Estábamos buscando el yacimiento arqueológico Tío Pío y acabamos en Ulea… Así empezó nuestra ruta por los pueblos del Valle de Ricote, sin pensarlo ni planificar…
FYI: El yacimiento no lo encontramos nunca. Si sabéis dónde está o lo habéis visitado, contad 🙂
El Valle de Ricote es la zona de huertas fértiles nutridas por las aguas del río Segura con la ayuda de norias y protegidas por palmeras, sauces y chopos. Valle de Ricote, también llamado «Valle Morisco«, es la zona donde el pasado árabe no sólo se entreve en las construcciones, sino también en la forma y color de las montañas que rodean el valle. Increíble, pero cierto: sentía que por el tiempo que pasé aquí, volví a Marruecos – las terrazas de hortalizas, tonalidades de la tierra, oasis de palmeras… tuve que recordarme constantemente que estaba en España, s. XXI…
Como llegar:
Hay dos maneras de desplazarse entre los pueblos del valle de Ricote (en coche): por la autovía (A30), cada pueblo tiene salida, o por las carreteras secundarias. Por la autopista es más rápido, por las secundarias es más bonito y podéis ver todo el valle «desde dentro». Nosotros de ida (con luz) fuimos por las secundarias (en algunos tramos tienen unas curvas interesantes, cuidado) y de vuelta (ya de noche) fuimos por la A30. Entre Archena y Cieza son escasos 26 kms.
Ulea
Llegamos a Ulea a la hora de comer y lo primero que hicimos es… buscar un sitio con vistas panorámicas para devorar nuestros bocadillos. Y lo encontramos: El Mirador del Corazón de Jesús. Hasta allí os llevarán escalones muy cómodos… la única complicación es encontrar donde empiezan 😉 Nosotros fuimos campo a través y «reincorporamos» a la ruta por la mitad, así que os dejo a vosotros investigar donde está el inicio.
Las vistas desde el mirador son… impresionantes – se ve la mayor parte del Valle y las montañas de formas dramáticas que lo rodean. También se ve el pueblo desde arriba – tejados irregulares con la iglesia dominando las alturas – y hasta se avista el vecino pueblo de Villanueva del río Segura, con su iglesia de dos torres.
Por el camino de vuelta al coche (aparcar en la entrada a la parte histórica del pueblo), visitamos la Iglesia de San Bartolomé, del s.XVI, la más antigua del valle de Ricote.
En frente de la iglesia está un edificio curioso, parecido a un castillo pequeño de una princesa, ya que es rosa, pero que en realidad es Casa del Cura, construida por D.José Ríos en 1917 quien hizo fortuna vendiendo naranjas de este pueblo en París, y quiso una casa al estilo modernista de aquella ciudad.
Ojós
Nada más entrar en Ojós, no me lo podía creer – estaba en Marruecos: la misma montaña, palmeral, calles estrechas y enredadas… Aparcamos en la Travesía San Leandro I, bajo una piedra enorme, y fuimos a hacer el «Itinerario ecoturístico por el Valle de Ricote. Tramo Ojos – Ricote. Por el último reducto morisco de España» (2,7 kms, 50 min.).
Entre los barrancos, huerta tradicional y vías pecuarias se llega al castillo destruido de Ricote y al pueblo de Ricote, que da el nombre a todo el valle. Para volver hay que coger la misma ruta.
De vuelta en Ojós, paseamos entre los limones, aguas del río Segura y palmeras, haciendo la ruta del palmeral (señalada). Es increíble la fertilidad de estas tierras; nosotros estuvimos en la época de limones – y no se veía ni el verde de las hojas – sólo la marea amarilla de limones de todas las formas y tamaños.
Curioso: Pensaba que Ojós venía de «ojos», con algún significado como «mantén abiertos tus ojos que aquí hay mucha belleza«, pero en realidad la historia es mucho más cotidiana: el nombre viene del árabe «hosos» que significa «huertos«.
Carretera RM 520. Ojos – Blanca
Paramos en un mirador (espacio acondicionado nada más pasar cruzar un puente pequeño) porque nos sorprendió el paisaje: formaciones geológicas muy curiosas y las paredes imponentes que rodean este tramo de la carretera. Además, las vistas del valle desde aquí parecen más dramáticas.
Blanca y Abarán
En Blanca podéis ver las ruinas del castillo que corona una colina y el Centro de Interpretación del Agua y la Luz. Este último es muy importante para entender el principio básico de la vida en esta zona: con el embalse de Ojós al lado y más de 300 días de sol.
Curioso: El municipio de Blanca fue conocida en el pasado como La Negra, debido al color de la roca de la montaña que la rodea. Como pudo pasar de un extremo al otro sin cambiar el color de la roca… no me lo preguntéis.
Para seguir conociendo la historia y la vida de la gente de aquí, se puede hacer la ruta de las norias, muchas de ellas en funcionamiento (en Abarán) que formaban parte de un sistema de regadío empleado por los antepasados.
Cieza
Para ver Cieza y sus alrededores desde las alturas, fuimos a la ermita del Santo Cristo del Consuelo.
De allí nos dirigimos al yacimiento arqueológico Medina Siyâsa, el despoblado árabe. Como ya se convirtió en la tradición en esta zona, no fue nada fácil encontrarlo, pero lo conseguimos: desde Cieza hay que coger Camino de Atalaya.
Dejamos el coche en el parking adaptado y fuimos en búsqueda del despoblado… que no fue nada fácil… hay que tomar una senda que sale desde el parking/zona de picnic y va en paralelo a la pista de tierra. A unos 10-15 min. andando se llega a la valla impenetrable que rodea el despoblado.
#TipViajero: Si la queréis penetrar, contactad por privado 😉 La ética bloggera no nos permite ponerlo aquí en abierto 😉
A través de la valla lo poco que se ve, permite intuir que es un poblado árabe en muy buen estado de conservación, y la distribución urbanística se ve muy bien. En dos extremos termina en precipicios, por lo que fue difícil atacarlo.
Más info: Para más información sobre este despoblado, uno de los más importantes de la historia del Islam Occidental, podéis visitar El Museo de Siyâsa (C/ San Sebastián, 17, Cieza).
En la colina de al lado se alzan las ruinas de la fortaleza de Cieza, o alcazaba de Siyâsa, una fortificación islámica que protegía el poblado de Siyâsa, una construcción de muy difícil acceso, comprobado 😉 Intentad encontrar el camino para acceder hasta las ruinas, ya veréis que divertido es 😉 Nosotros casi llegamos a escalar para conseguirlo, aunque en realidad existe un camino más sencillo 😉
Curioso: Descubrimos una zona de acampada, pero nada de información, si hay que pedir permiso, si es gratuita etc. No había nadie para preguntar, así que si tenéis alguna información, avisad.
Vuelta
En el despoblado musulmán nos pilló la puesta de sol, avisando que era hora de volver a Archena, cenar, dormir y prepararnos para el día siguiente. Pero si en vuestro caso tenéis planes de quedaros más tiempo por la zona, aquí os dejo una web útil con la información.