Diario de Kungsleden. Día (4.B)… un largo largo largo día…

Es que este día es muy muy muy largo… Ya hemos hecho 23 kilómetros y aún no hemos llegado al destino… Según Kate, aún nos quedan 9 kms, según Denys… bueno, ya pararía a unos 3 – 4kms… ¿Qué te parece?… ¿Qué os parece? ¿Cuándo pararemos y donde para pasar la última noche de nuestro Kungsleden?

Para empezar desde el principio: Día 1, Día 2, Día 3, Dia 4.A

Día 4. parte B

Punto conflictivo

Cuando llegamos a un punto conflictivo – que no se entendía muy bien por donde ir – otra vez más teníamos opiniones muy diferentes: yo decía seguir las chicas que se veían delante que fueron bordeando una verja y siguiendo las cruces rojas (así se marca la ruta de invierno). Denys se empeñó en saltar la verja (el acceso parecía cerrado) y seguir los hitos que había dentro y que marcaban la ruta de verano…

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Yo mantenía la opinión de que si la entrada estaba cerrada, sería por algo… y seguimos las chicas. Con cada paso se hacía más y más complicado avanzar, ya que el camino de invierno trascurría por humedales que en invierno se congelan… pero ahora… dentro de 10 minutos tuve que darle la razón a Denys, justo cuando vimos que la verja tenía un agujero muy cómodo para volver al camino correcto 😉 No somos los únicos que nos equivocamos ;)))

Ya siguiendo los hitos, en unos 10 minutos vimos a las chicas intentando pasar por debajo de la verja para ir por donde estábamos nosotros :))) Se rieron ellas, nos reímos nosotros 😉 y seguimos el camino…

Dentro de nada vimos un grupo «al otro lado de la verja«. Paramos para consultar el mapa otra vez y asegurarnos de que nosotros estábamos al lado correcto. Pararon ellos al vernos; por lo visto, para hacer lo mismo. Empezaron a intentar cruzar la verja ;))) Si, nosotros somos los profesionales de la orientación ;))) Me siento una estrella polar que enseña el camino bueno a los que se perdieron ;)))

El juego

Empieza el juego de las cimas pequeñitas que tanto odio: vas subiendo, ves el punto más alto de la colina y piensas «allí se acaba la subida«… pero cuando llegas, te das cuenta que a unos metros de ti está un punto un poco más alto… Te echas a andar y a perseguir la cima… pero al llegar… ves otra más… Denys se descuidó por un momento y dijo «vamos a descansar en la cima» OK… pero… ¿en cuál de ellas?… parecía que nunca íbamos a llegar… siempre surgía una nueva detrás… El sol infernal con sus rayos calentados hasta es-imposible-aguantar hacía la prueba aún más insoportable… y hasta donde llegaba la vista – colinas lisas, vacío sin árboles, silencio…

Denys está desesperado: llevamos 4 días de Kungsleden y seguimos sin ver animales grandes ni encontramos cuernos de alces… Le surge una idea nueva: «Bueno, si no encontramos los cuernos, me conformo con llevar caca de alce como souvenir…» Kate: «Noooooooooooooooooooooooooooooooooooooooo«

Cuando parecía que no se iba a acabar nunca este juego… llegamos al punto más alto de hoy y empezamos a bajar tan contentos 😉 pero aún sin saber lo que nos esperaba… A mitad del descenso decidí que ¡paso de bajar más y de continuar la ruta! Me quedo a vivir aquí… Oh, un lemming… mola…. me harán compañía… pero ¡no pienso bajar más por este pendiente mortal! Imaginaos cómo de fuerte tenía que estar para que yo NO quisiera bajar!!!

Una vez abajo, al lado del refugio de Teusajaure, me enamoré otra vez del sitio y esta vez sabía que no me iba a mover de aquí… Quería quedarme a dormir… Y si pensamos que iba a ser nuestra última noche de Kungsleden, creo que me merecía un capricho de 20€, con sauna incluida… A ver si me explico: habíamos bajado al refugio y si acampábamos en su cercanía teníamos que pagar 10€/persona por acampar (este precio incluía servicios de baño, cocina y sauna). Si no queríamos pagar, teníamos 2 opciones: volver a subir el dichoso pendiente y acampar por libre arriba (no me encontraba dispuesta a hacerlo) o remar al otro lado del lago y acampar en aquella orilla (a Denys no le apetecía demasiado remar este día, después de … SI, los ¡32 kms que hicimos!). Así que, una noche de lujos 😉

Buenas noches… Después de una sesión de sauna con vistas al atardecer y una cena rica rica 😉