Un Plan Improvisado: Descenso del Río Semois en Kayak

Nos levantamos por la mañana, en nuestra tienda de campaña en las orillas del río Semois, una mañana agradable, despertados por los primeros rayos del sol y… el glu-glu-glu contento de patos que vinieron a desayunar 😉 Preparamos té y desayunamos en compañía de los patos mirando las aguas cristalinas del río.

Vimos que pasaron unos chicos en kayak… luego otros nos hicieron foto… luego una familia con niños gritando: «Mamá, mamá, mira cuantos patos!!!»… luego unos más… y de repente nos inventamos un plan antes de ir a visitar la Abadía de Orval planeada para hoy 😉

A ver si encontramos donde se alquilan kayaks y a donde se puede ir 😉 La única condición era: si es sólo descenso y no hace falta remar luego contra corriente, lo hacemos! Si no, pasamos 😉

Según las fotos, creo que ya entendéis que encontramos donde se alquilan kayaks y que no hacía falta remar contra corriente.

El contacto es: Semois Kayaks. De Bouillon podéis descender hasta Poupehan (aprox. 3,5hs) o hasta Frahan (unas 5hs), o también os pueden llevar en autobús desde Bouillon a Poupehan y de allí podéis coger un kayak hasta Frahan (aprox. 1hr); también podéis ir en vuestro coche hasta Poupehan. En todo caso, de vuelta, hasta donde esté vuestro coche, os llevarán en un autobús.

Por el camino, o sea, por el río pasamos paisajes muy bonitos y muy cambiantes; un bosque encantado, un campamento de scouts, campos de flores…

dentro de 2 hs nos cansamos y paramos para picar, dentro de nada… pero de repente vimos una casa perdida en el bosque… había gente allí, pero ni nos prestaron atención ni siquiera miraron en nuestra dirección: ¿será porque ven turistas todos los días o porque hay algo misterioso en esta casita?

Otra cosa rara es ver este tipo de señal en el río:

Y dentro de unos metros – kayaks aparcados en la orilla y la gente tomando cerveza en el bar 😉

Dentro de 4 horas ya queríamos llegar… pensábamos que detrás de la siguiente curve habríamos llegado… o detrás de la siguiente… o la otra…

Llegamos 10 minutos tarde para el autobús y… nos sentamos en la mesa y compramos patatas fritas, brocheta y dos cervezas. Son muy listos y previsores: montar una carpa móvil que venda comida y bebida donde llegan turistas y pierden su autobús de vuelta!

El paseo en autobús de vuelta, por carreteras de montaña, es una historia a parte, pero no os la cuento para no asustar 😉

La experiencia merece una oportunidad y vuestro tiempo 😉