A modo de introducción
Para ubicarnos: Hervás pertenece a Extremadura, y se encuentra casi a medio camino entre Plasencia y Salamanca, a muy pocos kilómetros de Béjar (Castilla y León). Desde Madrid se puede ir por diferentes carreteras y se tarda un poco menos de 3 horas (entre 250 y 300 kms, según la ruta elegida).
Hervás es provincia de Cáceres y es el centro administrativo del Valle del Ambroz y la localidad más poblada de la comarca. Hervás surgió en el s.XII de una ermita – edificada por monjes templarios – a las orillas del río Santihervás, y de allí – su nombre. Si os interesa saber más sobre su historia, podéis pinchar aquí.
Qué hacer en Hervás
1. Descubrir – o no – cómo funciona una dresina
Nosotros creemos que si que entendimos cómo funciona, pero, como estaba atada, no pudimos comprobar nuestra teoría. Estoy por volver a Hervás y alojarme en el albergue Vía de la Plata, al que pertenece la dresina; a ver si me la dejan para un paseito 😉
2. Buscar el Barrio Judío de Hervás
No es que se esté escondiendo, pero dependiendo de donde aparcáis, será más fácil o no encontrarlo. Nosotros, antes de acabar en el Barrio Judío, recorrimos todo lo demás, subimos al mirador de la iglesia de Santa María, lo localizamos, y bajamos. Las calles estrechas, sin orden alguno, tienen mucho encanto: flores, locales con ganas de vender vino de pitarra, queso, aceitunas… turistas que salen de la pared… ah no, que es la calle más estrecha. Bares de caña+tapa=1,20€. En fin, el Barrio Judío está allí para perderse todo el tiempo que queráis.
Pares recomendados por los locales por ser BBB: El Patio, La Judería, El Tito, la taberna del Chulo, la Tapería, Piojos, Vabeluse… Nosotros estuvimos en la Judería, y nos encantó (1,20€ cervecita + tapa elaborada si lo pides en la barra y te lo llevas a la terraza) Nos gustaron muchísimo las tapas, hasta las repetimos (0,50€ tapa).
3. Patear el bosque hasta llegar a la Chorrera
Es una ruta muy divertida, sobre todo, si no vas por la senda bien marcada (en este caso es lineal), sino intentas descubrir la otra opción (para hacerla circular ;)) que sigue el curso del río… un senda trotada, pero sin señalización, que requiere buen instinto y saber orientarse. Seguro que le dedicaremos un post entero a esta ruta, pero lo que tenéis que saber es: la cascada es preciosa, las vistas – inmejorables, y es fácil, se puede hacer en familia.
4. Comprar vino de pitarra
El famoso vino de pitarra que está por todos lados en Hervás, y sobre todo, en el Barrio Judío. Pero no es fácil conseguirlo: hay que llamar a la puerta de alguien que tenga el cartel «Se vende vino de pitarra», y te sacarán – normalmente en una botella de plástico de fanta o coca-cola – como mínimo, 2 litros; menos no tienen 😉 Los precios varían, allí donde compramos nosotros – donde la gata guapa con ojos azules – nos cobraron 3€/2L… Lo tomamos por la noche, y el día siguiente volvimos a por más, creo que con esto os respondo a la pregunta ¿Y qué tal el vino?
Curioso: Nos inventamos varias teorías del qué podría significar el nombre, pero resulta que «vino de pitarra» es simplemente un vino joven, del mismo año.
5. Apoyar producción local y pasar por la panadería Hermanos Herrero
Una panadería que funciona bajo pedidos de restaurantes, tiendas locales etc., pero no tiene ningún problema en vender a todos los que pasan por su taller-tienda. Los precios están muy bien y la bollería, ricas. Tienen de todo: pan, dulce, salado; y mientras vas eligiendo lo que te gusta, observas cómo trabajan los bolleros.
6. Comprobar «galibo de peso» en la calle más estrecha del… ¿mundo?
La verdad es que no miré las estadísticas y no os podría asegurar de que sea la calle más estrecha del mundo, pero a penas cabe una persona; si hay mucha confianza de por medio, pueden intentar apretujarse dos… ¿Tendrá alguna historia especial la calle? Si la haya, no logramos descubrirla…
7. ¿A qué huele el punto más alto de Hervás?
A pis… o eso parece 🙁 No sé si la culpa es de los humanos o animales, pero la piedra de la escalera tiene este olorcito… Sin embargo, esto no quita la belleza de las vistas panorámicas del pueblo y alrededores.
8. Ver una parte de la exposición del Museo de la Moto y Coche Clásico sin visitarlo
Todos los días los coches clásicos del museo salen «de paseo» por Hervás invitando a visitarlo y luego paran a posar al final de la calle de Abajo, donde el puente. Y no me extraña que los abuelitos del pueblo eligieran este rincón para sus reuniones: aire puro, frescor del río y encima, espectáculo de coches y turistas que intentan sacar fotos lo más detallados posible y «NO TOCAR» la pieza de exposición.
¿Apostamos?: ¿Cuántos coches tendrán? ¿Cuántos días tendríamos que pasar en Hervás para verlos todos?
9. Cazar las mejores vistas de Hervás
Seguro que hay más puntos para disfrutar de las vistas panorámicas de Hervás, pero los que descubrimos nosotros son:
- Desde la iglesia de Santa María
- Desde el puente de Hiero
- Desde la carretera Barrio San Andrés (a la altura del museo de la moto aprox.)
- Desde la calle de los perros feroces (c/ Juán de la Plaza cuando se desvía desde el convento hacía la Carretera la Garganta)
10. Sentirse Anna Karenina y/o Den Vronsky
Hay varias zonas de vías ferroviarias en desuso, donde se podría «hacer el tonto» sin perjudicar la salud mental y la integridad del cuerpo. Uno de los rincones con más encanto es la antigua estación «Vía de la Plata» en la c/Vía. Parece que aunque el tren dejó de funcionar, la familia del director de la estación sigue viviendo en su casa a pié de las vías esperando a que se reanude el tráfico… (imaginación mía, pero la casa está ocupada de verdad, con coches aparcados al lado, y una mesa puesta).
Espero que os ha gustado nuestra propuesta de 10 que-haceres en Hervás y ya nos contaréis vuestra experiencia y añadiréis más opciones al plan 😉