El encanto más grande de La Palma, Islas Canarias, es, probablemente, su gente. Te aceptarán como uno de ellos, te ayudarán todo lo que puedan y más, te harán sentir como en casa. Y siempre, vayas a donde vayas, acabarás conversando con ellos. Te contarán todo lo que quieras saber sobre La Isla Bonita, te preguntarán sobre tu plan, te contarán su vida y todo lo que les dejes contar. Al parecer, les gusta charlar, así establecen vínculos con personas y se convierten en amigos. Empezamos a conversar en un taxi, chiringuito de la playa, alojamiento, plaza de la ciudad, plantación de plátanos y aún seguimos en contacto por WhatssUp, Facebook, Instagram.
¿Queréis saber qué hemos aprendido de estas conversaciones? Aquí va una recopilación de las «Frases célebres» que no dejarán indiferente a nadie.
Frases célebres de la Isla de La Palma
Si te vas de La Palma con hambre, es porque estás mal de salud y no puedes comer.
Entre mercadillos, comida callejera, restaurantes, bares, chiringuitos de la playa y ¡sitios para hacer barbacoa! por toda la isla, es imposible quedarse con hambre. Eso sí, si queréis comer de lujo y económico, hablad con los locales, siempre podrán recomendaros los mejores lugares. Nosotros, por ejemplo, después de un trayecto con el taxista Jose de los Tilos, comimos 6 días siguiendo sus recomendaciones, y ¡siempre muy bien!
Las distancias se calculan en curvas, en vez de tiempo o kilómetros.
¿Por qué es así? La velocidad a la que van los locales por las carreteras sinuosas de La Palma diferencia dramáticamente de la de los turistas. Por eso no tiene sentido darte tiempo, vas a tardar el doble y luego te quejarás. Y como los kilómetros son siempre muy pocos, te puede engañar calculando tiempos. ¿A qué no es lo mismo 30 kms sin curvas que 30 kms con 200 curvas?
¿Qué tal la carretera? Bueno, pino-curva, pino-curva, pero está bien.
Significa: hay muchas curvas, no hay pueblos por el camino, trascurre por un bosque de pinos. No tiene porque ser ancha, lo más probable que sea estrechita, pero no tiene muchos baches o tramos muy peligrosos. Ejemplo: la LP-4 entre Sta. Cruz de la Palma y el Roque de los Muchachos.
Un barraquito con todo, por favor.
No sé qué significa «con todo» y no quiero saberlo. Pedirlo así tiene una magia especial, como si tuviera un ingrediente único, secreto, sólo disponible en las Islas Canarias. Cada día había mi momento sagrado «barraquito con todo»: nos sentábamos en algún bar y lo pedíamos. En cada sitio sabía diferente y tenía una presentación diferente, pero siempre me alegraba el día.
¿Que a cuánto compramos plátanos? Jajaja
Pasamos por un súper y vimos plátanos de Canarias ¡¡¡a 1,75€!!! Lógicamente, nos surgió una duda existencial: ¿De verdad los locales los compran a este precio teniendo la isla llena de plantaciones de plátanos? Y se lo preguntamos al primero que vimos. ¿Qué dijo? Se río… un rato largo. Y luego nos contó cómo se consiguen plátanos gratis.
Si no has visitado la Caldera de Taburiente, no te dejan pasar la aduana, te devolverán a La Palma.
Si, claro. Será una exageración, una turistada sobrevalorada, como pasa en muchos casos. No puede ser que sea tan especial. Bueno, un volcán antiguo en medio de la isla… Si de estos hay miles. Esto pensaba antes de adentrarnos a la Caldera. Al salir de allí, estoy al 100% de acuerdo con esta norma. Podéis perder algún pueblecito, alguna cala secreta de La Palma, pero no os perdáis la Caldera de Taburiente, por favor.
Linguisticamente hablando estamos a medio camino entre España y América Latina.
Sólo hay que escuchar cómo hablan, la entonación, la melodía de sus voces, para quedarse tranquilizado al instante. No pasa nada. No hay prisas. Todo se resolverá. Todo irá bien.
¿Has probado gofio en Tenerife y no te emocionó? Tú pruébalo aquí.
Vale, claro, como en todos los sitios donde la gente local está enamorada de «su casa» y te dice que lo suyo es lo mejor. Pero bueno, como somos personas con mente abierta y solemos seguir los consejos locales, lo hicimos. Fuimos al Asador del Campesino en Barlovento y pedimos gofio escaldado. ¿Y..? Menos mal que hacemos caso a los locales, si no, nos hubiéramos perdido ¡el mejor gofio del mundo! Explosión de sabores y texturas, como dicen en críticas gastronómicas; muy, pero muy rico, como diría yo.
No, pero tú prueba la carne de aquí.
No significa que tenéis que ir a alguna granja o a cazar cabras por el monte. Simplemente podéis pasar por el súper Dino y buscar la etiqueta «Cerdo local» o ir a una Carnicería y pedir que os aconsejen. En los restaurantes pedir carnes a la brasa, carne de cerdo o carne de cabrito (Restaurante El Mesón, en Breña Alta).
¿Fruta y verdura? Es que hay muchos alemanes, así que la tenemos ecológica.
Por lo visto, la gran población alemana que vive en La Palma ha establecido algunas normas, y una de ellas es que prefieren fruta y verdura ecológica, no les importa el precio, pero sí la calidad. Esto también influye a la población local, que, cada vez más, prefieren cosas ecológicas, de la huerta, sin pesticidas.
La Palma es un constante quita-y-pon.
Constantes cambios de altura debido al accidentado terreno de La Palma, hace imprescindible llevar 3 capas en cualquier época del año: manga corta, manga larga, cortaviento/chaqueta. A medida que vaya pasando el día la cosa se complica; además de la altura, habrá que tener en cuenta el factor «sombra/sol» y el mar de nubes, que también trae un poco de bruma, viento, y sensación térmica más baja.
La Palma es siempre p’arriba-p’abajo.
Hagas lo que hagas, vayas a donde vayas, no hay caminos rectos en La Palma. Siempre harás desnivel, incluso para andar por la ciudad o bajar a la playa. Así que, quieras o no, harás ejercicio y mejorarás tu forma física. Por cierto, aquí tenéis un post visionario que escribí sin conocer La Palma, ¡cuánta razón tenía!
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