No teníamos previsto ver Villefranche, pero por el camino a Eze paramos en un mirador precioso para disfrutar del paisaje, cuando vimos un cartel informativo del pueblo con todos sus atractivos: chapel, iglesia, citadelle, port, la rue obscure… ¿La rue obscure? ¿Calle Oscura? ¿Qué es esto? Y así empezó nuestro recorrido por el pueblo de Villafranche sur Mer en búsqueda de la calle oscura…
Nosotros también pensábamos al principio que se trataba de una historia «oscura«, sangriente, criminal, traicionera … pero en realidad es una calle «muy bonita» que salvó muchas vidas en tiempos de guerra. Es una calle bien resguardada que pasa por debajo de las casas y que se utilizaba como refugio contra bombardeos.
Todo el pueblo es el conjunto de callejuelas a diferentes niveles los cuales están conectados por pasadizos estrechos, donde casi no cabe ni una persona. Me encantan los pueblos en los cuales no sabes a donde saldrás al tomar la siguiente curva…
Callejeando, descubrimos la pequeña Eglise barroca St-Michel, Chapelle St-Pierre en el muelle y la Citadelle de St-Elme del s.XVI. Un pueblecito – todo un descubrimiento.
A parte de callejear por el pueblo, se puede alojar aquí, disfrutar de buena comida en uno de sus restaurante, visitar museos o reservar un paseo en barco a lo largo de la costa con su azul intenso y acantilados paisajistas. Nosotros no tuvimos tiempo suficiente para hacerlo todo, pero seguramente la próxima vez que viajamos a Niza en Navidades, lo haremos.
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