Aventura Loca por Marruecos Profundo

¿Cómo encontramos este mini-bus de mercancía que decía que iba para Demnate? ¿Quién nos dijo que había transporte desde ese pueblo perdido? ¿Cómo que 75km en 3 horas? ¿Pero hay carretera? Es que en el mapa no se ve… ¿Pero seguro? ¿Dónde se está metiendo toda esta gente, que no quedan plazas? ¿No pueden esperar al siguiente bus? ¿Qué decía el conductor: que salíamos ya? ¿Hace 30 minutos..? ¿Me parece o estamos dando vueltas por el pueblo… y volvemos al mismo punto… y paramos otra vez… a esperar…? ¿Todo esto es una broma, no?

Nuestro plan inicial fue muy sencillo: ir desde Skoura a Demnate en transporte público. ¿Cómo? Ya lo veremos.

Según nos aconsejaba todo el mundo, la opción más razonable era pasar por Ourzazate y Marrakech o por lo menos, Ourzazate. Son más kilómetros, pero se ve claramente la carretera y lógicamente, hay más transporte que pasa por allí.

Sin embargo, la otra, directamente a Demnate, pasa por montañas, donde carreteras malas o, según el mapa, no las hay, y no hay líneas regulares…

Como dentro de 2 días salía el avión de vuelta, nuestras almas arriesgadas pedían aventura y no querían emprender el camino fácil hasta Demnate. Así que decidimos lo siguiente: si encontramos rápido transporte público hacía allí por la carretera más corta, y más chunga, lo pillamos. Si no, no nos complicaremos la vida e iremos tal y como nos lo están recomendando…

El destino lo decidió todo … en 5 minutos teníamos transporte… El conductor decía que salía ya, al pueblo intermedio, Amezri, de donde, decía, podíamos coger el bus o lo que sea para Demnate.

Por cierto, seguíamis sin poder encontrar la carretera marcada en el mapa desde Amezri a Demnate, pero bueno, ya aprendimos que en Marruecos lo más interesante está fuera de mapas y guías turísticas 😉 Nos extrañó un poco el tiempo de viaje: 3 horas para hacer 75 kms, pero echamos la culpa al francés: o no lo entendimos muy bien nosotros o es que el conductor no lo manejaba bien…

Ya una vez en el bus – después de 30 min. esperando a que saliera, dando vueltas por el pueblo, recogiendo la mercancía y volviendo al mismo sitio de partida y llamando a uno que llegaba tarde pero por lo visto tenía un recado importante, ya que le estábamos esperando… – pues, ya una vez en bus en marcha y hechos unos 20kms, empezamos a relacionarnos con los pasajeros… que, por cierto, éramos bastantes: un conductor, 3 personas delante, 5 personas en cada fila de asientos (capacidad para 3-4 :)), 2 en el maletero con verdura y no sé cuántos en el techo… Empezamos a relacionarnos con los pasajeros que estaban a nuestro alcance y sabían francés o inglés…

Y es cuando nos contaron toda la verdad… que sí que efectivamente, eran 3 hrs o más, porque las carreteras estaban mal… Digo «mal» porque no existe palabra para describir cómo estaban estas carreteras… También nos contaron que de Amezri a Demnate nos quedaban unas 5 horas … y que probablemente no íbamos a poder encontrar transporte para allí hoy… y que, según uno de los pasajeros, este mismo conductor con esta misma furgo iba allí… EL DÍA SIGUIENTE!!! Información para pensarla… Bea y yo decidimos no contarla a los demás hasta que lleguemos al destino de hoy, para no entrar en pánico antes del tiempo…

Seguíamos hablando con los pasajeros, que por cierto, eran maestros jóvenes que daban clase en la escuela del pueblo. Al principio no entendíamos el porque nos decían que había un albergue u hostal, o un tipo de alojamiento (gite) donde se podía pasar la noche y donde los profes iban  a alojarse… Información que no llegábamos a comprender, porque no hablamos francés …

