El viaje empezó un viernes de Octubre a las 8.00 de la mañana en Madrid con la frase: «Jenny, compraste demasiada carne, no vamos a poder comerla toda.» Es que decidimos irnos al norte para poder disfrutar de barbacoa, ya que en Madrid no se permite hacerla por cuestiones de sequía… Encima, resultó que la Casa Pancho, donde nos alojamos, tenía una zona habilitada para hacer barbacoa. Así que para dos cenas para 4 personas compramos 2,5 kg de carne variada. A ver que tal se nos da prepararla.
Cena 1: Marinamos la carne (receta de la marinada es secreta, diferente para cada tipo de carne y disponible solamente para personas que viajan con nosotros 😉 y fuimos a descansar un poco en las habitaciones calentitas de la Casa Pancho.

Bebidas fresquitas…

Llamas de barbacoa… Pronto tendremos carbón…
En unos 40min. empezamos el ritual de la preparación de la barbacoa: a parte de carne, asamos verdura. En 30 min. ya estábamos festejando y planeando el día de aventura.

Barbacoa!!!

Se terminó la barbacoa de hoy… Mañana más…
El sábado por la noche repetimos barbacoa, pero ya en companía de un perro local que vino a visitarnos y a cotillar… Se fue contento con tripa llena 😉

No hicimos la foto al perro… Pero estaba tan gordo como esta vaca 😉
Hay que decir que la carne no sobró… eso sí: desayunamos y comimos con ella los dos días 😉

Un té para acompañar a la carne en el desayuno
La única vez que comimos fuera fue en Llanes, en un restaurante que se llama el Galeón. Nos dijeron que si queríamos comer dentro, teníamos que esperar 40 min., para poder comer en la terraza, unos 20 min… pero encontramos una mesa que estaba en frente del bar, en medio de la calle, donde nos sentamos para esperar y pedimos que nos sirvieran allí mismo. El camarero se extrañó un poco pero no encontró ninguna razón para negarlo
Moraleja: «Si quieres comer sin esperar, ven con tu propia mesa ;)»

Otra moraleja: «Si coméis aquí, no cenéis«, porque la cantidad que sirven es grandísima. Además, está riquísimo, no vais a poder dejar el plato a medias.


El menú nos costó 10€/por persona, sin sorpresas e incluía más de lo que éramos capaces de comer; para la próxima, creo, que cogeríamos medio menú cada uno (a 7€).
Resumen: buena elección para comer bien y pasar un buen rato con camareros muy graciosos y amables.
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