A veces pasa que preparas tu viaje a la nieve con toda responsabilidad, comparando precios, consiguiendo compañeros de Bla-Bla-Car, eligiendo el día del esquiador para que salga más barato… y se te olvida mirar la previsión del tiempo… ¡Mal! ¡No se debe hacer! Pero si ha pasado… ¿Qué hacer cuando estás en Sierra Nevada con mal tiempo y el forfait devuelto?
Tomar la carretera A-395 y luego GR-410 y visitar Monachil. Tal y como nos dijeron en un hotel: «Hay dos carreteras para llegar a Monachil: una de infarto y otra – de mega-infarto«. Nosotros recomendamos la primera 🙂
Subir, bajar y casi al llegar a Monachil, a un kilómetro del pueblo, se encuentra el inicio de varias rutas y un parking donde podéis dejar el coche gratis.
Bajamos a las aldeas, es todo recto. En sitios donde puede surgir duda, hay carteles con indicaciones. Nosotros hicimos una ruta circular: parking – en primer cruce a la izquierda – cahorros altos – puente colgante – cahorros bajos – cruce inicial – parking. No hay pérdida: seguir el camino y las señales.
La verdad es que ¡no me esperaba ver paisajes tan potentes en una ruta sin preparar, sin previa investigación!
Cuando subíamos, noté un perro que me-estaba-mirando-mal tumbado en la «sima», pero arriba del todo había un grupo de jóvenes y pensé que era su perro… Cuanta fui mi sorpresa cuando al bajar y dirigirnos al Puente Colgante… el perro nos siguió sin que chicos reaccionaran… Nos acompañó al puente, se aseguró de que seguíamos las normas de comportamiento y… desapareció. Si veis al perro, mandarle nuestros saludos 😉
El Puente Colgante parece mucho a las fotos que nos llegan desde Japón u otros regiones con muchos picos montañosos, y que tanto quería cruzar. Aquí tuve mi oportunidad 😉 ¿Qué os voy a contar? Venir y cruzarlo vosotros mismos 🙂 Si lo pude hacer yo, con vértigo, significa que ¡es apto para todos!
Se puede continuar la ruta, y llegar a la cueva de la Paloma y más allá. Pero como no teníamos mucho tiempo, dimos la vuelta, luego cruzamos el río otra vez por un mini-puente colgante y seguimos por el otro lado del río hasta llegar a un mini-puente más; lo cruzamos y seguimos el camino hasta llegar al cruce inicial. De aquí volvimos por el mismo camino hasta el parking. Y para nuestra sorpresa… el perro estaba aquí! tomándose el sol 😉
En toda la ruta tardamos aprox. 1 – 1,5 hr. Otra horita la pasamos en el pueblo de Monachil. Aparcamos en la carretera que va al lado del río, sin meternos por las estrechas calles. Primero paseamos por un lado del río y luego por el otro. Si tenéis tiempo, podéis comer en algún bar de la zona o descansar en los bancos del paseo o parque al lado del Ayuntamiento.
Después de estos paseos agradables, rumbo Granada y Madrid, con arco iris en el retrovisor.
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