Unos metros antes de entrar al pueblo… se reventó la rueda! Mientras la estaban cambiando – entiendo que tuvimos suerte que tuvieran el recambio – contamos toda la información nueva a nuestros compañeros… y nos quedamos todos pensativos… bueno, todos menos los que intentábamos encontrar un… baño 😉 y otros que se pusieron a jugar con niños que llegaron corriendo para ver los extraterrestres 😉 o sea: parece que nadie se preocupó demasiado por la situación; creo que ya habíamos pasado bastante tiempo en Marruecos para acostumbrarnos a los horarios que no se cumplen, información incorrecta, imprevistos, constante cambio de planes y la actitud: no pasa nada, de alguna manera se resolverá…

Por fin llegamos: unas 3 hrs y algo… y el conductor nos dice que … sale mañana para Demnate ;))) viendo el pueblo, recordando las carreteras que habíamos pasado y el denso tráfico – es sarcasmo, tráfico: un coche por hora 😉 – y como nos mira la gente, como si nunca hubieran visto un turista… entendimos que la única opción es pasar la noche aquí y continuar el día siguiente…

P.S. Al bajar del autobús, teníamos un compañero nuevo en nuestro grupo – Niño Sandía, que rescatamos de entre muchos que viajaban en el techo del minibus, junto con maletas, bultos, pasajeros y alcalde… Durmió con nosotros en casa de los profes, en la ventana, viajó con nosotros a Demnate y las cascadas de Ouzoud, y lo comimos en nuestra última cena en Marruecos, con mucho amor y cariño.

Los profesores del bus nos invitaron a pasar la noche en «gite», su CASA! que alquilan mientras trabajan en la escuela, ya que cada uno es de una ciudad diferente.

Pues nada, nos adaptamos: vamos a comprar comida, acompañados por todo el pueblo, nos hacen una excursión por el pueblo, acompañados por todos los niños y amigos de los maestros, y hacemos la cena, acompañados por los amigos de los maestros…

Por cierto, parece que la noticia la sabe todo el mundo: en casa de maestros hay gente rara!!! Constantemente viene gente a saludarnos, incluso conocimos al casero de los chicos! Algunos tímidos, otros no tanto, unos hablando varios idiomas y deseando practicar y a otros simplemente les gusta estar con nosotros o con sus amigos, sin entender muy bien de que hablamos… nos acompañan por el pueblo, cuidan de nosotros, nos protegen, hablan con la gente local y les traducen lo que comentamos… A mí me encantó un cabrito y los dueños me dejaron cogerlo en brazos… Tan mono…

 

Después del paseo, preparamos la cena: tortilla de patatas española y tajín marroquí. El tajín más rico que he probado!!! Aprendimos hacerlo pero la receta quedará secreta, sólo para las cenas en encuentros personales 😉 Mientras tanto, otros aprendían el idioma bereber, buscaban agua, pelaban patata, producto universal para muchas culturas, hacían fotos…

Una tarde inolvidable y la experiencia más enriquecedor imposible!

¿Cómo vive un pueblo donde no llega turismo? Agricultura, trabajo duro todos los días. Tienen cabras y ovejas. Hay una escuela distribuida en diferentes edificios pequeños, 1000 niños de todo el valle, 23 profes, o por allí, la escuela sin baños… pero todos los niños saben Bonjour y viendo que no somos de allí, nos saludan en este idioma que están aprendiendo en la escuela. Se está construyendo la casa de profesores, en frente de uno de los edificios del cole, a ver si cuando vayamos allí otra vez, ya tendrán su casita nueva 😉

Es donde me hice la idea de como es la gente local: no se trata solamente de vender más caro al turista, engañarle, llevarle a su hotel u a comprar en la tienda de su hermano… esto pasa sólo en zonas populares entre turistas, donde se puede aprovechar de su presencia… aquí es otro Marruecos donde hay gente super-maja, educada, que ayuda a los demás, incluso turistas desconocidos :), que se interesa por otras culturas, y que quiere irse de su casa a dormir a otro sitio para que nosotros estuviéramos a gusto!!! Claro está que no lo permitimos y nos tumbamos en el suelo con los sacos, todos en la misma habitación…

Buenas noches!

y… Buenos días!!!

