y otras tonterías, se van quedando en el fondo de la consciencia, y lo que sale a la superficie ahora son los pensamientos más claros y básicos: fíjate en Madrid es muy complicado elegir el café que me guste: demasiada leche, poco azúcar, quema, caro… y aquí estoy contentísima con mi cup of capuccino, sin azúcar, soluble, un poco asquerosillo, el único al día... Lo que es un móvil de la última generación en Europa no vale para nada aquí, ¡que no hay cobertura!… lo que sí se aprecia y se cuida, son los radio-teléfonos viejos en los puntos de emergencia… Lo que en casa es meter salchichas en microondas y sacarlas en 5 minutos… aquí es: recoger leña, hacer el fuego, asarlas de una en una, apagar el fuego, recoger la basura, disimular el lugar donde hicimos el fuego, dejarlo tal y como estaba antes…
Uno de los momentos favoritos: sitios que elegimos para parar a comer. Son todos un lujo. Lo que debe tener: agua fresca para que Kate pueda mojar los pies, sombre para el gusto de Denys, vistas bonitas, leña, y una especie de mesa o algo… Pues nada, todo esto es muy fácil de encontrar en Kungsleden 😉
Pasamos el punto de no retorno, el punto de no-hay-vuelta-atrás, el punto a partir del cual queda menos kilómetros para delante que para volver…
Recuento de lemmings: Kate -3 enteros, Denys – 4 (3 enteros y 2 culos) 🙂
Doy la bienvenida a mi primera ampolla ;))) Denys, muy gracioso, encontró una tirita con renos ja…ja…ja… 😉 Por cierto, seguimos sin ver animales grandes tipo renos, alces u osos… Denys empieza a desesperarse de que va a ver un animal y se conforma con encontrar los cuernos de un reno o un alce y llevarlos de souvenir.
Observaciones y nuestras teorías: nos hemos dado cuenta que hay muchos tramos, unos cuantos kilómetros antes de llegar al siguiente hytte (refugio) y unos kms después, que no están tan bien acondicionados como el resto del camino: faltan pasarelas, no hay demasiada señalización, etc… según nuestra teoría es una acción de marketing subconsciente para atraer al cliente: vas andando durante todo el día, estás cansado, quieres descansar y llegas a un tramo más complicado justo cuando casi no te quedan fuerzas… pues el refugio te parecerá la mejor opción para el descanso: tan cómodo, con camas, con cocina, donde podrás descalzarte… Seguro que muchos cayeron en la trampa 😉 No, nosotros no, que somos profesionales ;))) Y el hecho de que el tramo después del refugio tampoco está muy bien cuidado se explica muy fácilmente: acabas de descansar, estás lleno de fuerzas, sales fresco del refugio… ¿para qué gastarse en mantenimiento si de momento te da igual? 🙂
La confesión de hoy: escuchar el silencio cada vez que te apetezca y no pensar en nada que no sean necesidades básicas… NO TIENE PRECIO
Buenas noches 😉 que mañana nos espera un tramo muy largo. Kate está decidida en hacer 32 kms, Denys sigue teniendo la esperanza de que pararemos antes… ¿Qué creéis? ¿Cómo acabará la cosa mañana?
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