Una escapada a Chinchón desde Madrid es un clásico. Pasar allí la mañana paseando por sus calles empedradas, disfrutar de la plaza Mayor, ver sus ermitas y comer en uno de los numerosos restaurantes con encanto. Hicimos todo esto, pero por el camino encontramos alguna sorpresa que queremos compartir con vosotros 😉
Souvenir más auténtico
A parte de anís, aceite, vino y queso, lo que os podéis llevar de recuerdo es un manojo de ajos. Sí, ajo de Chinchón es especial. Crece en las tierras ricas en tradición agraria y lo cuidan con mucho amor, por lo que tiene un sabor fuerte, pero con un delicado matiz. Como dicen en Chinchón: «De diente pequeño y cabeza prieta es capaz por si sólo de convertir unos humildes huevos fritos en emblema gastronómico«. Además, no hace falta pelarlo.
Nosotros compramos una bolsa de ajos por 2€ en la plaza Mayor, en la tienda de un abuelito que debe llevar allí toda la vida. Además de ajos, se puede cotillear por la tienda de especies, calabazas y cosas del campo y charlar con el Señor que os contará su vida y la vida del pueblo con mucho gusto.
Panadería de toda la vida
Entramos porque me apetecía algo dulce, pero además de probar la famosa «teta» conseguimos pasar un rato con la dueña del local que lleva toda su vida vendiendo, haciendo, repartiendo los ricos dulces y panes, ¡desde los 18 años! Ahora tiene 60 y sigue en la panadería Manuel Vidal. Sin duda es una mujer que tiene mucho que contar, pero habla tan de prisa y sin pausas, que en un momento te das cuenta que nos la comprendes… hay que esforzarse para seguirle el hilo de la historia de su vida, mezclada con los dichos de la zona y significados de cada bollo… «con el huevo es para comérselo en pareja, tenemos diferentes ofertas y kits, si, para crear panes artísticos, es necesaria mucha práctica, qué os lleváis…estupendo, qué tengáis un buen día.»
Información turística y cómo colarse al museo etnológico
En la información turística, que está en Plaza Mayor, 6, se notaba mucho que la señora está muy acostumbrada a atender a cientos de turistas al día, o más… Nos lo contó todo en 5 minutos, nos confeccionó el recorrido y antes de que pudimos preguntar nada, ya nos había contestado todas las dudas…
Datos prácticos: En la información turística se pueden reservar visitas guiadas. Comprobar la agenda en la web.
Al salir de la información turística, cruzamos el canal con agua que sale del lavadero antiguo que hay en el patio y… nos adentramos a otros patios escondidos con un bebedero, plantas… y es aquí donde nos pilló la empleada del museo etnológico y nos explicó que sólo se puede entrar por aquí si vas al museo… pues nada, entramos al museo 😉
El museo es muy interesante, con cosas de la vida diaria de los habitantes de la zona, pero además, si no hay mucha gente, la señora en la taquilla os aclarará todas las dudas que queráis e incluso os enseñará cómo se tejía las alfombras del nudo español. ¡¡¡Sí, lo sabe hacer!!!
Si le gustáis a la señora como lo hicimos nosotros :), os contará la historia del museo y de sus dueños y también os contará cómo vive ella y de dónde ha salido su casa y qué hace todos los días antes de venir a trabajar al museo. Una posibilidad inmejorable de conocer la vida local tal y como es.
Datos prácticos: El museo cuesta 3€ y no hay descuentos porque es privado.
La Buddha-Tinaja, la Tinaja Mayor, la Tinaja de las Tinajas…
Allí estaba… Al final del paseo subterráneo, escondida detrás de todas las tinajas, en lo alto de la cueva, protegida por la reja. Sólo se puede llegar a esta Tinaja por los escalones tallados en piedra pero cerrados para el paso de cualquiera. Parecía una Tinaja muy importante, casi sagrada; me imaginaba que si le pedías algo con fe, te lo iba a dar… sólo que tenías que conocer el secreto de cómo pedírselo y qué prometerle como pago por conceder el deseo…
Cuando se nos pasó la primera impresión y la imaginación nos dejó ver la realidad, leímos el cartel informativo que estaba al lado: «…una de las tinajas se colocaba más arriba del todo por si una de las tinajas en la bodega, que está a un nivel más alto, se rompía. Esta tinaja servía para recoger el vino derramado. Si no cabía todo el vino, más abajo había otra tinaja, enterrada en el suelo, que recogía el vino que no cabía en la tinaja de arriba… Luego el vino se filtraba y se usaba en el restaurante… no se despreciaba nada«.
Miramos la Tinaja con otros ojos y volvimos por el mismo pasillo subterráneo por el que venimos. Al subir al restaurante, nos invitaron a un vinito. Sin embargo, ha sido una visita que mereció la pena y los 2€ de entrada (una copa de vino incluida).
p.s. El restaurante con «cuevas» («bodega» subterránea donde se almacenaban los vinos) se llama «Las Cuevas del Vino» y está en la C/ Benito Hortelano, 13. Por la mañana abre a las 12.00.
Aparcar en… Plaza Mayor
Chinchón ha sido el primer pueblo donde vimos la posibilidad de aparcar en la misma ¡¡¡Plaza Mayor!!! Si ya nos hacía ilusión ver la Plaza Mayor desde coche, imaginaos si pudiéramos aparcar allí mismo… pero no tuvimos suerte 😉 estaba llena 😉 pero bueno, teníamos que intentarlo.
Al final aparcamos al principio de la calle de los Huertos sin problema. Además, se puede aparcar al principio de todas las calles que llevan a la plaza Mayor o en días de mucha afluencia, en las afueras, en los descampados, a lo largo de la carretera M-404 que rodea el pueblo, o al lado del Castillo.
¿Por qué visitar Chinchón?
Contando todas las experiencias curiosas que tuvimos en Chinchón se me olvidó explicar el porque visitar este pueblo con encanto a media hora de Madrid, aunque creo que no hace falta hacerlo 😉 Pero a modo recordatorio, aquí la lista de los «porques» 😉
- calles empedradas con encanto;
- casas típicas bien cuidadas;
- plaza Mayor que se convierte en la plaza de Toros los días de la corrida. ¿Y los espectadores, dónde se ponen?… Ah, otra curiosidad por descubrir 😉
- arquitectura original de la plaza Mayor;
- el parador turístico, el antiguo convento, que se puede visitar;
- varias ermitas antiguas;
- la iglesia de Nuestra Señora de la Asunción;
- torre del reloj con mejores vistas panorámicas al pueblo;
- el castillo de los condes, siempre cerrado, pero incluso por fuera, se merece una visita y unas cuantas fotos 😉
- restaurantes con encanto;
- etc…
Podéis encontrar más información sobre Chinchón en la página del turismo de Chinchón, ciudad-chinchon.com, en Minunbe o en diferentes blogs de viajes.
Pronto más entradas sobre pueblos con encanto o escapadas de un día 😉