Nos despertamos temprano para no perder el único transporte que nos iba a llevar a Demnate… que por cierto, venía a la hora que le dijimos nosotros y sospechamos que lo pagábamos también nosotros: nos pidió 1.000 Dhs por 120 kms… negociamos por 700Dhs y pensábamos que nos estaban engañando… hasta que empezamos el camino…

… pero antes de empezarlo… llegamos al sitio de encuentro a las 6.45 (bus pedido para las 7.00), esperamos 20 min… 30… 40… y nos empezaba a preocupar la situación, pero veíamos a nuestros anfitriones tan tranquilos sin entender porque… Es que el bus llegaba tarde!!! Si es que llegaba!!! Y el avión salía mañana!!! Y el avión SI que salía!!!

Preguntamos la hora… y lo entendimos todo… no a la primera ;), pero lo que pasa es que en ESTE pueblo es una hora MENOS!!! Viven entre montañas y el sol sale y baja más tarde que en otras localidades… así que ajustaron la hora a las peculiaridades de su vida… el autobús llegó muy puntual: 10 minutos antes…

… Hasta me daba pena dejar este pueblo… tan auténtico, que nos regaló tanta experiencia verdadera!!! Me apetecía ayudarles a los niños de alguna manera: aunque no parecieran tristes ni descontentos, según la mentalidad europea, les faltaba ropa, comodidades típicas de Europa, tipo baño o ducha, agua corriente, las tiendas que tienen son bastante caras, desde pequeños tienen que trabajar ayudando a los padres… se divierten viéndote poner y quitar las gafas de sol, y si les dejas poner unas y encima les haces una foto, eso ya es algo increíble!!! ¡Qué poco necesitan para estar felices!

Teníamos que irnos… nos esperaba un camino largo, luego visita a las cascadas, luego buscar un hotel y hacer las mochilas para el viaje de vuelta el día siguiente…

Camino largo…. muy largo…. muy… 7 horas para hacer 120 kms, 30 de ellos en 3 horas… por la carretera que el conductor se iba inventando… o eso parecía, ya que en la mayoría de los tramos no veíamos la carretera… ¿carretera invisible? 😉

Perdón, en 7 horas con 1 hora para comer… Sí, el conductor paró en su taberna favorita para «repostar»… aprovechamos que podíamos comunicarnos con la gente local, ya que también iban dos maestros con nosotros, nos explicaron la mecánica de comer allí y nos apuntamos…  Primero hay que comprar carne que quieras al carnicero… según el peso que quieras, te la corta y sin limpiarla demasiado, o sea nada, te la envuelve. La llevas a la taberna que está al otro lado de la carretera, te la preparan por unos dirhams y ya: una comida típica en una taberna medieval con sólo locales y las únicas mujeres – nosotras 3…

Reanudamos el camino ahora por la carretera buena… estrechita pero asfaltada… que ya parece un lujo después de 30 kms de «sin carretera»… y en 3 horas llegamos a Demnate…

… La aventura llegó a su fin, pero nos marcó, por lo menos a mí, más que cualquier otro viaje por Marruecos. Llegamos donde muy pocos turistas llegan. Por el medio muy auténtico y muy importante: un mini-bus de mercancía. Después de haber hecho tantos kilometros por estas carreteras, entendimos porque el conductor esperaba hasta el último momento a las mercancías – es el único transporte que va allí, y va sin horario, según llene el mini-bus o tenga clientes… como nosotros… para que le salga rentable… Claro que todo el mundo quiere entrar, y está dispuesto a viajar en el techo, incluso el alcalde 😉 y sobre la verdura… y de cualquier manera… Al fin y a cabo el precio nos pareció justo, no creo que cualquier 4por4 se atrevería ir por allí…

En una palabra: gracias Bea, por esa idea loca ir por esta carretera sin marcar en el mapa confiando en la gente local que decía que era posible… Posible e increíble!!!

P.S. Al llegar a casa y ver toda la ropa que tengo (y no hay tanta, ya que voy de tiendas 2 veces al año – en rebajas – y me aburro rápido), no entendía para qué tenía tanta… ¿en cuántos años se me gastará?..